De seres “sintientes” a “dotados de sensibilidad”: la iniciativa popular de norma busca que los animales estén en la Constitución

La Iniciativa Popular de Norma de la Fundación Derecho y Defensa Animal se impuso como la segunda más votada, con 14.130 firmas, quedando con pase directo para el debate en el Consejo Constitucional que se desarrolla durante estos meses en el ex Congreso.

La norma presentada lleva por nombre “Chile por los Animales” y busca dar protección a estos seres vivos y promoverla por medio de la educación. En la definición ya no los considera como seres “sintientes” (término que causó polémica en el proceso constitucional anterior), sino que como seres vivos dotados de sensibilidad.

Nicolás Escrig, egresado de Derecho de la Universidad de Chile y propulsor de la iniciativa, dijo al Diario La Segunda que lo más complejo es convencer a los defensores de los denominados “deportes criollos” como el rodeo y considera que “ambas normas pueden convivir y no son contradictorias”.

“La encuesta Cadem dice que un 84% de la población está de acuerdo en incluir un deber estatal de protección animal en la Constitución. Creemos que es un tema que genera un consenso muy grande”, sostiene el voluntario de la Fundación Derecho y Defensa Animal. 

La gran diferencia con el término actualmente usado y el que se usó en la propuesta constitucional de 2022, es que el anterior “proponía a los animales como sujetos de derecho, los asimilaba al estatuto de humanos, cosa usada en otras partes del mundo, y aquí la propuesta es más moderada y unificadora”, afirma Escrig.

La iniciativa, que estará en el debate constitucional, “declara que los animales no son cosas, sino que seres vivos dotados de sensibilidad”. Agregando que en el trabajo con la comisión experta y la palabra “sintiente”, “no les gustaba, porque no es reconocida por la RAE. En cambio hablar de seres vivos dotados de sensibilidad, ya que se encuentra recogido en la Ley 20.380 sobre la protección de animales. Entonces, está en el ordenamiento jurídico”.

El próximo paso es “convencer a los consejeros electos”. “Nos hemos estado viendo en reuniones de lobby y se nos pregunta por qué los animales deben estar en la Constitución, por qué no solo queda en lo legal y qué pasa con la industria de la carne”, concluye Nicolás Escrig.