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Reportajes

27 de Mayo de 2023

La vida después de las cámaras: cómo se reinventaron cinco estrellas chilenas de la televisión y música de los 2000

Desde luchas sobre salud mental hasta activismo son parte de los desafíos que han tomado distintos rostros que se tomaron las cámaras a inicios de la década de los 2000. Entre ellos hay músicos, conductores y actores, quienes han reescrito sus vidas con proyectos muy disímiles a los que los antecedían. Estas son sus historias.

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“En el futuro, todos serán famosos mundialmente por quince minutos”. La frase se atribuye a Andy Warhol, pero hasta hoy se discute su origen. Esas palabras, más allá de quién las pronunció, continúan como tema de discusión. Ejemplo de ello es el éxito dentro de la televisión y cultura chilena.

Desde su expansión durante la década de los sesenta, la TV chilena ha sido academia de rostros. Desde artistas hasta personas corrientes, es la principal tribuna para el público nacional. Pese al alza del streaming, plataformas online y otros, continúa siendo una vara para medir relevancia.

Según cifras del Consejo Nacional de Televisión (CNTV), el promedio de consumo diario de los espectadores llega a las cinco horas y 53 minutos diarias. Mientras que en canales de señal abierta el promedio llega a las cuatro horas con 18 minutos, el espectro se reduce en la tele de pago, con solo tres horas y 41 minutos en promedio.

Es por ello que no quedan dudas que gran parte de los recuerdos e íconos de la cultura nacional giran en torno a la televisión. Sin embargo, no toda la vida está en torno a ella. De hecho, sus éxitos suelen ser temporales, presas de su tiempo.

Por ello es que en The Clinic hablamos con cinco figuras reconocidas de la cultura chilena de los últimos años y cómo han transformado su éxito televisivo en semillas para carreras que van desde la música, pasando por el baile hasta innovaciones artísticas.

El viaje de Kevin desde Amango hasta reencontrarse con la música

Kevin Vásquez no puede borrar su sonrisa mientras habla. Llega a la entrevista con un polerón de Hunter × Hunter, y de inmediato agradece la oportunidad. Más tarde, entre sus respuestas, reflexiona que las oportunidades han llegado a él producto de cómo las ha salido a buscar.

Durante años su nombre estuvo asociado a su participación en la serie juvenil de Canal 13 llamada Amango. Allí interpretó a Kevin Gálvez, transformándose en rostro del programa que contaba también con nombres como el de Augusto Schuster, Magdalena Müller o Denise Rosenthal. Sin embargo, cuenta él a catorce años de su fin, una vez que este terminó, su vida debió tomar otro rumbo. Uno mejor.

Kevin Vásquez, reconocido por sus pasos en Amango y Yingo
Kevin Vásquez, reconocido por sus pasos en Amango y Yingo

“Cuando terminó Amando no hubo proyectos para mí porque no encajaba en el perfil que la tele demandaba. Si no había oportunidades, yo mismo me las haría. Empecé a hacer covers al español de canciones anglo. Fue algo netamente mío y la gente me comenzó a reconocer ya no por Amango, sino por los covers. Hoy algunos videos tienen incluso 180 millones de visitas“, describe sonrojado.

Su experiencia en Amango, describe Kevin Vásquez, fue uno de los pilares para encontrarse hoy a sí mismo: “Estuve dos años en Yingo. Luego se acabaron las oportunidades, pero porque yo estaba reticente a participar en estos programas. Agradezco a la gente, pero estaba cansado. Me quería enfocar en la música. Le ofrecí en ese momento a Alex Hernández hacer versiones al español de lo que yo escuchaba. Después subí todo el material a YouTube y me empezó a ir bien. Hice mi camino con eso”.

Desde entonces Kevz, como es conocido musicalmente, lidera el canal de YouTube Kevin&Karla, acumulando 2.3 millones de seguidores. Desde el último tiempo ha impulsado su carrera más allá de los covers, volteándose a la música con gusto personal. Es así como, adelanta a The Clinic, prepara un EP muy personal, acumulando las experiencias que lleva sobre el cuerpo.

