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Entrevistas

3 de Noviembre de 2022

Carlos Maldonado, secretario nacional de Demócratas: “No aspiramos a representar a la centroderecha, pero si podemos llegar a acuerdos”

Agencia UNO

El ex presidente y otrora precandidato presidencial del Partido Radical se unió a los senadores Ximena Rincón y Matías Walker para conformar un nuevo partido de centro, Demócratas, desde donde ejercerá de secretario nacional. En esta entrevista, además, explica por qué no se aliaron a Amarillos, dada las similitudes de discurso y de posicionamiento en el sistema político: "quisieron seguir su propio camino", afirma.

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Hasta el Hotel Almacruz en San Antonio 65, centro de Santiago, acudieron diversos líderes y representantes de la ex Concertación para el lanzamiento de un nuevo partido político con domicilio en el centro y aspiraciones de gobernar el país: Demócratas.

En el salón del hotel, que estaba a casi la mitad de su capacidad, los ex senadores DC, Matías Walker y Ximena Rincón, concentraban casi toda la atención y se sacaban fotos con quienes terminaban de hacer la fila para estampar su firma de adhesión a la nueva colectividad.

Ahí fueron apareciendo otras figuras mayormente conocidas para la opinión pública, como el ex diputado y otrora precandidato presidencial del PPD, Jorge Tarud, y el también ex precandidato presidencial del Partido Radical, Carlos Maldonado.

Luego de haber presidido la centenaria colectividad entre el 2018 y el 2021, ahora Maldonado asume como secretario nacional de la directiva provisoria del Partido Demócrata, colectividad que será comandada por Ximena Rincón. En su directiva, además, hay siete vicepresidentes, entre los que se encuentran Matías Walker, Jorge Tarud y Gabriel Alemparte.

Luego del lanzamiento oficial de este nuevo partido, Maldonado compartió unos minutos con The Clinic para entregar sus apreciaciones de este nuevo capítulo en su trayectoria política. 

Directiva de Demócratas

-Ya tenemos un Partido Republicano y ahora un Partido Demócrata, ¿se agringó la política chilena?

-Es una casualidad, pero sí puede ser llamativo, jaja. Eso sí, nosotros nos merecemos más el calificativo que el Partido Republicano, porque es nuestra esencia creer en la democracia, en la libertad y en los derechos de las personas. Republicanos todavía tienen que mostrar en su trayectoria que pueden contribuir eficazmente al país.

-En la directiva provisoria del partido coinciden tres ex precandidatos presidenciales: Ximena Rincón, Jorge Tarud y usted. ¿Van a buscar otra oportunidad?

-Hay otros potenciales candidatos más como Matías Walker. Ese es un tema que en su minuto veremos, tenemos que quemar varias etapas. Esto es como una maratón o una carrera de obstáculos. Lo primero es que el Servel nos acepte nuestra escritura que firmamos para que nos declare partido en formación, luego que juntemos las firmas. O sea, el proceso es largo. Después vendrá, espero, presentar candidaturas, ya sea de convencionales, municipales, de gobernadores.

-¿Cómo se le explica a la ciudadanía que tanto ex candidato presidencial haya dejado su partido de origen?

-Lo que marcó un antes y un después de la centroizquierda en Chile fue el Proceso Constituyente, lo que ocurrió entre el Plebiscito de Entrada y el Plebiscito de Salida. Ahí se marcó también un momento político, un punto de inflexión de la centroizquierda. 

Muchas personas de izquierda tuvimos la valentía de no comprar la tesis de que teníamos que estar por el Apruebo porque habíamos estado contra la dictadura; examinando el texto llegamos a la conclusión de que no era conveniente para Chile. Institucionalmente, nuestros partidos no tuvieron la capacidad de dar ese paso.

-¿Hay un problema en la institucionalidad de partidos como el PR, la DC y el PPD?

-De alguna manera los partidos tradicionales no lograron salir del microclima de la política. No lograron una mirada de qué es lo que está pasando realmente en la realidad social del país, así lo demostró el resultado del plebiscito. 

