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Entrevistas

14 de Diciembre de 2022

Cristián Valdivieso (Criteria) y acuerdo constituyente: “El gobierno tiene que blindarse ante los retiros de las AFP y poner una agenda económica que permita enfocar el debate”

El experto electoral y director de la encuestadora Criteria comenta esto a propósito de que en abril del 2023 se podrá volver a tramitar los retiros de las AFP. Además, aquí hace una proyección respecto de las críticas que ya concentran la participación de expertos en la redacción de una nueva Constitución. “Más que impugnar la condición de experto, se va a impugnar la condición de élites”, sentencia.

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Pasadas las 21:00 horas del lunes 12 de diciembre, los presidentes de la Cámara y del Senado, Vlado Mirosevic y Álvaro Elizalde respectivamente, anunciaron el acuerdo para habilitar un nuevo Proceso Constituyente, luego del triunfo del Rechazo en el Plebiscito de Salida del pasado 04 de septiembre. 

Si bien el acuerdo define el funcionamiento del órgano constituyente, aún hay algunas dudas respecto de cómo va a funcionar el proceso de redacción de una nueva Carta Fundamental, lo que abre otra perspectiva de análisis; los actores que capitalizarán dicho espacio y las eventuales debilidades que tendrá el denominado Consejo Constitucional.

Bajo este contexto es que The Clinic contactó al experto electoral y director de la encuestadora Criteria Research, Cristián Valdivieso, para abordar los detalles del acuerdo y las consecuencias que advierte en las preferencias de la ciudadanía.

-¿A quién beneficia electoralmente que los consejeros constituyentes sean elegidos por circunscripciones, tal como se eligen a los senadores en la Cámara Alta?

-Lo que tenemos es una elección que no va a ser proporcional a la población. La Región Metropolitana va a elegir cinco consejeros teniendo la mitad del padrón electoral, y Aysén va a elegir dos con unas 80 mil personas en su padrón. En general eso tiende a favorecer a la centro izquierda y a la centro derecha más que a los grupos más extremos. 

En las grandes urbes es donde, en general, a la izquierda le va mejor, me refiero a Apruebo Dignidad, principalmente. Pero en el resto se tiende a empatar las posiciones del mundo de la derecha y la izquierda, o de la centro derecha con la centro izquierda. De hecho, es cosa de revisar la última elección presidencial y uno se da cuenta que en las grandes urbes fue donde mejor le fue a Boric.

“Los partidos emergentes de derecha o de orden populista van a hacer ruido porque ellos quieren diferenciarse en este escenario”.

-Con los partidos y movimientos que firman el acuerdo, hay suficientes votos para aprobar la reforma constitucional. Sin embargo, el PDG y el Partido Republicano se restaron con críticas al pacto. ¿Qué efecto político-electoral puede generar que dos partidos emergentes se desliguen del acuerdo?

-Siempre un acuerdo es mejor cuando se suman todas las partes incumbentes y en este caso la gran mayoría firma, incluyendo al Partido Comunista que no estuvo en el primer acuerdo: es un acuerdo más amplio. Los partidos emergentes de derecha o de orden populista van a hacer ruido porque ellos quieren diferenciarse en este escenario y este es un buen momento para mostrar una diferencia con los partidos tradicionales. 

Ahí van a intentar articular la idea, en primer lugar, de que este es un acuerdo de las cúpulas políticas, de las élites que han gobernado permanentemente, o por otro lado, la idea de que este acuerdo no se hace cargo de las preocupaciones de la gente. 

El primer elemento creo que lo va a empujar más el PDG, que tiene que ver con que es un acuerdo de las élites. Lo segundo va a ser la línea discursiva del Partido Republicano, que va a empujar la idea de que esto no tiene nada que ver con la agenda de las personas y que esa agenda tiene sólo que ver con seguridad. 

-¿Y por la izquierda?

-Hay también una tercera impugnación, que es más chiquitita pero que también tiene razón de ser, que es la de quienes están a la izquierda del PC, que también van a hacer una impugnación elitaria respecto de que el proceso no va a ser participativo, popular y masivo para el pueblo. Entonces, hay tres relatos potenciales que, si se suman, van a hacer ruidos permanentes.

-Haciendo la proyección, ¿pueden esos discursos tener un efecto de que la gente termine rechazando el resultado del proceso, considerando que el clivaje élite versus pueblo se viene instalando hace tiempo?

-Es una noticia en desarrollo, pero sin duda que algo va a tocar, vamos a ver cómo se estructuran esos relatos. Este eje, que se sale de la clásica geometría izquierda-derecha, hace mucho sentido en grandes grupos de la población. 

Ahora, también estamos en un momento donde el péndulo de la crítica templada y radical a las élites y a las empresas, se ha ido moviendo hacia una situación más moderada. 

Hoy día la gente no quiere terminar con las empresas, sino que, al revés, empieza a resignificar cosas que tenían un peso negativo como el crecimiento económico, el aporte de los empresarios y la estabilidad política para el país.

-Dentro de las críticas, ha surgido la idea de que el nuevo proceso instala una suerte de democracia tutelada, ¿Tienen cabida esos comentarios?

-Eso no va a prender demasiado, porque la ciudadanía hoy está demandando que los expertos tengan una participación importante, porque quedó muy defraudada de la participación de los independientes. Por lo tanto, más que impugnar la condición de experto, se va a impugnar la condición de élites. 

