Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Actualidad

28 de Septiembre de 2022

Cuchillos, turbas y desilusiones: 3 relatos de personas que fueron (o intentaron ir) al primer concierto de Daddy Yankee

El primer recital de la visita del "Big Boss" terminó mal: llegó Carabineros, hubo episodios de violencia e incluso desmayos al interior del Estadio Nacional. Aquí algunas historias que reflejan cómo se vivió el polémico show.

Por

Caos total. La primera jornada de la visita de Daddy Yankee a Chile este 27 de diciembre terminó con graves incidentes en el ingreso al concierto. Las entradas al Estadio Nacional se vieron totalmente colapsadas y en redes sociales se denunciaron múltiples turbas, escenas de violencia e incluso presencia de armas entre el público que ingreso al recinto.

Debido a los graves hechos, la alcaldesa de Ñuñoa, Emilia Ríos, presentó ante la justicia un recurso de protección para evitar la realización de las siguientes fechas que tiene agendado el rey del reggeatón. “Esperamos (…) que con esto se suspendan los eventos hasta que no logremos asegurar los máximos estándares de seguridad que den tranquilidad a quiénes participan del evento y también a vecinos”, sostuvo la edil. En la misma línea, el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, instó a que se ejecute “un plan de seguridad en serio para el día de hoy”.

La Delegada Presidencial de la RM, Constanza Martínez, se juntó esta mañana con personal de Carabineros y Bizarro productora del evento-, para dar a conocer un plan de acción. Tras la reunión anunciaron la ejecución de más cierres perimetrales y el redoblamiento de esfuerzos policiales en el sector para evitar nuevas “turbas” organizadas.

Alfredo Alonso, director de entretenimiento de Bizarro, señaló que ya han detectado “tres o cuatro grupos organizados, que tenemos sus nombres” y que agrupan a “más de mil 500 personas” que realizaron planes para boicotear la entrada al show. Sin embargo, descartó responsabilidades de su productora en las entrada, debido a que sus facultades solo están “de la reja hacia adentro”.

En The Clinic recolectamos tres relatos de personas que fueron al primer concierto de Daddy Yankee en Chile, y vieron macabras escenas que van desde las ya masificadas turbas de personas que se colaron, hasta sujetos con armas de fuego que disfrutaron del show.

Constanza Jiménez (27)

“Llegamos a las 19 horas con una amiga al estadio. Había una cola enorme para los sectores de Andes, Cancha Vip y Pit por Pedro de Valdivia. A las 20:30 ya había empezado el show de Polimá -para nuestro pesar- y habíamos avanzado una cuadra. Todo el mundo empezó a correr hacia la entrada y obviamente nosotros también para no perder el puesto, pero era un caos. No vimos a ningún guardia o Carabinero hasta que llegamos a la entrada. Gritaban “¡Entren! ¡Entren no más!” a todo el mundo.

Cuando llegamos al puesto de control de adentro, donde teníamos que hacer nuestro ingreso a Cancha Vip, había una cantidad enorme de gente esperando para entrar. Era angustiante, la cantidad de personas, y más encima no nos dejaban pasar. De repente la masa empieza a correr, porque abrieron el punto de control y dejaron que pasaran. La masa nos llevó, y ni siquiera vimos a gente de seguridad o de la productora validando las entradas.

Adentro tratamos de quedarnos cerca de la reja, con una familia y otro grupo de chiquillos que estaban igual de angustiados que nosotras, pensando en que cuando el concierto empezara de verdad la gente iba a correr hacia adelante y nos iba a dejar espacio. Craso error. La gente seguía y seguía entrando, había gente adentro -colada- vendiendo cervezas, comida y energéticas, fumando marihuana en medio de la masa, mientras nos íbamos apretando más y más. Las avalanchas eran seguidísimas, y veíamos cómo incluso la gente se colgaba de las rejas para meterse al concierto.

A la hora del inicio del show, no veíamos nada. Nosotras no somos altas, mi amiga mide 1,55 mts y yo 1,60, pero siempre que nos quedamos en la parte de atrás de cancha podemos ver algo. Esta vez estábamos tan apretadas que era peor que hora punta en la línea 2 del Metro. No vimos casi nada, yo al menos conté 10 personas desmayadas y como 20 que pasaban llorando colapsadas. Además, nos llegaba a ratos señal y nos entraban mensajes de amigas que nos contaban el desastre que había, los asaltos y que habían acuchillado a alguien.

Después de un rato estábamos tan ahogadas y asustadas que tuvimos que pedir ayuda para que nos pasaran hacia el pasillo de escape. Ahí estuvimos los últimos 20 minutos, donde por fin pudimos disfrutar un ratito del concierto. Sin embargo, apenas terminó “Gasolina”, el cierre del concierto, con mi amiga tomamos la decisión de huir. El concierto seguía, pero no podíamos quedarnos más rato con el miedo de ser aplastadas. Salimos casi que corriendo por la vía de escape, arrancando de un par de situaciones de empujones que estaban ocurriendo y esquivando a los vendedores ambulantes que se estaban metiendo con carros de comida y todo a la zona de escape.

