Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Entrevistas

14 de Abril de 2022

José Miguel Insulza: “Para gobernar bien, necesitas una sola coalición”

El experimentado senador socialista cree que se ha exagerado con las críticas a la ministra del Interior y le aconseja aguantar “el chaparrón”. “Su principal problema es que no tiene un partido que salga a defenderla”, señala. Aquí, Insulza también insta al Presidente Gabriel Boric a ampliar sus alianzas.

Por

Lo llamaban el Pánzer.

Experto en moverse en las lógicas del poder, José Miguel Insulza hace gala de la experiencia en la política. Fue un ministro poderoso en los gobiernos de Eduardo Frei y de Ricardo Lagos y hoy es un senador influyente en las filas del socialismo chileno.

Quizá por lo mismo, el día en que la actual ministra del Interior Izkia Siches pedía disculpas por afirmar que en los tiempos de Sebastián Piñera despegó un avión con venezolanos y regresó con la misma gente, el tonelaje de Insulza se hizo pesar. Cuando nadie decía nada en La Moneda, fue Insulza quien salió en su defensa y desdramatizó el problema. No desactivó la lluvia de críticas, pero dio el primer espaldarazo a la jefa de gabinete de Gabriel Boric. 

-Con toda la experiencia que tiene, ¿qué tan complicado es el momento que atraviesa el país?

-En los gobiernos en que he participado me ha tocado vivir momentos más agudos. Pero hay que reconocer que es raro encontrarse con tantos  frentes abiertos a la vez. Por ejemplo, cuando asumió Ricardo Lagos teníamos una situación económica muy complicada. Era la primera vez que el país había tenido crecimiento negativo. Pero podíamos enfocarnos en ese tema. Nunca cayeron todos los problemas juntos.

-¿Y ahora sí?

-El problema de este gobierno es que ha tenido que enfrentar muchos temas complejos al comenzar a gobernar. Ha sido pesado. Además, éste no es cualquier grupo. Es un grupo generacional que quiere construir un nuevo proyecto nacional… Y construir un proyecto nacional son palabras mayores. Lo hizo la Concertación, pero sobre la base de un gobierno y de una sola coalición. Sólo así te puedes manejar en distintos escenarios, pero siempre pegados unos con otros. 

“El problema de este gobierno es que ha tenido que enfrentar muchos temas complejos al comenzar a gobernar. Ha sido pesado. Además, éste no es cualquier grupo. Es un grupo generacional que quiere construir un nuevo proyecto nacional… Y construir un proyecto nacional son palabras mayores”.

-Ya. ¿Y qué quiere decir eso ? 

-Que en este caso tenemos un gobierno, dos coaliciones y escenarios separados entre el gobierno y la Convención Constitucional. O sea, los mismos que están operando en el gobierno y con los cuales conversamos habitualmente, no tienen nada que ver con los que conversamos en la Convención. Eso enreda mucho las cosas. Para gobernar bien, tú necesitas una sola coalición donde se discuta todo y se concuerden las decisiones en conjunto. 

-Imagino que usted está hablando de una aspiración del Partido Socialista. Ustedes se sumaron a última hora al gobierno… Un poco como vagón de cola, ¿o no?

-El PS ingresó antes de entrar al gobierno. Y te lo explico así: en los años de Salvador Allende, cuando se firmó el pacto de garantías constitucionales con la Democracia Cristiana, un ministro de la DC, que no era particularmente afecto al acuerdo, dijo: “No existe ningún pacto mejor que tener cinco ministros en el gabinete”. Bueno, nosotros nos encontramos con eso. Y aceptamos ser parte de este gobierno porque tenemos un ministro de Hacienda, una ministra de Relaciones Exteriores, la ministra de Defensa y el ministro de Vivienda.

-En el fondo, ¿usted quiere oficializar la relación del PS con el gobierno? 

-Nosotros creemos que tenemos que darnos el tiempo para poder conversar con los demás miembros de la coalición de gobierno, para ir construyendo sobre la marcha -aunque sea difícil- ese proyecto nacional. Pero hay que hacerlo en conjunto.

-¿Tal como lo hizo la Concertación? ¿Ese sería el modelo?