Cuando empiecen a aparecer los expertos con nombre y apellido, obviamente van a tener historia, ideas previas, una biografía. Y si tú quieres pegarles, a todo el mundo le vas a encontrar algo, porque nadie es prístino.

“Más que impugnar la condición de experto, se va a impugnar la condición de élites”.

-De hecho, en redes sociales ya está el comentario de que, más que expertos, van a haber “cuicos…”

-Va a ir por ahí. Porque, de partida, cualquier experto va a tener no sólo un título profesional, sino una experiencia laboral, probablemente un magíster o un doctorado, o va a haber estudiado en el extranjero, por lo que va a tener una condición inevitable de élite. 

Pero insisto, es en la condición biográfica en que van a ser atacados, pero no en la calidad de experto.

“La gente demanda expertos y quiere ver que tengan incidencia e injerencia”

-Si bien los expertos no tendrán derecho a voto, hay una tercera instancia que es una comisión mixta para resolver diferencias, donde sí podrán votar. ¿Es eso una debilidad del proceso?

-No. Yo creo que, sumando y restando, es más bien una fortaleza, por dos cosas. Primero, porque la gente demanda expertos y quiere ver que tengan incidencia e injerencia. Para eso hay que tener voz y también voto. 

Por otro lado, si los expertos están bien balanceados, van a darle legitimidad a todos los partidos políticos que empujaron el acuerdo y, por lo tanto, van a permitir que sientan más compromiso con el resultado. Eso es clave, porque si terminamos el proceso con una propuesta que es impugnada por parte de los mismos que firmaron el acuerdo, esto se va a polarizar y el riesgo de que no resulte es mucho más grande.

-La última encuesta Cadem muestra a los participantes más activos del acuerdo con una baja en su aprobación. ¿La firma del acuerdo les permitirá aumentar su aprobación?

-El acuerdo, desde el punto de vista de la ciudadanía, es una buena noticia. La gente lo va a valorar, la gente siente que el tema constitucional no era lo más relevante, pero que era un problema que seguía latente. 

Después del Rechazo no hubo ningún festejo, la ciudadanía no ganó nada. La sensación que quedó dando vuelta es que se rechazó porque podía ser peor el remedio que la enfermedad, pero no hubo un triunfo. 

Creo que el acuerdo va a ser bienvenido. No es la solución a nada, pero sí permite destrabar un problema que la gente sí veía que estaba haciendo complejo proyectar un cierto relato o ánimo de país propositivo.

-En otras palabras, ¿la gente ya estaba agotada de ver que no había un acuerdo constituyente?

-Exacto. Por otro lado, reivindica el rol de la política. No es que la gente ahora va a amar al Parlamento, pero sí sorprende con que es posible arribar a ciertos acuerdos. Eso genera una mejor sensación o estado de ánimo.

“No es que la gente ahora va a amar al Parlamento, pero sí sorprende con que es posible arribar a ciertos acuerdos”.

-¿Quiénes podrían capitalizar la firma de este acuerdo?

-Se va a ir viendo en el tiempo, no va a ser tan inmediato. Desde mi punto de vista, y si uno mira analíticamente, creo que Javier Macaya (senador y presidente de la UDI) o Álvaro Elizalde, son figuras que con el curso de los tiempos van a capitalizar el acuerdo, porque sin duda han sido los genuinos articuladores desde el día uno en la búsqueda de este.

-¿Qué rol debería asumir el Presidente Gabriel Boric y el gobierno en todo este nuevo proceso?

-El gobierno tiene que mantener una amplia sobriedad respecto del tema constitucional. No puede sobre entusiasmarse, no tomar una actitud partisana como les pasó la vez anterior, y dejar que esto transcurra por los caminos institucionales, favoreciendo el desarrollo del proceso. 

El gobierno tiene que estar en torno a una agenda que no tiene que ver con el proceso, sino con la economía y la seguridad. El acuerdo es una buena noticia para el gobierno; si bien le va a traer algunos roces dentro de ciertos grupos más radicales, destraba un problema que tenía atrapado al gobierno. 

Por otro lado, el hecho de que haya un nuevo proceso y que sea muy probable que haya una nueva Constitución, es una buena noticia. En ese sentido, uno puede decir que la tremenda derrota de hace tres meses, hoy le está dando una nueva oportunidad. De hecho, el propio Presidente lo dice.

-Y lo dijo con notorio alivio…

-Sí, porque efectivamente estaba todo paralizado y el gobierno no podía desplegar sus reformas. Al destrabarse el acuerdo se alivia porque así pasamos de un relato de que hay que refundar toda la Constitución, a decir que hay que tener una Constitución razonable y con mínimos comunes acordados. 

Además estábamos en un camino donde el Partido Republicano impulsaba un nuevo relato, que era que no necesitábamos una nueva Constitución. Si eso se hubiese instalado, se hubiese tenido una capitulación de un gobierno que había impulsado el cambio constitucional.

-La elección de los consejeros constituyentes se va a topar con que en el Congreso se volverían a tramitar los retiros de las AFP. ¿Qué implicancia va a tener eso en el proceso ?

-Todos los firmantes del acuerdo, para sostener una elección ordenada en torno al problema constitucional, van a tener que poner un candado al problema de los retiros de las AFP. De lo contrario, eso va a ser un espacio de discusión y posicionamiento respecto de una elección a partir de elementos que no tienen nada que ver. 
Esto va a ser en un contexto en que el país va a tener muchos apremios económicos. Por lo tanto, el gobierno tiene que blindarse ante el tema de los retiros de las AFP y poner una agenda económica que permita enfocar el debate.


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