Lamentablemente, la institucionalidad de los partidos no fue capaz de romper con la inercia de seguir haciendo, entre comillas, lo lógico. Así como estuvimos por el NO a la dictadura y estuvimos por el Apruebo en el Plebiscito de Entrada, lo lógico era estar por el Apruebo de salida, pero eso no era bueno para el país.

-Usted ha dicho durante toda la presentación que es de centroizquierda, pero Demócratas se define de centro. ¿Cuál es finalmente la posición del partido?

-Como dijo Matías Waker, somos de centro y centroizquierda. Aspiramos de verdad a representar a un gran mundo.

-¿Y centroderecha?

-No, no aspiramos a representar a la centro derecha, pero sí podemos llegar a acuerdos. En los gobiernos de la Concertación, muchas de las grandes reformas se hicieron con un amplio espectro político. 

La mayoría de los fundadores de este nuevo partido fuimos parte de la ex Concertación, por lo tanto somos de centro izquierda. Lo que pasa es que aspiramos a una centro izquierda moderna y amplia que interprete también a los que se hagan llamar el centro político.

-¿Ser de centro significa lograr mayorías?

-Cuando uno quiere gobernar y lograr cambios, tiene que tener mayorías. Es virtuoso que una agrupación que aspire a gobernar se proponga como objetivo esencial generar mayorías ciudadanas y parlamentarias. Un gobierno de minoría está condenado a ser frustrado.

“Queremos (Demócratas) interpretar esas mayorías que confiaron en la Concertación”

-Para hacerle espacio a Demócratas en la centroizquierda, ¿es necesario desfondar a la DC y al Partido Radical, por ejemplo?

-La centroizquierda que gobernó los primeros 20 años del retorno a la democracia ha tenido después un declive. No es que el electorado haya dejado de sentirse llamado por esas posiciones, por esa mirada, sino que los partidos de alguna manera se alejaron quizás de las prioridades del electorado. 

Más que disputar el espacio a unos u otros partidos, lo que queremos es tratar de interpretar a esas mayorías que en su minuto confiaron en la Concertación, y que luego han buscado distintas fórmulas.

-Recordando la frase que se le escapó a Ximena Rincón cuando era presidenta del Senado, ¿van a tomar palco frente al gobierno?

-Tenemos la mejor disposición y voluntad para colaborar en las cosas que el gobierno proponga y que consideremos que sean buenas para Chile. Ahora, evidentemente que vamos a criticar lo que sea malo, o vamos a tratar en el Parlamento de mejorar también las propuestas que se hagan pero por lo menos este gobierno debiera ser capaz de entregar una buena reforma de pensiones. Hay que hacerse cargo de la seguridad.

-Hoy en día el sistema chileno está fragmentado en cada vez más partidos; son cerca de 15 partidos con representación parlamentaria. ¿Por qué no formar una sola colectividad con Amarillos, por ejemplo?

-La verdad es que esa pregunta tendría que responderla Amarillos. Después del 04 de septiembre les propusimos conversar para ver la posibilidad de converger en un movimiento amplio, pero ellos tenían un diseño bastante predefinido y bastante armado: en Amarillos quisieron seguir su propio camino.

La verdad es que hubiese preferido que hubiesemos estado todos juntos, pero ahí la pregunta tendrían que responderla Amarillos. Son personas muy valiosas, tenemos una mirada bastante cercana y estoy seguro que podremos confluir en el futuro en acuerdos políticos y alianzas. 

Al final el veredicto lo va a dar la ciudadanía. Hay periodos políticos en que hay mucha fragmentación y, finalmente, en los procesos electorales se va separando la paja del trigo y va quedando claro quiénes tienen fuerza y quiénes no.

-¿Hay que modificar el sistema de formación de partidos entonces

-Sí. Es bien importante que logremos un sistema electoral que privilegie la formación de partidos más grandes; un sistema electoral que privilegia la fragmentación le hace mucho daño al país. 

Se ha argumentado que es bueno que haya diversidad, pero cuando la diversidad se transforma en fragmentación, dificulta el avance de mayorías y de acuerdos.

-¿Y Demócratas no está profundizando esa fragmentación?

-Sí, pero con la esperanza de que sea un partido grande y contribuir a darle estabilidad a Chile desde la solidez política. No queremos un partido del 2%, sino del 20% como mínimo. Para eso tenemos que trabajar mucho.


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