“Me ha costado desligarme del tema de los covers. Es un nicho que tenemos súper cubierto. Ahora sacaré un EP de 4 canciones compuestas y producidas por mí. Antes había lanzado proyectos y canciones, pero era algo más chico. Ahora estamos enfocados con mi hermana en mostrar lo que es crear desde la nada. Hay un concepto, espero que la gente lo reciba bien”, añade.

Y es que su pasado en televisión, confirma él, lo marcó en fuego: “Era terrible, terrible. Te daré un ejemplo. Cuando estaba en Amango debíamos grabar fines de semana, pero también teníamos giras. Nos daban ciertos días de libertad en el que uno podía quedarse en casa. Pero una vez ocurrió un evento en Chaitén y me pedían ir mi único día libre de la semana. Yo estaba chato, entre conciertos y grabaciones. Un día, por la presión, me encerré en el baño. No quería viajar y te juro que fue algo que nunca olvidaré. Llamaron los productores, mi mamá estaba al teléfono y yo encerrado, gritando: ¡No voy a salir! ¡No voy a salir! Ahora adulto veo lo que fue eso. Antes no se hacía presenta el tema de salud mental. Hoy, un proyecto infantil se protege más. La sociedad, al menos un poco, está algo más despierta”.

La ruta de Isabel Fernández: su lucha por impulsar el movimiento LGBTIAQ+ y feminista

La vida de Isabel Fernández, dice ella, ha girado en el trabajo. “Comencé a los ocho años. Después, llegué a Chilevisión a los catorce. Después me fui a un reality en TVN, en Canal 13, radio y hasta los 24 años estuve sin parar. En 2014 me fui a vivir a Brasil. Allí, saturé. Me alejé de la televisión, los excesos. Fue el único break que me había dado en la vida”, dice la hoy DJ y productora de eventos.

Durante años fue uno de los rostros más reconocidos que tuvo Chilevisión en distintos programas juveniles, como fue el caso de Invasión que condujo entre 2004 y 2008. También fue conductora de El club de los tigritos además de su debut en Ciudad Cuática en 2002.

Desde 2016 sus trabajos han cambiado de luces. Dedicada a la organización de eventos y a su trabajo como DJ, la también locutora y animadora ha creado una carrera que, dice, ha logrado motivarla a sentirse feliz con lo que hace. “Tengo pegas muy entretenidas, no lo paso mal. El tema son los hábitos. Hay eventos que terminan a las 6 AM en Coquimbo, me debo mover a Santiago y recién a las 10 AM puedo acostarme. Me están pasando la cuenta”, describe.

Y es que en octubre de 2022 Fernández sufrió un burnout o también llamado síndrome del trabajador quemado, que implica un agotamiento físico y mental prolongado. “Con la pandemia los artistas dejamos de viajar, nos bajamos de los escenarios. Antes viajaba de norte a sur. Toqué en el Estadio Nacional, en Creamfields, en el Club Hípico. Pero ahora, no teníamos ni viajes ni eventos”, añade.

Es así como llegó a una de las actividades que más la marcaron durante la cuarentena. “Comencé a estudiar las terapias de energía. Comencé a regalar sesiones por redes sociales para llegar a la gente. Tuve 59 pacientes. Me preocupé de ser un poco Robin Hood ayudando al resto jaja. No me preocupé de mí”, confiesa. Tras el fin de la pandemia, su teléfono no dejó de sonar. “Era tres veces más que antes”, aclara, en referencia a ofertas de eventos, de trabajo.

Isabel Fernández
Isabel Fernández

Con el tiempo revela lo que significó la carga laboral, que derivó en el estrés que la llevó a, por segunda vez, frenar en seco, tomar aire y continuar. “Yo entré de casualidad a la televisión. No lo busqué. Yo tenía catorce años, no entendía nada. Me invitaron a un casting, fui y había puras modelos, regias, altas, estupendas. Yo era muy distinta al prototipo. Yo tenía el pelo corto, era lesbiana. No cumplía. Entonces agarré mi mochila pero se me acercó la productora y me dijo: ‘No te vayas, porque están buscando rostros diferentes. No quieren la típica modelo’. Ahí comenzó todo, con Ciudad cuática“.

