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Entrevistas

13 de Marzo de 2023

Andrea Elliott, doble ganadora del Pulitzer: “Es más caro castigar los problemas relacionados a la pobreza que invertir en solucionarlos”

La periodista de investigación ha dedicado su carrera a seguir de cerca la pobreza, la inmigración y a los grupos vulnerables. El martes 14 participará en la Cátedra de Mujeres y Medios de la UDP, por lo que volvió a Chile luego de 15 años. Con el país tiene una gran conexión: su madre es chilena, su padre fue abogado de Orlando Letelier y aquí pasó de ser modelo a iniciar su carrera para convertirse en la primera mujer en ganar las dos categorías del Pulitzer.

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La periodista Andrea Elliott, investigadora del The New York Times ha recibido muchos reconocimientos. Uno de ellos, y probablemente el más significativo, fue convertirse en la primera mujer en ganar las dos categorías del Pulitzer.

Si bien Elliott no ha podido visitar Chile todo lo que le gustaría, dice que tiene una gran conexión en su corazón con el país. El martes 14 volverá a pisar el país 15 años después de su última visita para participar en la Cátedra de Mujeres y Medios de la Universidad Diego Portales, conducida por la periodista Paula Escobar.

“El vínculo con Chile parte con que me crié en la comunidad de exiliados en Washington D.C.. Mi papá fue el abogado de Orlando Letelier y mis tíos vivieron en el exilio, así que me crie con toda esa historia. También era cercano a Eugenio Velasco, por lo que crecí con la sensación de pertenecer a este lugar que no conocía”, explica Andrea Elliott en entrevista con The Clinic.

-Cuando ganó su segundo Pulitzer, los medios la nombraron como periodista chilena.

-Estoy de acuerdo con esa afirmación. Tengo pasaporte chileno y Michelle Bachelet se alegró mucho cuando gané el premio. Así que Chile puede decir que tiene dos Pulitzer. Me hace feliz compartir esto con Chile.

La destacada periodista tiene una voz suave y habla de forma pausada, por lo que no es difícil entender su inglés. Sin embargo, cuenta con orgullo que maneja varias palabras en español y algunos chilenismos. Su favorito es el clásico “cachai’”.

Su conexión con Chile, cuenta, además de estar marcada por las historias del exilio de su familia, también va por la música. “Nosotros vivíamos en una granja en Virginia. De ahí tengo recuerdos de mi madre cantándome canciones de Violeta Parra”, dice Andrea Elliott.

A pesar de su vida en Estados Unidos, Elliott vivió en Chile durante 1994, que describe como “un año que me cambió la vida”.

En concreto, su vida tomó un rumbo muy distinto al que terminó siendo su destino: “Estaba estudiando en Chile y terminé trabajando como modelo. Me iba muy bien, pero sentía que era una forma ridícula de ocupar mi tiempo. De todos modos, me dio una emancipación de la dependencia de mis padres que fue clave, porque había mucho dinero en el rubro y pude decidir quedarme el tiempo que yo quisiera”.

Después de eso, consiguió trabajo en el documental La Tierra en que Vivimos, de Sergio Nuño. Así, se mantuvo unos 6 meses más viajando por la patagonia de Argentina y Chile. “Esa es mi gran pasión, ir a los lugares que no me son familiares. Eso lo comencé a hacer en Chile, aunque en formato audiovisual”, cuenta Andrea Elliott.

Ese fue el inicio de su carrera, en la que se ha coronado como una de las grandes periodistas de nuestra época. Sobre todo cubriendo temas sensibles como pobreza, inmigración e historias de personas marginadas por la sociedad.

De hecho, su libro Invisible Child, con el que ganó su segundo Pulitzer -en la categoría No Ficción- aborda la historia de una niña llamada Dasani y su familia, donde refleja lo que es vivir la pobreza y sus orígenes.

-¿La experiencia de su familia le dio una sensibilidad especial para cubrir ese tipo de historias?

-Lo que me dio la sensibilidad fue ser diferente. Eso es algo que comparto con otros reporteros. Nunca somos totalmente de un sólo lugar, así que introducimos en nuestro trabajo la perspectiva del forastero. Yo nunca me sentí totalmente estadounidense, y cuando estuve en Chile era “la gringa chilena”. El único lugar donde siento que realmente pertenezco es con otros gringos-chilenos, que hablamos con un acento raro y decimos “cachai”.

-¿Qué le motivó a ser periodista de investigación?

-Eso se lo atribuyo a mi padre, que nunca tomó las cosas con un valor nominal. Trabajó mucho para mejorar la sociedad como abogado de derechos civiles y medioambientales, su involucramiento con la comunidad de exiliados. Él me influenció en la idea de que las reformas son constantemente necesarias y que los sistemas no se pueden aceptar tal como son para siempre. A mi madre le atribuyo la capacidad para lograr que cualquier persona me pueda hablar. Ella es terapeuta y trabaja en la Clínica del Pueblo. Me enseñó lo que es la empatía.

-En Chile la pobreza es cada vez más visible en la ciudad y se ha convertido en un problema. ¿Por qué crees que es un problema ahora, siendo que siempre hubo pobreza?

-Este es un fenómeno global. Puedo hablar mejor de lo que pasa en Estados Unidos, pero tengo mucha curiosidad sobre lo que pasa en Chile, que creo que es muy similar. Para erradicar esto, son necesarios programas muy costosos y la gente no está dispuesta a que se pague, pero no hacerse cargo de la pobreza genera un costo económico mucho mayor a la larga

-Un fenómeno relacionado es que los ciudadanos comienzan a pedir mano dura a los políticos para enfrentar la pobreza, relacionándolo a la delincuencia

-Históricamente la pobreza ha sido tratada como crimen y se le responde con medidas punitivas. Esa es la respuesta para los problemas relacionados con la pobreza, como la paternidad negligente o las adicciones. A la larga, es más caro castigar los problemas relacionados a la pobreza que invertir en solucionarlos.

Este lunes 13, Andrea Elliott llegó a Chile luego de 15 años sin visitar el país. Esa vez, en 2007, había ganado su primer Pulitzer y vino a Santiago para algunos eventos junto a otros periodistas. Al inicio de ese viaje, descubrió que estaba embarazada de su primer hijo. Ahora, ese niño tiene 14 años y está en Chile con su madre, su abuela y su hermana menor.

En esos 15 años, la galardonada periodista no sólo se dedicó a criar a su familia, sino que tuvo un tercer hijo -como ella misma lo define- que fue su libro Invisible Child.

“Este libro implicó seguir a una familia y ver a esta niña crecer, pero también implicó sumergirse en más de 14 mil registros y todo tipo de investigaciones”, cuenta sobre la obra que le significó su segundo Pulitzer convirtiéndose en la primera mujer en ganar ambas categorías del premio.

En la Cátedra de Mujeres y Medios de la Universidad Diego Portales, viene a hablar sobre la importancia de saber cómo contar historias sobre la pobreza de la manera correcta. Esa es la materia que está enseñando actualmente en la Universidad de Princeton, Estados Unidos. 

Pero también viene a mostrar su historia para mujeres que quieran seguir una carrera con ella como ejemplo.

“Cada vez que hablo de los premios que he ganado, lo hago pidiendo disculpas. Las mujeres siempre estamos pidiendo disculpas por nuestros logros, tenemos que partir por evitar eso”, afirma Andrea Elliot. Además, cuenta sobre su carrera: “Lo mejor que me pasó es que me contrataran para cubrir crimen en el turno de noche del Miami Herald, fue la mejor escuela para saber reportear”.

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