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Opinión

13 de Septiembre de 2022

Triunfo del Rechazo: terapia de shock al proceso constituyente

Agencia UNO

Este momento de perplejidad es también el momento preciso en el que los sectores de la derecha comienzan a desplegar una terapia del shock hacia el proceso constituyente en Chile. Esta es la agenda que la derecha persigue desde el día uno de la instalación de la Convención Constitucional.

Ivette Hernandez Santibanez
Ivette Hernandez Santibanez
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Mientras escribo esta columna me toca contribuir para otra columna en un portal de noticias en Reino Unido, y responder a preguntas tales como ¿por qué una abrumadora mayoría que votó por tener una nueva constitución terminó rechazando la propuesta de nueva constitución?

Sin lugar a dudas, el resultado ha dejado a demasiados con un sentido de perplejidad mayor, tanto dentro como fuera de Chile, y el triunfo del Rechazo abre un sinnúmero de preguntas, para las cuales se necesitará tiempo y, sobre todo, un trabajo riguroso de investigación que permita entender cómo es que los sectores del Rechazo lograron un resultado así de abrumador, y en un contexto de un voto obligatorio que abrió la entrada de una mayoría silenciosa de aproximadamente 7.000.000 de votantes.

Lo que es fundamental aquí es entender que la derecha en Chile logró desplegar una estrategia de manipulación psicológica del electorado a un nivel de escala mayor, particularmente con esa mayoría silenciosa, y que encuentra ejemplos similares en campañas por Brexit, Bolsonaro, Trump y el fracasado referéndum por la Paz en Colombia.

Este momento de perplejidad es también el momento preciso en el que los sectores de la derecha comienzan a desplegar una terapia del shock hacia el proceso constituyente en Chile. Esta es la agenda que la derecha persigue desde el día uno de la instalación de la Convención Constitucional.

Milton Friedman describe la doctrina del shock como el momento de conmoción y confusión en el que se pueden instalar medidas impopulares. Esto solo es posible en la medida en que un estado de desesperanza nos lleva a perder nuestras narrativas.

Esta terapia del shock no necesariamente comienza con el resultado del plebiscito de salida de este domingo. Más bien, arranca a partir de una manipulación grotesca de la psicología del electorado, con campañas de miedo, basadas en fake news y desinformación, que se desplegaron en redes sociales y TV abierta entre marzo y agosto de este año.

Hoy, la confianza en el proceso constituyente queda mermada por el resultado electoral, y es precisamente en este momento de desesperanza que la derecha en Chile intentará borrar el momento constituyente que se abrió en octubre de 2019. Solo así se puede entender que hoy, desde ciertos sectores de la política tradicional, se esté hablando del fin del proceso de apertura democrática popular que se abrió con el estallido social.Y es a partir de la pérdida de esta narrativa, que los sectores del Rechazo buscarán borrar el legado feminista, paritario, ecológico y vanguardista del proceso constituyente.

Milton Friedman describe la doctrina del shock como el momento de conmoción y confusión en el que se pueden instalar medidas impopulares. Esto solo es posible en la medida en que un estado de desesperanza nos lleva a perder nuestras narrativas.

A renglón seguido intentarán, a partir de la legitimidad del resultado del domingo 4 de septiembre, reconducir la agenda política del Gobierno en este proceso constituyente, e imponer sus propios tiempos de tal modo de sentar —tal como uno de sus voceros planteó—, las bases de este proceso antes del 11 de septiembre. Precisamente, y en un momento de desesperanza, comenzaremos a ver cómo la derecha en Chile perseguirá, con eslóganes de campaña como “una que nos una”, la disputa hegemónica de lo que considera su mayor legado histórico y político: la continuidad de una democracia neoliberal, patriarcal y colonialista.

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