Columna de Ximena Ossandón: El norte de RN

Asistimos a un rebaraje del naipe político en todas sus dimensiones; una recomposición de fuerzas que se identifican con la derecha chilena, tanto de larga data como aquellas emergentes. Para Renovación Nacional y los sectores que representa, el surgimiento del Partido Republicano se ha transformado en una oportunidad para acercar posiciones políticas, fortalecer las instituciones democráticas y trabajar de forma eficaz por un país con mejores niveles de bienestar compartido.

No tenemos por qué enfrascarnos en una disputa electoral en el corto plazo entre ambos, por varias razones. Porque RN ha sido un actor importante de la transición política del país, con una clara vocación de centroderecha, desde donde desarrolla procesos de diálogo y articulación con otros sectores, cuya valoración ha sido transversal.

Por otra parte, Republicanos ha crecido gracias a un discurso “antipolítico”, y cuyo comodín es justamente no contar con “historial político” ni en la administración del Estado ni en el parlamento. Una pesada mochila de la cual ni un partido se salva. Una estrategia válida, pero que termina siempre subyugada a cuando deben asumirse como parte del sistema político (Consejo Constitucional) o cuando acaba la “cualidad de lo nuevo”; es decir, cuando pierde la novedad, que en política es el “ahora”.

El desafío de RN no es competir con Republicanos, sino que asumir y actualizar su vocación de construir una centroderecha de bases amplias, buscando activamente interpretar a los sectores sociales que transversalmente buscan un referente que dé garantías de buena política, de buen gobierno y de buena convivencia, que ponga el foco en los problemas pendientes de los chilenos y chilenas.

No hay sector que pueda asegurar su éxito en próximas elecciones, en simple: ningún partido puede afirmar que sus votaciones de hoy se mantendrán en el futuro. El campo está abierto para el partido político que entienda que la sociedad chilena no es la misma y que tenemos que saber interpretar los múltiples cambios socioculturales (crisis de representatividad,  fragilidad del voto, fragmentación,  limitaciones tecnológicas,  ampliación de la clase media, etc.)

RN cuenta con raíces políticas profundas y con una hoja de ruta que nos permitirá buscar y ofrecer soluciones al nuevo ciudadano; ese que es más informado y a la vez más desconfiado de la clase política. El desafío es brutal, pero RN lo puede lograr.