-No, no. Nosotros partimos como una Concertación de Partidos por el NO. Ese era el único requisito. Pero en el año y dos meses que se demoró Pinochet en irse del poder, nos convertimos en la Concertación de Partidos por la Democracia. O sea, un acuerdo programático. Ahora necesitamos dar ese paso con el Partido Comunista y el FA, que son la base del gobierno de Gabriel Boric.

“Nosotros creemos que tenemos que darnos el tiempo para poder conversar con los demás miembros de la coalición de gobierno, para ir construyendo sobre la marcha -aunque sea difícil- ese proyecto nacional. Pero hay que hacerlo en conjunto”.

-¿Y qué dice el Presidente Boric?

-Bueno, él ha hecho un par de declaraciones que señalan que está de acuerdo. Pero gobernar es una tarea lo suficientemente difícil como para pedirle que además encabece esa relación. 

-¿Dónde y cómo tendría que ir armándose esta nueva coalición?

-El Congreso puede ser un buen lugar.

-Digamos que los socialistas quieren un anillo de compromiso para oficializar esta relación. 

-Exacto. La única forma de forjar unidad es trabajando juntos. Ciertamente va a ser muy difícil. Pero trabajando juntos, enfrentando los problemas de la Araucanía juntos, enfrentando el problema de la inflación juntos, enfrentando la discusión presupuestaria… Se verá que es clave ponernos de acuerdo.

-No parece fácil. A sectores del PC y del Frente Amplio les incómoda la presencia del PS en este mes del gobierno…

-Yo creo que tarde o temprano se hará necesario. De hecho, mientras más temprano se presenten los problemas, más necesario será tener una sola coalición.

-¿Y ve al PC interesado en que ustedes sean parte? Ustedes son socios invitados, ellos son socios mayoritarios…

-…Nosotros somos más que ellos en todo caso. Tenemos una bancada parlamentaria mayor que el PC. Tenemos 7 senadores y ellos tienen 2, lo cual probablemente motive su entusiasmo por deshacerse de esta cámara tan molestosa. Nos conocemos bien con el PC. Hemos trabajado muchas veces. Existe una buena relación y y estamos todos claros que sin ellos sería imposible pensar una coalición. 

“Nosotros somos más que ellos en todo caso. Tenemos una bancada parlamentaria mayor que el PC. Tenemos 7 senadores y ellos tienen 2, lo cual probablemente motive su entusiasmo por deshacerse de esta cámara tan molestosa. Nos conocemos bien con el PC“.

-¿Cuál es, a su juicio, el aporte del PS? ¿Asegurar gobernabilidad para el gobierno de Boric? 

-Sí, pienso que sí.  Nosotros tenemos la experiencia y, sobre todo, la capacidad para asumir los desafíos cuando hay que asumirlos y pagar los costos de eso. El PS ha demostrado ser muy, muy responsable.

LA EXPERIENCIA

-Algunos dicen que se está notando falta de experiencia en la nueva generación de gobierno, que otra cosa es con guitarra. ¿Qué dice el Pánzer?

No es un problema de edades. Más bien el problema es creer que el mundo hay que corregirlo entero. A lo mejor ésa es la diferencia… Yo no creo que haya que tirarlo todo por la borda. Este país ha crecido más que nunca en su historia. Cada vez hay más gente en las escuelas, en las universidades. En este país la gente vive 30 años más, en promedio a lo que se vivía hace 50 años. ¡Cómo no va a ser importante! ¿Cómo no entender el progreso permanente que ha tenido nuestra sociedad y decir que “no fueron 30 pesos sino 30 años”?

-Ellos ganaron. Esa generación los derrotó ustedes y lo hizo, justamente, planteando grandes cambios…

-Y sacaron un 25 por ciento de los votos.

-¿Cómo? Ganaron con poco más de un 55 por ciento… 

-Todos juntos sacamos el 55 por ciento. No me estoy atribuyendo el 30 por ciento. Sólo estoy diciendo que para el proyecto de cambiarlo todo, había un 25 por ciento no más. El resto votó por otras cosas. 

No es un problema de edades. Más bien el problema es creer que el mundo hay que corregirlo entero. A lo mejor ésa es la diferencia… Yo no creo que haya que tirarlo todo por la borda. Este país ha crecido más que nunca en su historia. Cada vez hay más gente en las escuelas, en las universidades. En este país la gente vive 30 años más, en promedio a lo que se vivía hace 50 años. ¡Cómo no va a ser importante!”

