Columna de María Paz Morales | Frankfurt vs. Frankfurt

Hace tres días, gran parte de quienes conformamos el mundo del libro fuimos sorprendidos al conocer que el Gobierno declinó la invitación de honor de Chile para la Feria Internacional del Libro de Frankfurt 2025.

Es una noticia lamentable rechazar esta invitación, considerando que la Feria de Frankfurt es el mayor evento literario del mundo; recibe 180 mil visitantes por año y exponen más de 4 mil editores procedentes de 95 países de todos los continentes. Esta oportunidad implica enormes beneficios para trabajadores y trabajadoras de la cultura y del libro de nuestro país, al internacionalizar nuestra labor, junto con proyectar una imagen más robusta de la riqueza cultural que tenemos para ofrecer. A pesar de esto, reconocemos que es costoso, pues implica un trabajo de más de dos años que incluye un completo programa de traducción. El ministro de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (Mincap), Jaime de Aguirre, mencionó una cifra entre 6 y 8 mil millones de pesos, que incluso supera la inversión total de un año para el Fondo del Libro.

La decisión del ministro Aguirre se sostiene en las prioridades sobre la distribución de los recursos. En una primera oportunidad señaló “priorizar los recursos para fortalecer el ecosistema del libro y la lectura en Chile, con el objetivo de retomar la tradición de una Feria Internacional del Libro en nuestro país” y, en una segunda oportunidad “preferimos enfocarnos en la Política del Libro, la Lectura y las Bibliotecas (PNLLB) que tenemos pendiente y también hemos lanzado este año”.

Desde Editoriales de Chile hemos presionado sobre la importancia de tener una feria del libro que refleje el quehacer editorial completo del sector y nos alegra saber que hay intenciones de hacer una gran feria internacional. Sin embargo, esto ya nos informaba la exministra Julieta Brodsky hace al menos 4 meses atrás y hasta la fecha no hemos visto ningún avance. Irónico resulta pensar que mientras hablamos de esto, son editoriales independientes quienes levantan ferias de libros que permiten actualmente la circulación de publicaciones y de autoras/es chilenos.

Una situación similar, sino peor, es la PNLLB que se lanzó el pasado 5 de abril y aún no se ha comenzado a implementar ni una sola medida. Al contrario, nos encontramos con noticias como lo de Frankfurt o las preocupantes cifras del Programa de Adquisición de Libros del Sistema de Bibliotecas Públicas y algunos programas del Ministerio de Educación, todos presupuestos en disminución, confrontando no solo la PNLLB, sino también la postura del Presidente de la República, quien públicamente reconoce y pone en valor la cultura, el libro y el conocimiento.

La profunda crisis que vive hoy el Mincap llegó a un punto de inflexión y será difícil cambiar este penoso panorama si tenemos a la mayoría de los y las funcionarias del ministerio en paro. Este momento coyuntural es clave y si ya no fuimos invitados de honor en Frankfurt, por lo menos ordenemos la casa y mejoremos las condiciones laborales de quienes trabajamos en cultura.

* María Paz Morales, presidenta de la Asociación de Editores de Chile.