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La Convención

5 de Enero de 2022

Lecciones de 20 horas de votación: Qué dejó en evidencia la tormentosa elección de la nueva presidenta de la CC

La elección de la nueva presidencia de la Convención Constitucional significó giros inesperados, nueve votaciones y 20 horas de demora. Finalmente fue elegida María Elisa Quinteros. ¿Cómo entender lo que ocurrió?, ¿qué señales hay a partir de esto? Consultamos a cuatro expertos, quienes hablaron de evidentes faltas de coordinación, de alarmas encendidas, de causas y consecuencias. Aquí su diagnóstico.

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El martes 4 de enero, la Convención Constitucional estuvo más 18 horas votando para elegir a la nueva persona que presidirá la mesa de la instancia. A las 4.15 de la madrugada del miércoles 5 de enero, cuando ya se acumulan ocho rondas de votaciones sin lograr el objetivo, se decidió que la elección se retomaría a las 15.00 horas.

Había sido una sesión larga y tormentosa, con un gran desfile de nombres que aparecían en las sucesivas votaciones. Quien más cerca había estado de lograr el triunfo como presidenta de la mesa fue la científica Cristina Dorador, quien estuvo a sólo 5 votos de lograr los 78 necesarios. Pero luego su postulación fue perdiendo fuerza. Optó finalmente por bajarse. “Mi nombre no produjo consenso y por eso decido declinar mi candidatura a la presidencia de la Convención”, escribió pasada las tres de la mañana en su cuenta de Twitter

https://twitter.com/criordor/status/1478607747579011072?s=20

La elección, como se había planificado. se retomó a las 15.00 horas de ayer miércoles 5 de enero. Luego de una hora y cuarenta minutos, correspondiente al noveno intento de elección, la Convención al fin vio humo blanco. Con justos 78 votos -y culminando un proceso que en total había tomado 20 horas en dos días- fue elegida nueva presidenta María Elisa Quinteros, odontóloga de de Talca y doctorada en Salud Pública.

Señal preocupante

¿Cómo entender esta votación tan extendida? ¿Qué lecciones pueden sacarse? ¿Es un buen o un mal signo? Los expertos contactados por The Clinic están de acuerdo en algo: hubo una falta de preparación clara de los constituyentes previo a la elección. La votación de fijada para el martes 4 de enero ya se sabía hace tiempo, dicen los expertos, pero eso no fue suficiente para lograr un acuerdo amplio -ni rápido- sobre quién debía dirigir la Convención Constitucional, luego de Elisa Loncon.

Pamela Figueroa, politóloga y doctora en estudios políticos y sociales, académica de la USACH, señala que “se esperaba que ayer, como el modelo era conocido y se habían instalado candidaturas por los medios de comunicación, por redes sociales y dentro de la Convención, se resolviera rápido, pero yo creo que el problema fue de carácter político. Las candidaturas iniciales se cayeron, no lograron el apoyo. Dorador logró crecer pero tuvo un límite”. 

“Este formato de elección ya lo vimos el 4 de julio en un contexto que uno podría haber definido como más complejo, porque la Convención estaba recién instalándose. Hubo otras dificultades para el inicio, pero Elisa Loncón en dos vueltas, y luego Bassa en un par de intentos más, lograron el respaldo de la mayoría absoluta”, añade. 

Maria-Elisa-Quinteros
María Elisa Quinteros celebrando el triunfo

Isabel Castillo, doctora en Ciencia Política, académica UC, cree también que pareciera haber una falta de precisión de los escenarios, principalmente por el caso de Ramona Reyes, una de las candidatas que fue presentada como una fuerte carta al comienzo de las votaciones, pero que poseía una demanda en su contra interpuesta en 2018 por parte del Consejo de Defensa del Estado, por el manejo de finanzas mientras era alcaldesa de la Municipalidad de Paillaco. 

