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Entrevista Canalla

22 de Septiembre de 2022

Nicolás Peric, ex futbolista y panelista de ESPN: «En la tele lo único que me preocupa es no decir chuchadas»

Le apodan el Loco, pero todo indica que su locura se ha matizado. Dejó el fútbol y se transformó en rostro de un canal de televisión deportivo. Hoy es un hombre cuerdo que aquí habla de su locura, de la televisión, del ego, del fútbol chileno, de su carrera política, de Talca, de la idolatría, de Chile y su agotamiento con la política.

Por

El Loco Peric afirma con seriedad que no es tan loco. El Loco afirma, sorpresivamente, que es cuerdo y se acomoda en su terraza, en Las Vizcachas, tendido como un relajado monje que contempla con terquedad un árbol. 

-Está rico acá- señala, inhalando aire urbano, sin asomo de locura o de ira contenida. Este hombre tiene 43 años y ama el silencio y la paz interior. Tiene tres hijos en sus cabales y una juiciosa esposa nacida en Paraguay. El Loco hoy es el remanso y la naturaleza. Al Loco le maravilla la tierra, el aire, un grillo dando sonido a la tarde: actualmente Nicolás Peric -el hito de Rangers, el héroe concebido en San Clemente, el analista de ESPN que comunica estrategias- es un new age vestido de buzo. 

-Puta- reclama- desde chico me decían Loco…

-¿Su conducta era anormal?

-Yo pasaba jugando fútbol, compadre. Todo el día. Si hacía algo loco, era en la cancha.

Y, de pronto, recuerda:

-¡Hasta mi viejo me gritaba loco cuando yo jugaba!

-¿Cómo?

-Gritaba: “Puta, qué está haciendo el Loco, que vuelva al arco”…

-¿Fue un loco de verdad? ¿Lo trataron?

-No.

-¿Fue un jugador trastornado?

-O sea, hice un montón de cosas de las que me arrepiento. Pero eso ya fue.

Es, según parece, un Loco con cargo de conciencia, un Loco en reversa. Un Loco, en términos simbólicos, empastillado. Debutó como arquero el 2002, jugó en gigantescos equipos menores (Universidad de Concepción, Audax Italiano, Everton, el inmenso Rangers, entre otros) y también en el extranjero, en Argentinos Juniors, donde obtuvo un título, y en Olimpia de Paraguay, donde impensadamente obtuvo una esposa. Y, en fin, desde todos esos clubes, desde su debut, deslumbró con atajadas plásticas y porque impartió puteadas por veinte años. 

-Hice tanta huevada…- sonríe el Loco.

-Describa una huevada…

-Naa…

Una vez el Loco corrió cincuenta metros con cara de loco para enfrentar a un árbitro que sostenía temblorosamente una roja. Otra vez le lanzó una botella a un camarógrafo. Le pegó un cabezazo a un contrincante. Hubo codazos, alusiones a las madres, retención de testículos apuntando a la barra rival. Ha sido el arquero más expulsado del fútbol profesional chileno. Era, dice, un gritón en la cancha, alegaba con esos ojos verdes de galán de San Clemente completamente fuera de órbita, era el arquero que amenazaba con el aletazo enguantado. Eso sí, a la vez, era el genio que detenía lo imposible. El Loco de las voladas. La estrella y dos caras. La rabia y el vuelo fotográfico. Era el carácter, el coraje condensado en 184 centímetros. Y lo cierto es que el hecho que sea un futbolista caracterizado por tener huevos resulta coherente: Peric, a fines del siglo 20, se inició en el club San Cocos.

-Siempre de arquero- complementa.

Pero el Loco mutó en un ídolo zen.

Hoy, entre otras cosas, es un hombre de familia. Abre el primer ojo a las siete de la mañana. Deja a su hija en el colegio. Realiza labores domésticas junto a su esposa. Los jueves dirige su escuela de Arqueros en San Clemente. Usa anteojos para leer. Aparece en la televisión exponiendo un mocasín.

-Uno empieza a reflexionar- admite.

-¿Dónde está su esencia actual?

-Hoy paso todo el tiempo acá, con la familia…

Y grita hacia el living:

-¿Pasó algo, hija? ¡Sentí un grito!