-¿Y qué quiere decir con esa precisión?

-Que, tal como lo dijo Gabriel Boric después de la primera vuelta, había que ajustar este programa para que gobierne el 55 y no el 25, pues. No se trataba de acumular gente insensata ni mucho menos. Se trataba de acumular una cantidad de gente que tenía ideas, proyectos, propuestas y que quería embarcarse en esto.

-¿La advertencia de Daniel Jadue toma forma? ¿Podría terminar siendo un gobierno más parecido a lo que fue la Concertación?

Gabriel Boric no quiere hacer un gobierno de la Concertación, de ninguna manera. Los tiempos cambiaron. Los 20 años de oro de la Concertación fueron los cuatro primeros gobiernos. Después de eso, y hay que reconocerlo, como que nos empezamos a quedar contentos con lo que había y nos pusimos un poco conservadores. Esa es la verdad.

Gabriel Boric no quiere hacer un gobierno de la Concertación, de ninguna manera. Los tiempos cambiaron. Los 20 años de oro de la Concertación fueron los cuatro primeros gobiernos. Después de eso, y hay que reconocerlo, como que nos empezamos a quedar contentos con lo que había y nos pusimos un poco conservadores”.

EL CUERO DURO

-A un mes desde que asumió el gobierno, ¿dónde diría que están los grandes riesgos de este gobierno?

-Este gobierno tiene que estabilizar la economía. Si no se estabiliza la economía y no retomamos el crecimiento, olvídense de todo lo demás. Y eso es lo que algunos no entienden.

-Usted fue ministro del interior, ¿cuánta debilidad resiste ese cargo?

-Uno siempre tiene debilidades. Lo importante es recapacitar a tiempo. Eso es lo que hizo la ministra Izkia Siches con el episodio del otro día.

-Llamó mucho la atención su defensa. Salió a desdramatizar justo cuando varios del oficialismo hablaban en privado de que tenía que presentar su renuncia…

-Yo dije que el problema estaba saldado. Ella se equivocó. Dijo una cosa mal dicha y se retractó. Te confieso que no conocía exactamente el tema, pero consideraba que si la ministra ya había pedido excusas, el tema estaba cerrado. ¿Cómo iba a renunciar? ¿Por qué? ¿Por haber pedido disculpas? Mi primera reacción, y la sigue siendo, es que esto fue completamente desmedido.

-¿Sí?

-Absolutamente, para mí todavía sigue siendo un incidente menor

“Ella (Siches) se equivocó. Dijo una cosa mal dicha y se retractó. Te confieso que no conocía exactamente el tema, pero consideraba que si la ministra ya había pedido excusas, el tema estaba cerrado. ¿Cómo iba a renunciar? ¿Por qué? ¿Por haber pedido disculpas?”

-Entonces, ¿cuál sería el nudo que está complicando a la ministra? 

-Su principal problema es que no tiene un partido que salga a defenderla inmediatamente. Un partido que cierre filas, que la blinde. Sinceramente, pienso que la ministra Izkia Siches responde muy adecuadamente al perfil que quería el nuevo gobierno. Claro, ella está empezando. Va a ir aprendiendo.

-¿Está siendo duro ese aprendizaje?

-Es que para estar en el ministerio del interior hay que tener el cuero muy duro. Es un cargo muy demandante. Ella puede salir adelante siempre que aguante. ¡Porque ahí tiene que aguantar el chaparrón! En este país la política se ha puesto muy dura.

-¿Pero el tema de la experiencia política es un factor?

-Siempre es mejor tener experiencia que no tenerla, pero el país opinó una cosa distinta. Porque si fuera por experiencia política hubieran elegido a otros. El país quería otro tipo de liderazgo. Y  ese tipo de liderazgo lo buscaban en gente distinta a la que había gobernado hasta entonces.  Eso es lo que hay…

-¿Y qué es lo que hay?