Hoy Isabel Fernández está comprometida con su activismo por la comunidad LGTBIQA+. Se trata de uno de los puntos clave de su vida: “El Estado no se ha hecho cargo de, por ejemplo, la reforma de la Ley Zamudio. Fue redactada a la rápida. También con el matrimonio igualitario, que fue promulgada, pero que faltan muchas cosas. Aún tenemos crímenes de odio. Un niño se suicidó en el sur y ni siquiera respetaron su velorio. Nos estamos olvidando de lo más básico, lo esencial: el respeto de los DDHH”.

Por ello, habla la importancia que tiene hablar de este punto: “Hay casos como el de Ana Cook, quien fue lesbiana y fue violada, y hasta hoy no hay justicia. No somos prioridad para el Estado. A mí me preocupa por las generaciones que vienen. Y si puedo colaborar, es importante estar ahí. Ahora estaré en la Marcha del Orgullo del 24 de junio. Es importante que la gente vaya, que la convocatoria sea grande”.

Zapallito Italiano: “No pensé que quince minutos de fama durarían toda una vida”

El nombre de Ana María Muñoz quizá no le suele a algunos de primeras, pero sí su apodo: ‘Zapallito Italiano‘. La bailarina se hizo conocida por un hecho que duró minutos pero, dice ella 24 años después, ha permanecido toda una vida. Y es que en 1999 fue ganadora del programa Extra Jóvenes de Chilevisión producto de su danza. Era la ‘Chica Tecno‘.

Con los años se convertiría, quizá, en uno de los primeros virales que se difundieron con la masividad de Internet. Uno de los virales más queridos por el público chileno. Incluso en la actualidad los videos del registro continúan teniendo comentarios nuevos, donde destacan su personalidad sobre el escenario.

“Lo recuerdo a cada instante. Todos los días me llega el video o el reel a mis redes sociales de gente imitándome, de gente haciéndolo. Fue real, verdadero. Yo con mis 130 kilos en el cuerpo rompí estereotipos del cuerpo, y le gané a tanta niña bella, delgada. Eso con mi personalidad, mis ganas, mi actitud. Se sintió muy, pero muy bonito”, dice ella.

Sin embargo, ella nunca pensó que el resultado de su participación resultaría en un cambio en su vida, en que la televisión haya transformado su futuro. “Yo pensé que iba a ser un concurso no más. Un recuerdo de vejez. No pensé que quince minutos de fama duraría toda una vida. Esos minutos me ayudaron a trabajar de esto, a ser rostro durante un tiempo y poder dedicarme a esto ahora”, añade.

Así, reconoce que hasta hoy está “haciendo eventos gracias al viral de televisión. Hago mucho evento en discos, en matrimonios y otros eventos. Me contratan por distintos lados, y donde yo vaya busco a la chica y al chico tecno. Todos quieren coronarse”.

Zapallito Italiano
Zapallito Italiano

Elisa Montes: “Nosotros seguiremos porfiando, dando la pelea para acompañar a los pocos que se sienten como nosotros”

Elisa Montes es el rostro visible de Slowkiss. “Nació en 2014 y fue algo muy sincero. Nació del amor y de vencer mis miedos, atreverme a volver a la música sin límites y con todas las ganas de experimentar y hacer lo que realmente me diera la gana. Lo que siempre había soñado”, dice al ser consultada por The Clinic.

Sin embargo, su realidad dista mucho de lo que le tocó vivir a inicios de los 2000. En 1999 fue parte del elenco original de Supernova, donde trabajó junto a Constanza Lewin y Consuelo Edwards en la banda pop adolescente de mujeres más exitosa que hubo en Chile. Durante años, se trató de uno de los grupos que se tomaban todas las cámaras de televisión y portadas.

De hecho, en 1999 Maldito amor logró el número uno del país, siendo uno de los hits recordados por sus seguidores hasta la actualidad. “Por suerte esto ya está superado. Ya no me encuentro con los típicos titulares que me decían ex-Supernova. Para mí fue mi banda infantil en la que solo estuve dos años de mi vida, y que significó 20 años más de constantes comparaciones y encasillamientos”, describe sobre ello.