“Eso ya se sabía de los días anteriores, entonces es raro. Y una vez que se cayó, pareciera que no existía plan B. Lo que más llama la atención es la falta de capacidad de haberse puesto de acuerdo, esto debiese haber venido más o menos cocinado. A diferencia de julio, donde todavía se estaban conociendo, aquí ya es mucho más claro, lo que dice en el fondo que hay hartos actores que están probablemente atrincherados. Pocos tenían capacidad de ceder, porque hay demasiados grupos”, señala Castillo.

“Para qué te digo el tema del chequeo de Ramona. No puede ser que a la tercera votación se den cuenta que ella puede constituir una hipótesis de incomodidad comunicacional, que tiene aparentemente unos temas pendientes, eso no puede suceder. Cuando todos sabemos hace meses que el día 4 de enero se va a elegir la (mesa de la) constituyente, que esos papeles se examinen en la tercera votación… La señal que se dio ayer, en todo ámbito, fue preocupante”, asegura Axel Callís, sociólogo y analista político, director de la agencia Tú influyes. 

Ernesto Águila, analista político y académico de la Universidad de Chile, explica que la dilatación en la votación de este martes “mostró falta de previsión y de chequeo mínimo de antecedentes. Hay una fragmentación de la izquierda, centroizquierda y de representantes de movimientos sociales y de escaños reservados indígenas, que teniendo una amplia mayoría y visiones más o menos compartidas no es capaz de ponerse de acuerdo y dar gobernabilidad y gobierno en momentos claves a la Convención y al proceso constituyente”. 

¿Alarma para los dos tercios?

Los expertos señalan que lo ocurrido el martes .que incluso pasó al miércoles. puede provocar ciertas consecuencias en términos comunicacionales para la Convención, o incluso que puede ser la antesala de las discusiones y acuerdos de dos tercios que se deben votar próximamente, punto donde hay opiniones divididas. 

“Lo que vimos ayer fue un cúmulo de señales políticas que tienen como denominador común la gobernabilidad, y en términos constituyentes el martes había que juntar 78 votos y no se juntaron. Entonces si para 78 votos es complejo, imagínate para las reglas de quórum de dos tercios. La lección que se da acá son que se prendieron 20 alarmas por distintas partes que tienen que ver con el gobierno que se va a instalar”, asegura Callís. 

Isabel Castillo, por su parte, cree que la situación del martes y miércoles no puede ser extendible a los acuerdos de dos tercios. “No necesariamente me parece que sea un presagio de lo que va a ocurrir con las normas, porque creo que la lógica es distinta, aquí fue un cargo unipersonal y en las normas puede haber mayores acuerdos, no van a haber nueve posiciones distintas necesariamente. En ese sentido no lo veo como algunos, que presentan como una imagen súper negativa. Todo lo del reglamento funcionó bien, la presidencia es un cargo unipersonal, tiene una lógica distinta a las votaciones; no lo homologaría”. 

Ernesto Águila señala al respecto que “los meses próximos son claves, porque se necesita terminar la redacción de la Constitución de aquí a julio y el quórum de 2/3 es muy exigente. Y lo que es tan importante como aquello es mantener el apoyo de la ciudadanía al proceso constituyente, y ganar el plebiscito de salida. Ello requiere cuidar mucho la Convención y el proceso constituyente. Lo del martes no ayuda en esa dirección”. 

“La votación de las normas de dos tercios es distinta porque en las propias comisiones ya se está avanzando en construir acuerdos, y allí va a ser votación sobre posiciones de contenidos constitucionales”, complementa Pamela Figueroa. 

Un café cargado con el PC

La dilatación de la elección del martes, explican los analistas, no fue inocua, y los constituyentes deben sacar cuentas de lo ocurrido: tomar nota de algunos errores, y mejorar algunos puntos que pueden ser perjudiciales para la imagen de la Convención de cara al plebiscito de salida. 

Además, luego de que finalmente María Elisa Quinteros fuera electa, Hugo Gutiérrez (PC) dio declaraciones a la prensa, señalando que era lamentable que el Frente Amplio no hubiese apoyado la candidatura de Quinteros, y que “seguían defraudando a la gente”. 