-Hay una imagen de que la política es una cosa rara, torcida, oscura. Por eso uno está disponible para creer que salió un avión de aquí a Venezuela y que tuvo que volver sin que nadie se enterara. Yo, que llevo muchos años en la política, no me habría creído ese cuento. ¿Un avión que fue y volvió? ¡Por favor, de dónde sacaron eso! Ahora, convengamos que la narrativa era complicada. Los papeles decían que esos señores salieron, pero luego se quedaron sentados esperando que los subieran al avión, y como eso nunca sucedió, aparecen como entrando de nuevo. Entonces, desde el punto de vista formal, virtual, ellos estuvieron fuera. Todavía creo que hubo un error de interpretación de la información que estaba en los oficios.

“Para estar en el ministerio del interior hay que tener el cuero muy duro. Es un cargo muy demandante. Ella puede salir adelante siempre que aguante. ¡Porque ahí tiene que aguantar el chaparrón! En este país la política se ha puesto muy dura”.

-Pero un ministro tiene equipos para ir chequeando la información. No se expone frente a otro poder del Estado…

-¿Y a quién llamaba para preguntarle? Habló con la principal especialista en materia migratoria y con 26 años de servicio. Con esto no estoy culpando a Carmen Gloria Daneri, por la cual tengo el mayor respeto. Simplemente, creo que hubo un malentendido

-¿Cree que se está estigmatizando Izkia Siches?

-No sé si estigmatizando, pero se está hilando demasiado fino. Lleva muy poco tiempo en el gobierno. A veces uno toma riesgos y no funcionan. Eso fue lo que pasó en Temucuicui. Pienso que ella fue con la mejor intención para dialogar con los que realmente hay que conversar: con los grupos que han desafiado al gobierno y que son más reticentes. No fue posible, pero fue un gesto válido.

-¿Cuál sería su consejo para capear las turbulencias?

No hay que tenerle miedo a las turbulencias, aunque yo le tengo mucho miedo… En algunas cosas soy bastante miedoso, pero lo supero. Y soy bastante llorón, pero también lo supero. La gente tiene que sobreponerse a sus problemas, a sus dificultades y dar una imagen de solidez.

-La situación en la Araucanía sigue compleja. ¿Qué hacer si la invitación al diálogo tampoco funciona?

-La Araucanía se ha complicado mucho. No solamente por los temas de orden público, sino por la presencia de otros fenómenos que antes no cabían en la ecuación de la Araucanía. Me refiero al narcotráfico. Necesariamente, hay que buscar un diálogo efectivo con todos. Es la única forma de aislar a los grupos más complicados.

“(Siches) lleva muy poco tiempo en el gobierno. A veces uno toma riesgos y no funcionan. Eso fue lo que pasó en Temucuicui. Pienso que ella fue con la mejor intención para dialogar con los que realmente hay que conversar: con los grupos que han desafiado al gobierno y que son más reticentes. No fue posible, pero fue un gesto válido“.

-Ahora, ¿un diálogo tiene que ofrecer algo…? 

-Claro, tienen que ofrecer tierra y autonomía. Pero autonomía dentro del marco del Estado de Chile. Y lo digo porque ahí es donde algunos se pasan y quieren que la justicia de los pueblos originarios sea aparte. Eso no funcionó ni en Bolivia, que tiene mayoría de población indígena. Entonces, hay mucho voluntarismo. Hay incapacidad de comprender que el principal problema que tenemos en la Araucanía data de hace dos siglos.

-El problema es que el Estado no está entrando.

-Así es… El Estado no tiene idea de lo que está pasando en realidad. No tenemos un servicio que nos diga lo que está pasando en tal o cual parte. Y el problema es que uno puede tener inteligencia, policías, pero hay que dialogar con aquellos que están haciendo las locuras.

“Cuando estaba en el gobierno había una frase que me cargaba: ‘No voy a conversar sobre el tema mientras no depongan su actitud’.  ¡No pues! ¡Ellos no van a deponer su actitud mientras no conversen con ellos! Esto es lo mismo. Decir: ‘No voy a conversar con terroristas’ es no entender. América Latina está llena de grupos que fueron terroristas y que pasaron a la vía pacífica y democrática precisamente por ese diálogo con ellos”.

-O sea, ¿está de acuerdo con Izkia Siches?

-Por cierto que estoy de acuerdo. Dialogar con los pacíficos lo hace cualquiera. Hay que ir más allá y conversar con los difíciles.

¿CONSTITUCIÓN TRANSITORIA?