“No quiero decir que todo haya sido absolutamente hostil, porque siempre hay gente que nos apoya. Pero en el fondo, también culpo al machismo retrógrado y la necesidad de estar siempre poniendo a prueba a las mujeres, porque, si no me equivoco, creo que podría ser un sentimiento transversal en la mayoría de mis compañeras en la música”, añade a modo de reflexión.

Hoy, la realidad es distinta. “Aprecio todo lo que he vivido en mi carrera profesional desde 1999. No solo con Supernova, Espartaco y Slowkiss, mis proyectos más conocidos. Uno no se forma de la noche a la mañana. La vida está en constante movimiento, y más en nuestros tiempos. Creo que antes el espectro musical mainstream era mucho mas amplio y claramente había mucha presencia de rock que es la música con la que creció nuestra generación, pero ahora es rudo sobrevivir en el rock”, dice.

Por ello, Elisa Montes da la lucha para transmitir un mensaje. Con Slowkiss prepara la salida del primer single de su próximo disco K.O. Saldrá a la luz el 8 de junio acompañado de un nuevo videoclip que estará en manos de Cristian Pino. Además, lidera una gira por Europa entre junio y agosto. “Estaremos en festivales en Suiza, en el Obenuse Fest y en Alemania, en el Booze Cruise”, destaca. Además, llegará hasta el Reino Unido, llegando a The Dublin Castle, en Camden. “Es un sueño que estamos expectantes de experimentar”, confiesa.

“Me da la impresión de que la música ahora no es lo que era antes, en lo profundo, ahora es mas superficial y no conecta de la misma forma con la gente, desearía que fuera culpa de la poca visibilidad que hay para el rock hoy en día y que los intereses de la gente cambiaran, pero desgraciadamente parece que no pinta bien la cosa por ahora. Entretanto nosotros seguiremos porfiando, dando la pelea para acompañar a los pocos que se sienten como nosotros”

La cruzada de Cristián “Hardcorito” Jara por la salud mental

Cristián Jara hoy está en una cruzada que lo ha llevado a transformarse su vida. Quien fuera conocido durante años como Harcorito hoy es un impulsor de políticas sociales en favor de la salud mental. Ha dedicado su trabajo, tiempo y estudios a ello.

“Estoy en el proceso de poder titularme. Pero todo empieza con mi misión y proyecto que fue abanderarme por la salud mental de Chile. Vi psicología, trabajo social… pero por temas de burocracia, PSU y todo, tomé una carrera que me de mucho conocimiento: Ingeniería en Administración Pública”, señala al medio.

Hardcorito, como fue conocido durante los años 2000, fue una de las figuras más reconocidas que tuvo el programa juvenil Yingo. Allí forjó una carrera televisiva que, con el tiempo, el hoy activista decidió utilizar para ayudar a concientizar sobre problemáticas sociales.

Con ello, habla de las razones que llevaron al giro en su vida. “Yo sufro de trastorno de ansiedad generalizada. Me llevó a luchar por el tema esto. Es bueno, porque quiero hacer cosas. Pero también es malo, porque quiero que se concreten. He aprendido mucho, buscado herramientas para ayudar al resto”, afirma.

Y es que en 2020 Jara dio pie a la Fundación Salud Emocional, enfocada en ayudar e impulsar políticas relativas a salud mental. “Cuando estaba la Convención Constitucional yo estaba en segundo año de universidad, estábamos justo viendo derecho constitucional. Era un poco más fácil entenderlo. Ahí quise llevar a la fundación a otro lado. Era el momento exacto de discutir estos temas para que estén en una Constitución”, reflexiona.

“Como personaje público, por haber sido parte de un programa juvenil, más de alguien puede ser ayudado por esa imagen”, dice Cristián Jara. Fue así como llevó adelante una campaña para que la Convención Constitucional incorporara una iniciativa popular sobre salud mental. Sin embargo, esta acabó siendo rechazada, siendo uno de los grandes golpes que ha recibido en su cruzada.

Así, habla del desafío personal que le tocó vivir: “Yo no tenía ningún conocimiento de hacer una fundación. Tuve que asesorarme, estuve golpeado durante mucho tiempo económicamente. En ese tiempo vi los problemas económicos de continuar, por ejemplo, yendo al psiquiatra. Como paciente, desde ahí, pasé por todos los procesos que significa la espera, la desesperación de no tener plata”,

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