Política
15 de Diciembre de 2021¿Jaque mate o autogol de media cancha? Examen a la jugada (casi) maestra del test de drogas de Boric
Del escándalo del test de drogas realizado por el candidato de Apruebo Dignidad se desprendieron otras aristas; desde Boric espetándole un periodista que no le hiciera la pega a Kast, hasta la validez de la prueba mostrada por el abanderado. Aquí, tres académicos especializados en el análisis político y el derecho a la información, revisan la compleja apuesta del diputado magallánico.
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En uno de los momentos más álgidos del debate Anatel, emitido la noche del lunes 13 de Diciembre, la periodista Soledad Onetto le preguntó al candidato del oficialismo, José Antonio Kast, sobre su postura respecto de la despenalización del consumo de marihuana.
“A ver, primero yo creo que debe haber un cambio de actitud desde las autoridades”, comenzó respondiendo el abanderado, para luego apelar directamente a su contrincante para someterse a un test de drogas.
“No estoy presto para hacer shows”, dijo al respecto Gabriel Boric, sosteniendo un papel frente a la cámara. “¡Ya se lo hizo!”, acotó con ironía José Antonio Kast, antes de que el candidato explicara el detalle del documento que mostraba a los miles de posibles electores a través de sus pantallas.
“Acá está el test de drogas realizado por la Red de Salud Christus UC en la fecha del 2 de Noviembre del 2021. En cocaína, metabolitos, cannabinoides y anfetaminas, todo no detectado” enumeró Boric, quien finalizó, a modo de cerrar el tema de una vez y para siempre: “Yo no soy un consumidor de drogas”.
La polémica inacabada
Probablemente, el tema se habría cerrado de no ser porque algunos usuarios de las redes sociales llamaron la atención sobre la fecha en la que se habría realizado el examen: coincidía con el mismo día en que el candidato anunció, a través de sus redes, que había presentado síntomas de Covid-19 y que iba a comenzar un aislamiento preventivo.
A esto, también se sumó la intervención del periodista de radio Biobío, Mario Vera, quien en el punto de prensa posterior al debate, le preguntó al candidato: “¿Por qué decidió hacerse un examen de orina y no de pelo, que puede abarcar un mayor período sobre un eventual consumo de drogas?”
Con todo, desde el comando de José Antonio Kast, aprovecharon el vuelito para seguir insistiendo con el tema. De hecho, la integrante del equipo de campaña, Paula Daza, sugirió que el candidato “debe aclarar esta situación”, agregando que le parece “adecuado” que los candidatos a la presidencia se sometan a un test de pelo para detectar consumo de drogas, según sostuvo ayer, 13 de Diciembre, en entrevista con radio Infinita.
En tanto, la jefa de campaña de Boric, Izkia Siches, intentó apaciguar el tema, particularmente con el reportero radial. “Como jefa de campaña le pido disculpas al periodista, pero también me pongo en los zapatos de nuestro candidato (…) nuestro candidato es de carne y hueso, él debería haber mantenido (la calma), el que se pica pierde y todos somos personas”, dijo la doctora en el matinal “Mucho Gusto” de Mega en la mañana del 13 de Diciembre.
Un juicio que, además, coincide con el diagnóstico interno del equipo de campaña del diputado frenteamplista. Si bien hay voces que insisten en que la intervención del periodista fue “maletera”, y que coincide con la “campaña del terror” de la acusan al abanderado de la derecha ortodoxa, concuerdan que la reacción se pasó en tres bemoles, opacando de paso el que acaso había sido su mejor desempeño de todos los debates en la campaña presidencial.
“En principio pareció una jugada maestra, pero…”
Mucho se ha debatido a la hora de sacar los cálculos finales de la movida de Boric. ¿Le sumó? ¿Cerró la polémica? ¿Logró despejar las dudas instaladas por Kast?
Al respecto, el cientista político Mauricio Morales sostiene que fue una jugada de breve efecto. “En principio pareció un jugada maestra, pero todo se estropeó con su reacción al increpar a un periodista que sólo estaba pidiendo una aclaración sobre el tema. El éxito de la jugada duró muy poco, a lo que se añaden las dudas que ha propiciado el comando de Kast sobre la validez del test, comparando el de orina con el de pelo”, sostiene el académico de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la U. de Talca.