-Usted habla de un pacto común, pero los socialistas y los comunistas están en la Convención Constitucional en veredas distintas. Son claras las diferencias. ¿Por qué en el gobierno podría ser distinto?

-Para ser franco, me atrevo a decir que casi nadie está demasiado contento con cómo va la Convención. Ahí tendremos que buscar alguna forma de ajuste… 

-¿Qué forma de ajuste? 

-No sé. Pero decir que ésta es la Constitución de Pinochet o cuando el Presidente Boric dijo que cualquier cosa era mejor que eso, yo creo que no es verdad. Cualquier cosa nueva no es mejor. Nosotros queremos una buena Constitución, que le guste a más del 80% del país y que sirva para varias generaciones… 

-¿Y eso estaría bajo amenaza?

-… Una buena Constitución tiene que tener una mirada de largo plazo. Eso permite que si llega el gobierno un grupo como el Frente Amplio, que nunca pensó estar ahí hace 15 años atrás, se encuentre con una Constitución que le sirva para hacer lo que quiere hacer. Una Constitución no es un documento ideológico. En democracia, la Constitución tiene que servirle a cualquier gobierno para poder desarrollar sus programa, independientemente de su color político.

“Decir que ésta es la Constitución de Pinochet o cuando el Presidente Boric dijo que cualquier cosa era mejor que eso, yo creo que no es verdad. Cualquier cosa nueva no es mejor. Nosotros queremos una buena Constitución, que le guste a más del 80% del país y que sirva para varias generaciones…”

-¿Está en la línea de Ricardo Lagos de que esta Constitución no estaría siendo conveniente?

-No es tanto eso. Me parece que está siendo una Constitución demasiado transitoria. Obedece a lo que un determinado grupo quiere para un momento determinado, y esa es la antítesis de una Constitución.

-Los sectores que están llevando un poco la batuta en la Convención, consideran que ahí tiene que estar la voz del pueblo, las demandas que visibilizó el estallido social. Y creen también que usted, Lagos y otros, serían una elite oligárquica que se resiste a escuchar al pueblo. 

-Bueno, es verdad. La composición de esta Convención, y las decisiones que va tomando, se parece más al estallido social que al acuerdo del 15 de noviembre. O sea, la idea de construir un país ordenadamente y redactar una carta de todos. Entonces, es cierto. La Convención  se parece más a la casa de los que salieron a la calle en octubre y no a una casa común. No olvides que en ese estallido los partidos políticos no estaban considerados. Ni siquiera el Partido Comunista podía salir a la calle con sus banderas. 

-Parece decidido a votar por el rechazo…

-No, no. Primero quiero ver el texto final. Soy un convencido de que, a pesar de todo, siempre se puede ver la luz al final del túnel. Pero de que estoy preocupado, estoy muy preocupado.

-¿De qué?

-Estoy preocupado de que lo hagamos mal. Si lo hacemos mal, esto le va a costar a varias generaciones. Además, el éxito de este gobierno está, y perdóneme la redundancia, ligado al éxito de la Convención.

La composición de esta Convención, y las decisiones que va tomando, se parece más al estallido social que al acuerdo del 15 de noviembre. O sea, la idea de construir un país ordenadamente y redactar una carta de todos. Entonces, es cierto. La Convención  se parece más a la casa de los que salieron a la calle en octubre y no a una casa común. No olvides que en ese estallido los partidos políticos no estaban considerados. Ni siquiera el Partido Comunista podía salir a la calle con sus banderas”.

-Por ejemplo, ¿le preocupa la definición de ser un país plurinacional?

-Me gusta la definición de que somos un país mestizo. Y eso significa, en mi opinión, que tenemos que festejar la existencia de una población relativamente homogénea junto con una población profundamente mestiza. 

-¿Y cree, como se dice, que con el sello indigenista se han pasado varios pueblos?

-Creo que sí. Una cosa es que los reconozcan. Y yo siempre he considerado esencial el reconocer la existencia de los pueblos indígenas. Ese reconocimiento es necesario, pero para tratarlos por igual y no para darles privilegios.

También puedes leer: «Espero que estos momentos rusofóbicos sean cortos y pasajeros»: Evguenia Fediakova habla de la «cancelación» de lo ruso


Volver al Home

Notas relacionadas

Deja tu comentario