“Es preocupante de una u otra forma dónde se ubica el PC en esta coyuntura. Ellos tienen dos tiendas o dos amores e intereses que son incompatibles: uno es gobernar y el otro es estar con los grupos más activistas; y este martes se dio cuenta que no operaba eso. Uno ya no sabe a quién creerle, si al PC de Gutiérrez o al de Vallejo. Y ahí hay un problema, porque uno tiene que co-ayudar al otro. Una mala mesa de la Constituyente puede ser muy delicado para Gabriel Boric como presidente”, dice Axel Callís. 

“(El Frente Amplio) debe tener una conversación con café cargado con el PC. O sea, el PC es de Apruebo Dignidad o Chile Digno. Lo otro es que yo vi al PS después de la tercera o cuarta elección completamente desarticulado y desordenado, cada uno votando por cualquiera. Acá no es solamente un problema de liderazgo, es un problema de diseño político, y tienen que tener diseños políticos alternativos”, añade el experto.

“Creo que un problema ha sido desde un inicio la falta de acuerdo y funcionamiento de Apruebo Dignidad (FA más PC-Chile Digno) dentro de la Convención Constitucional. Ello no es una buena noticia para el gobierno entrante de Gabriel Boric. Que su coalición no funcione en la Constituyente es un tema que debiera preocupar al nuevo gobierno. Luego hubo errores más puntuales como la carta presentada por el PS, lo que enredó las primeras votaciones”, comenta Ernesto Águila.

El problema comunicacional

Todas esas señales, aseguran los entrevistados, pueden provocar consecuencias en términos comunicacionales. 

“Creo que es importante para la Convención mejorar su capacidad de comunicación pública, explicar bien los procedimientos, y que los propios convencionales puedan comunicar a la ciudadanía que el ejercicio de este martes era necesario para ellos poder llegar a un acuerdo amplio, con una mesa que cuente con toda la legitimidad. Pero me parece que también es un desafío para los convencionales construir esos acuerdos que nos van a proponer a la ciudadanía, para que después nosotros nos pronunciemos en el plebiscito de salida”, asegura Pamela Figueroa

Isabel Castillo explica que hay diferentes audiencias que se pueden ver afectadas de distintas formas: un sector de centro derecha que es un poco escéptico al proceso, independiente de cómo se lleve a cabo, y que puede que ya esté en el rechazo; otros que deambulan en la decisión; y otros apolíticos, que observan de lejos y no votan, y que poseen un rechazo a la política.

“Pero para un ciudadano común y corriente lo único que ve es que no fueron capaces de ponerse de acuerdo por un cargo de poder, y creo que esto puede mandar malas señales. Ahora, falta mucho para el plebiscito de salida, probablemente esto quede en el olvido. Tenemos un cambio de gobierno en unos meses, entonces la agenda está muy copada como para decir que la gente haya tomado una decisión hoy día, me parece que probablemente no, lo desdramatizaría un poco”, explica Castillo. 

Axel Callís asegura que el problema comunicacional dependerá del desempeño de la mesa. “Si se confirma que la espera valió la pena, todo bien, pero si la espera no valió la pena y la ciudadanía no evalúa bien a la mesa que entra, vamos a tener un problema doble. Porque lo que muestra la encuesta, es que venía mejorando la percepción y la valoración hacia la Constituyente. Yo diría que en resumen, lo que sucedió el martes fue un gran ensayo de posibles errores que puedan haber en el gobierno, y eso todavía no se soluciona”. 

“La dupla Loncon-Bassa cumplió una gran labor. Lo del martes demuestra lo difícil que es gobernar la Convención, y hace más valorable aún su gestión. Hay que cuidar la imagen de la Convención y comunicar bien su tarea en los próximos meses. Creo que lo fundamental no sólo será redactar la nueva Constitución, sino mantener la confianza de la ciudadanía. Ello será clave para ganar el plebiscito ratificatorio de la nueva Constitución. Se requerirá mucha sabiduría para culminar exitosamente el proceso constituyente”, finaliza Ernesto Águila.

También puedes leer: “Después de tanto andar, nos hemos encontrado”: Loncón y Bassa realizan sus últimos discursos al mando de la Convención


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