Insultos, agresiones y arreglos: Nicolás Gamboa se suma a los castigos más fuertes a árbitros del fútbol chileno en el siglo XXI

Con una dura sanción al árbitro Nicolás Gamboa terminó la polémica por los insultos en el partido entre Audax Italiano y Universidad Católica.

Al juez nacional lo acusaron de agredir verbalmente a jugadores durante dicho encuentro. Tras esto, se revelaron los audios de los intercomunicadores de los árbitros. “Juega al fútbol conchatumadre (sic)”, fue uno de los insultos que lanzó Gamboa.

Sobre esta situación finalmente se refirió la Primera Sala del Tribunal de Disciplina de la ANFP. En dicha instancia se acreditaron los epítetos proferidos por el árbitro y se acordó, por unanimidad, sancionarlo con 15 partidos de suspensión.

En el documento se precisa que dicho castigo cuenta para “el desempeño de cualquier labor arbitral en el fútbol profesional”. Dentro de estas se incluyen “funciones de árbitro, árbitro asistente, cuarto árbitro, integrante del VAR en cualquiera de sus denominaciones y toda otra función relacionada”.

“Para el cómputo de esta sanción se deberá considerar las fechas oficiales del Campeonato Nacional de Primera División, temporada 2023, sin perjuicio de lo cual, en tanto no se cumplan las fechas de sanción, el Sr. Gamboa no podrá desempeñar las antedichas labores arbitrales en ninguna otra competencia organizada por la Asociación Nacional de Fútbol Profesional”, añaden.

Tribunal acreditó insultos de Nicolás Gamboa

En el fallo también se explica que “se encuentra acreditado que el árbitro don Nicolás Gamboa usó un lenguaje indebido y soez”. Lo anterior ocurrió al momento de “referirse e increpar a un jugador del club Audax Italiano, sin que sea relevante que los epítetos fueron pronunciados en un momento del partido distinto al precisado en la denuncia”.

El Tribunal tomó en cuenta estos “fueron dichos junto a un llamado al jugador a mantener la calma y conminándolo a que evite una expulsión”.

Dentro de los argumentos expusieron que el “momento álgido del partido o la poca experiencia del juez” no se pueden considerar causales exculpatorias. Esto, ya que el jugador queda en una “posición que no le está permitido responder o entrar en diálogo con el árbitro, so riesgo de ser reglamentariamente amonestado o expulsado del campo de juego”.

Recordadas sanciones a árbitros

La fuerte sanción en contra de Nicolás Gamboa se suma así a una larga lista de castigos que han remecido al fútbol nacional. El caso más reciente que está en la memoria del balompié criollo fue por el “Caso Castrilli” que terminó con varios jueces suspendidos en medio de denuncias de iiregularidades y presiones para realizar cobros.

Si bien estas acusaciones finalmente se descartaron, si se acreditó un “complot” de un grupo de referís para sacar de la Comisión de Árbitros al argentino Javier Castrilli. Por este caso el principal implicado, Francisco Gilabert, se salvó de recibir 50 fechas de suspensión tras ser absuelto. Sin embargo, sus otros tres compañeros si fueron castigos por el ardid: Felipe Jerez (40 partidos), Cristián Droguett (30 partidos) y Mario Vargas (30 partidos).

Otro de los casos emblemáticos es el de Patricio Polic y su cuestionado arbitraje en 2003 en un partido entre Osorno y Universidad Católica por la Copa Sudamericana. Dicho encuentro terminó con acusaciones contra el juez de favorecer a los cruzados, que tras polémicos cobros se clasificó en penales a la siguiente ronda.

Tras el pitazo final del partido incluso se registraron violentos incidentes por parte de los hinchas locales ante la frustración. La ANFP decidió castigar al juez con ocho meses suspendido y la Conmebol lo sancionó hasta junio de 2004. Además se le quitó la categoría de árbitro FIFA (después la recuperaría) y fue procesado por violar la ley de violencia en los estadios, lo que posteriormente fue revocado.

Finalmente, se encuentra la recordada agresión del juez Juan Francisco Caamaño en agosto de 2002 contra el entonces jugador de Audax Italiano, Alejandro Carrasco. Luego de un cruce de palabras el árbitro reaccionó con un rodillazo entre las piernas que le propinó al futbolista.

Por esta situación el referí enfrentaba recibir una fuerte sanción. Sin embargo, solo dos días después de la agresión presentó su renuncia al arbitraje nacional. Caamaño se mantuvo así alejado durante un año de la actividad y en octubre de 2003, luego de un examen psicológico, se le permitió volver a dirigir en Primera B.