Se pone de pie. Corre. Por un segundo el reportero vislumbra al arquero de Rangers, casaquilla 22 en la espalda, jineta de capitán apretando el bíceps izquierdo, corriendo a encarar con los ojos verdes a un juez de línea. Pero, a los segundos, el Loco Peric retorna con su hija en brazos. 

-Este soy yo ahora, huevón- recalca, apretado a la menor de los Peric.

Y el Loco regenerado abraza al legado Peric. Y cuenta de su escuela de arqueros, en la séptima región: allí enseña a atajar y a liderar. Enseña tácticas y personalidad. Tiene treinta alumnos y dos alumnas mujeres hipnotizadas por Endler.

-Puta, eso de enseñar es lo que más me gusta- enfatiza Peric.

-¿Los arqueros son muy solitarios?- sorprende la prensa.

-Mm- el Loco Nuevo se impacta.

-Dicen que tienen mucho tiempo para pensar…

-Es verdad, compadre. Uno está solo siempre. Yo había días en que no entrenaba con mis compañeros, no los veía.

-Y se viste distinto…

-¡El único de otro color, huevón! ¡Puta la huevada rara! Por eso es que los arqueros somos líderes. Somos distintos.

-¿Usted es distinto?

La figura piensa:

-Yo siempre soy el mismo huevón- concluye con sabiduría.

Y libera a su hija del abrazo, despide a su esposa que se va a corregir las uñas al mall y queda a solas. Peric y su cordura.

Entonces se sienta en el sofá.

Y únicamente dice:

-Puta que está rico aquí afuera…

El Loco rostro

-¿Y la tele?

Y el Loco suspira.

-Bien, muy bien.

Antes del retiro, el 2020, aún vistiendo la camiseta de Rangers, lo cortejaban los ejecutivos de ESPN. “Ven a trabajar con nosotros”, le susurraban, “deja el fútbol, ya tienes 42 años, Loco, los dirigentes te han manoseado, es el momento”. Y el Loco se negaba, se aferraba al arco. Déjenme hacer la última volada, rogaba. Y estiraba el paso final.

Pero un día dio el aviso en un diario:

“Quiero estar en las comunicaciones. Hablo de corrido. Soy bonito. Y tengo todos los chocleros”, dijo.

-Y estoy en la tele, pos huevón. En ESPN, un equipo espectacular, me han tratado increíble- enfatiza ahora, inflado. 

-¿Habla de corrido?

-Hablo de corrido.

-¿Usted es bonito?

-A veces.

-¿Tiene todos los dientes o bien los llamados chocleros?

-Todos, compadre- Y Peric sonríe para que demos crédito a su dentadura. 

-¿Qué le gusta de la tele?

-A mí lo que me gusta es analizar el fútbol. Yo disfruto el fútbol, todo el deporte. Yo veo todo. La NBA, la UFC, básquetbol, béisbol, …incluso…a mí me fascina mirar el golf…

-¿Está hablando en serio?

-Te juro, huevón. Es alucinante mirar el golf…

-¿Lo hace en estado de sobriedad?

-Totalmente…

Junto a un panel de profesionales analiza el deporte en F Show con altas dosis de entusiasmo, el programa de ESPN que conduce Cristián Sánchez, el Lolo inmutable, ex jugador juvenil de Cobresal. Y el Loco dice que el Lolo lo ha tratado muy bien. Que allí, entre todos, conforman un camarín, un camarín televisado, un grupo de embalados que comparten una conversación. Como si estuvieran en un asado imaginario.

-Disculpe, pero…¿si usted era Loco en la cancha…es también Loco en el set?

-No, no. Es distinto. Eso sí, cuando estoy en la tele lo único que me preocupa es no decir chuchadas.

-No debe ser fácil, se lo digo con respeto.

-Claro, uno va aprendiendo. Uno se va adaptando.   

-¿Y le piden que diga cosas estrafalarias, que sean propias del Loco Peric?

-No me piden nada. Me dejan ser absolutamente libre. Jamás dirán: “Puta, trajimos al Loco Peric para que diga huevadas locas”. Nada de eso.

-¿Ya notó el ego?

-¿Cómo?

-En la tele, Loco. Todos quieren lucir…

-Naa…en este equipo no pasa eso.

-¿Dentro del equipo -Grace Lazcano, Rodrigo Gómez, Jean Beausejour, Rafael Olarra, Cristián Sánchez, Nicolás Peric-…a quién le gusta más la cámara?