Al salir y ver a los guardias nos quedó clarísimo el por qué del caos. No había personal de Carabineros visible, de los 50 guardias que vimos, 45 eran mujeres mayores, y no había ningún tipo de control. Un desastre de concierto, hoy amanecí con el abdomen moreteado por los empujones y apretones. Básicamente no vi el concierto que llevaba esperando meses y temí a muchos ratos por mi integridad física. Espero, sinceramente, que Bizarro se haga responsable y devuelva el dinero por un pésimo evento”.

Virginia Mendieta (40)

“En mayo logramos comprar entrada a cancha para ver a Daddy Yankee. Estuvimos esperando, esperando, y llegó el día: yo vivo acá cerca del Estadio Nacional así que nos fuimos caminando con mi amiga. Llegamos alrededor de las 7 de la tarde y ya era un caos, se notaba que no iba a terminar bien. 

Hicimos una cola super larga que, en el fondo, no llevaba a ningun lado porque cruzaba Grecia, después se devolvía por Manuel Montt. El sector de las vallas papales era tierra de nadie, cada quién se valía por la suya. Una cabra empezó a moverlas con una fuerza que no sé de donde la sacó, cuándo otras le pararon los carros y se empezaron a agarrar de las mechas y con insultos.

Había mucha gente enojada, personas que ya estaban arriba de las barandas y los muros de cemento en la entrada del Estadio. Además vendían mucho alcohol afuera: puestos de mojito, tequila, cerveza. No había ningún control, entonces yo creo que eso también ayudó a que la gente no cooperara.

Nos pusimos en el sector que había menos gente y donde se veía que el grupo estaba menos exaltado. Pero esperando que nos abrieran la puerta, la cerraron con una cadena y un candado en nuestra cara. Ahí empezamos a ir para atrás y me di cuenta que me habían robado el celular. 

Nos hicimos amigas de unas cabras que habían venido a ver a Daddy Yankee desde Concepción, pero en ese momento nos cayeron lacrimógenas -sin hacer nada, estabamos solo esperando poder entrar- y las perdimos entre el humo. Después cuando estabamos saliendo del grupo porque no habían cerrado la puerta, vimos que estaban haciendo incendios chiquititos. Estaba la embarrada. Busqué por todos lados mi celular, pero nada, ya estaba super quemada por lo que había pasado y ni siquiera alcanzamos a entrar.

Había gente con armas blancas, con los típicos cuchillos grandes de la cana. Íbamos saliendo y cachamos que había un gallo con un sable, así como con un garrote de la selva. 

Nos fuimos a la casa para dejar constancia en Carabineros y prendí otro celular que tengo, con el que ví que mi iPhone figuraba a un kilómetro de mi casa. No lo quisimos ir a buscar porque realmente en ese entonces ya estaba el guanaco tirando agua, estaban quemando cosas afuera. El ánimo estaba demasiado caldeado. 

Llamé al plan cuadrante y vinieron, pero tuvieron que irse dos veces en medio de mi declaración porque tenían que ir a otros procedimientos. En una estaban robando un auto entre tres personas y en otra estaban apuñalando a otra. Se salió de toda proporción, de toda expectativa que tienes de ir a un concierto pasándolo bien, y estando piola y tranquila.

En los cuatro días de Coldplay no hubo ningún problema. Pero cuando a mí me robaron el celular, pensé que esto ya era demasiado. Aunque hubiesemos podido entrar no creo que lo hubiésemos pasado bien porque después vimos los videos de como estaba la gente adentro y era realmente un cumpleaños de monos”.

Sara Alfaro (27)

“Esperé dos horas afuera de la entrada por Grecia al sector de galería, que estaba cerrada porque gente sin entrada se había colado momentos antes. Al parecer, habían agredido a personal de la productora. Cero opción de entrar al show de Polimá Westcoast.

Nos trasladamos a la entrada de Pedro de Valdivia -que un chico del personal con chaqueta roja me dijo que estaba abierta para todas las ubicaciones- sólo para encontrarnos con el mismo panorama: rejas cerradas, sin noticias de si nos iban a abrir o no.

Había gente trepando a los muros intentando pasarse e incluso había una persona armada con un fierro. Otros tirando botellas y basura, mientras la gente amenazaba con botar las rejas para pasar. Ni rastro del personal de Bizarro, ni de indicaciones o instrucciones para las personas que teníamos nuestra entrada.

Con todo eso, decidí retirarme minutos antes de las 21 horas -hora oficial de inicio- del concierto de Daddy Yankee. Comenzaron a llegar guanacos de Carabineros y nos fuimos. Pésima organización y nula seguridad. Una burla para quienes pagamos la entrada oficial”.

Notas relacionadas

Deja tu comentario