La enfermedad es una de las instancias más molestas que puede llegar a experimentar una persona. Ya sea en si misma o en quienes aprecia, el proceso que conlleva la recuperación o resignación del malestar afecta directa o indirectamente a quienes se encuentran presentes en el proceso.
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Lo han vivido cientos de familias con sus abuelos, padres, hijos y nietos. Un malestar que puede cambiar completamente la rutina no solo del paciente, sino de quienes están presentes en su entorno cotidiano: el cuidado de una persona, transformarse en cuidadora o cuidador, suele introducir a una persona en conflictos, soluciones y mundos desconocidos.
Los cuidados quedan a cargo de un adulto responsable en general: desde el cónyuge, la madre e incluso a veces los hijos de quien pasa a convertirse en una llamada “responsabilidad no planeada”.
A medida que la enfermedad de una persona cuidada avanza, la rutina se complica y puede generar en el cuidador un estrés que le impide llevar su propio estilo de vida saludable. Este es el caso de quienes padecen el llamado síndrome del cuidador.
¿De qué se trata?
El síndrome del cuidador o Burnout es un trastorno que se desarrolla en aquellas personas que dedican la mayor parte de su tiempo en cuidar a una persona dependiente.
Fue utilizado por primera vez en 1974 psicólogo estadounidense Herbert J. Freudenberger para describir el estado emocional de los voluntarios que cuidaban a pacientes adictos a las drogas en un centro de rehabilitación.
Esta condición se presenta habitualmente en cuidadores informales, es decir, aquellos que no tienen los conocimientos ni la experiencia previa en cuidados hacia enfermos y/o personas totalmente dependientes para realizar actividades cotidianas.
Los familiares son la primera y (en muchos casos) única opción para encargarse de velar por la calidad de vida de un paciente incurable. Cuando se trata de enfermedades como el alzheimer, cáncer, demencia o trastornos mentales es donde las secuelas en quien cuida pueden ser mayores debido a la complejidad de estos diagnósticos.
Desde tener que modificar sus horarios laborales hasta privarse del sueño o la alimentación, sumado a los tratamientos de la persona cuidada y el aislamiento social derivado de estas circunstancias.
Todo lo anterior representa una sobrecarga emocional y física para la que muchas veces quien asume como cuidador no está preparado.
Se trata de una lucha en paralelo contra la enfermedad donde la persona tutora experimenta la sensación de falta de control en todo ámbito de su vida, pudiendo agotarla física y mentalmente.
Quien asume los cuidados sufren esta sobrecarga, especialmente cuando no encuentran el apoyo necesario de sus familiares y/o el sustento económico necesario para darle al enfermo una calidad de vida lo más llevadera posible.
Los síntomas más comunes del síndrome del cuidador son:
- Cansancio constante
- Problemas para dormir
- Abandono de los pasatiempos
- Desinterés por vivir nuevas experiencias
- Irritabilidad considerablemente alta
- Molestias y dolores constantes sin razón aparente
- Aislamiento social
¿Cómo cuidar al que cuida?
Cuando el cuidador entra en un estado de negatividad constante (debido al desgaste) y limita su vida personal a la persona que protege es cuando hay problemas.
Es importante que estas personas cuenten con el apoyo de amigos y familiares que puedan relevarle de sus tareas o bien preocuparse por ellos.
El cuidar a un enfermo alimentándolo, limpiándolo y transportándolo es un trabajo sumamente duro y al que muchos le dedican las 24 horas del día. A continuación, te presentamos algunos consejos que da la Clínica Mayo para mitigar la fatiga.
Para ayudar a controlar el síndrome del cuidador, haz lo siguiente:
- Acepta la ayuda de otros: Por ejemplo, un familiar puede ofrecerse para llevar de paseo a la persona que cuidas un par de veces por semana. O un amigo puede hacer un trámite por ti.
- Conéctate: Busca recursos de cuidado en tu comunidad. Puede haber servicios de cuidado disponibles, como trasporte, entrega de comida a domicilio o limpieza del hogar.
- Únete a un grupo de apoyo: Te puede proporcionar validación y aliento, además de estrategias para resolver problemas en situaciones difíciles. Las personas que participan de los grupos de apoyo comprenden lo que estás atravesando.
- Busca apoyo social: Esfuérzate por mantener la conexión con familiares y amigos que te brinden apoyo emocional sin juzgarte. Destina algo de tiempo cada semana para hablar con un amigo.
- Fíjate metas de salud personales: Establece una buena rutina del sueño, encuentra el tiempo para hacer actividad física, sigue una dieta saludable.
- Visita al médico: Hazte chequeos de forma constante e informa a tu médico que eres cuidador.
Registro de personas cuidadores en Chile
El pasado miércoles 25 de mayo, durante la conmemoración del Día del Trabajo Doméstico no Remunerado, el Presidente Gabriel Boric, dio inicio al proceso de identificación y registro de las personas cuidadoras, uno de los primeros avances en el Sistema Nacional de Cuidados (SNC).
Este sistema permitirá reconocer el rol de los cuidadores, mejorando sus condiciones laborales y salud mental.
“No podemos permitir que el cuidado de niños, personas mayores y personas con discapacidad recaiga exclusivamente en los hombros de millones de mujeres. Es por eso que, siguiendo nuestro programa de Gobierno, impulsaremos la creación de un Sistema Nacional de Cuidados”, declaró el Presidente Boric durante su discurso en la Cuenta Pública.
Se trata de una propuesta que busca reconocer el rol de las personas cuidadoras en chile (en su mayoría mujeres), apoyándolas y garantizando la ayuda a personas en situación de enfermedad.