-Rafa Olarra, compadre. Puta, le gusta. Qué le vamos a hacer.

El reportero hace una pausa, un silencio teatral que antecede a la tensión. Y pregunta:

-¿Por qué hablan como argentinos, Nicolás?

-¿Qué? ¿Quiénes?

-Tengo entendido que toda persona que pisa ESPN se pone a hablar como argentino…

-No, no. Y…no tenía idea.

-Su tono…

-Qué…

-Está hablando como argentino.

-¡Yyyy….!

-Otra vez…

-¡Es que mi señora es paraguaya!

-Esa debe ser la causa- empatiza la prensa.

El Loco 2022, el Loco en pantalla, está feliz. Ya renovó contrato por tres años en ESPN. Y, dentro de lo que corresponde a su labor, opina lo siguiente:

1) “Es bueno que los ex futbolistas analicen el fútbol, genera cercanía con la gente”.

2) “Me retiré del fútbol y casi no he estado triste. No soy de esos que se ponen a jugar baby con los viejos cracks. Y creo que no estoy triste gracias a este programa”.

3) “Bonvallet me quería. Siempre le gustó mi personalidad”.

Luego el Loco dijo que admiraba a Solabarrieta, a Sagredo, a una enorme cantidad de periodistas. El reportero le dice: Opine, dentro de los ex futbolistas, de Barticciotto. “Sabe mucho”, responde Peric. ¿Borghi? “Sabe mucho”, responde. ¿Marcelo Vega? Y el Loco alarga el silencio. Al rato dice: “Mm…tiene un personaje, creo que tiene la necesidad de ir más allá. No estoy de acuerdo con poner notas a los jugadores”, responde, tajante, en modo Loco. Y luego el Loco dice:

-Los jugadores no se enojan si uno hace un análisis profesional.

-Opine de Alexis Sánchez y de Arturo Vidal…

-Se tiene que retirar cuando ellos lo decidan.

-¿El fútbol chileno es fome?

-El fútbol chileno se ha despotenciado.

-¿El fútbol chileno es malo?

-Es malo porque no crece. Porque no hay mirada de espectáculo. El talento hay que pulirlo.

Falta el fuego interno- sugiere el reportero. 

-¿Eh?- Peric se pone alerta.

El fuego interno, le apunta el reportero, es lo que, según Maradona, te hace superior. El fuego interno es lo que te hace correr cuando no puedes correr. Es la materia prima de los argentinos. Es la materia prima de los alemanes. Es la materia prima de los campeones.

-El fuego interno…- suspira el Loco.

Y los ojos del héroe de San Clemente se agrandan. 

Como si otra vez fuera un niño.

El Loco alcalde

Se confirma, entonces, que el Loco Peric es ese héroe talquino que hoy sostiene a su hija en brazos y se dedica a ser cuerdo. 

-Jaja- él ríe.

Días atrás le pintaron tres murales en una población esquinada de Talca. De modo que en un margen de la ciudad está perpetuado Nicolás Peric Villarreal, con la jineta de capitán, el Corazón Valiente de Rangers de Talca, atajando una pelota pintada con spray. 

-Ese es el homenaje más bonito que yo podría recibir- reconoce emocionado.

-Ser inmortal en el mural…

-Sí, huevón. Ser inmortal en una población que nadie conoce. Estar en un mural en un lugar en el que vive gente real. Y ahí estoy, huevón, pegándome una volada…

Estamos ahora ante el LocoLindo Peric, el humano, simplemente un talquino. Como el mismo reportero.

-¿Todavía quiere ser el alcalde de San Clemente?

-Me lo han pedido. Me han buscado. Quizás llegue ese día…Pero yo no pertenezco a ningún bando político. Yo voy por ahí con lo que creo.

-¿Y Chile?

-Estamos en este proceso. Hay tanta disconformidad. 

-¿Qué siente?

-Me tiene aburrida la demagogia, compadre. De lado y lado. Me tienen aburrido los que hablan y hablan y no dicen nada.

Y se queda callado, bruscamente.

-Entonces ya no está tan loco…

-Ahora soy un loco más reflexivo. 

-El Loco que adora el campo…

-Ese sí soy yo- concluye el nuevo Loco Peric, el capitán eterno de la séptima región.

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