En esa línea, el académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica y miembro del consejo directivo del Consejo para la Transparencia, Francisco Leturia, pone el punto sobre cómo entra en juego el principio de la libertad de expresión en el altercado.
“Las preguntas (del periodista) eran legítimas, no hay preguntas ilegítimas en este contexto. La respuesta posterior de Boric al acercarse al periodista, de la que tanto se ha hablado, tampoco me parece tan grave. Puede ser destempleada y maleducada, impropia de un hombre de Estado, pero también está protegida por la libertad de expresión”, comenta Leturia.
No obstante, el Decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Central, Marco Moreno, se queda con el impacto que generó la apuesta inicial del candidato ante la interpelación de Kast.
“Evidentemente ese fue un movimiento estratégico y táctico muy importante en el debate. De alguna manera significó un quiebre en lo que había venido siendo el debate: acompasado, lento y fome. Esta carta que tenía Boric bajo la manga, concentró la atención de toda la gente que lo estaba viendo”, afirma Moreno, quien comenta que el test de drogas de Boric trascenderá en la historia de los debates presidenciales.
“Desde el punto de vista televisivo fue un gran momento. Es importante el momento porque va a quedar para la historia de los debates. El otro que había mostrado cosas fue Lavín el año 99 contra Lagos, que sacaba sus fotitos y cosas así. Pero ahora Boric no sólo muestra cosas, sino que pone sobre la mesa un documento indiscutible e indesmentible respecto a una situación que le venía haciendo daño”, dice el analista.
“El test de orina es desinformación”
En tanto, desde que Kast levantó el tema durante la primera vuelta presidencial, una arista del debate se ha centrado en si es pertinente esa exigencia de transparencia a los candidatos presidenciales.
Al respecto, Francisco Leturia es categórico: “El proceso democrático debe ser muy libre y toda la información que pueda ser de interés público y que pueda ayudar a conocer mejor a los candidatos y a sus propuestas, no sólo es válida, sino fundamental. Por eso, la protección constitucional dada a ese espacio es casi absoluta. Por cierto que saber si un candidato consume drogas o tiene cuentas en Panamá es parte de ese debate. La interrelación es absolutamente válida”, reflexiona.
“Que se responda o no, o cómo se responda, también habla mucho de los postulantes. Porque no hay en Chile ninguna obligación legal de mostrar a la ciudadanía si se cuenta con una salud compatible con el cargo o si, en ese caso, se consumen drogas”, complementa el abogado.
Sin embargo, el juicio de Leturia abarca también la modalidad del test escogido por el candidato, la cual no ve con buenos ojos desde el punto de vista de la información que aporta al debate.
“El test de orina es desinformación. A nadie le interesa saber si lleva o no 48 horas sin consumir droga, interesa la trayectoria. Eso era evidente en la interpelación de Kast, que siempre habló de test de pelo”, comenta el docente.
“Boric será juzgado por los votantes”
En tanto, a la hora de extender el análisis hacia el eventual efecto que este podría tener sobre los votantes de cara al balotaje de este domingo 19 de Diciembre, Mauricio Morales se muestra escéptico.
“No le jugará en contra, pero tampoco a favor. A estas alturas gran parte de los electores tiene la decisión tomada y no la van a modificar por un test de drogas, por más cuestionamientos que existan sobre su validez”, comenta el analista.
En la misma línea, Marco Moreno se refiere a los votantes que optaron por los otros candidatos que terminaron su aventura presidencial en la primera vuelta, a quienes difícilmente podrá afectarles este hecho, según pronostica el analista. “Si pensamos que la disputa se va a dar por los tres millones de electores que votaron por otros candidatos, esta situación post debate no debiera tener mucho efecto electoral”, afirma.
En cambio, Leturia se la juega porque el escándalo con el periodista que inquirió por más detalles de dicho examen, sí podría, eventualmente, afectarle electoralmente.
“Las respuestas de Boric fueron confusas, y será juzgado por ello por los votantes, al menos por quienes ese tema les parece relevante. El test no cuesta 700 mil, no tarda un mes, y si tardara, tampoco es relevante porque había tiempo. De hecho, el de orina lo entregó más de un mes después”, remarca el consejero del Consejo para la Transparencia.
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