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8 de Julio de 2023

Mascotas versus vecinos de edificios: las historias que enfrentan a las comunidades por perros y gatos

La convivencia entre vecinos y animales tuvo un nuevo choque. La Corte de Apelaciones de Santiago acogió un recurso de protección contra una administradora de edificios por exigirle a una arrendataria que se deshiciera de su perro. La discusión revivió la polémica sobre a quién ampara la ley y cuáles deben ser las condiciones para tener mascotas en un hogar. The Clinic conversó con abogados, administradores de edificios y dueños de perros y gatos que han debido enfrentarse con su comunidad. También con organizaciones que denuncian una deplorable tenencia animal en departamentos.

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“Ningún residente podrá tener más de dos mascotas en su departamento”, leyó Paula (50) como uno de los reglamentos del edificio al que recién se había mudado. Ella llegaba junto a una perra y dos gatos a vivir a Ñuñoa. “No tenía idea de que podían restringir la cantidad de animales que podía tener un hogar, siendo uno propietario del lugar”, dice confundida.

Hasta hoy no le han llegado advertencias directas, solo a través de un circular que la administración envió a cada departamento. Cree que esto se debe a que muy pocas personas saben que tiene más de dos animales, por eso pide hablar solo con su nombre y sin mencionar la dirección. “Sé que hay un reglamento interno que se contradice con la ley. Siempre he tenido la duda sobre cuál tiene más importancia”, apunta.

Gabriela Verdaguer (55) recuerda cuando llegó una nueva persona a vivir a su edificio, en la comuna de Las Condes. “Hasta ese día no tenía problemas. Mi perra llevaba más de seis años viviendo conmigo y todo era tranquilidad, hasta que comenzaron a alegar por sus ladridos”. Señala que la disputa llegó a tal punto con la nueva vecina, que fueron a un juicio que no resolvió todo. Finalmente, tomó la decisión de regalar a su mascota y terminar con los problemas.

Existen otras situaciones donde las exigencias son explícitas desde un inicio y por parte del propietario. Así le pasó a Alexandra (26) mientras buscaba arriendo en Santiago Centro. Encontró un edificio administrado por una inmobiliaria que cumplía con todos sus requisitos. Incluso le permitían tener a su gata Nala, pero con una condición: debía pagar una cuota por mascota. “Fueron $50 mil (por única vez) por ella. Al principio tenían restricción de solo uno, pero luego flexibilizaron según los metros cuadrados del departamento. Aunque asumo que si llego a tener otra, tendré que pagar nuevamente la garantía”, explica.

Para el director de atención al residente de la empresa de administración de edificios GTI, Bastián Meneses (30), la clave es entender la diferencia de cada incidente. “Los propietarios están en libertad de exigir condiciones, pero es diferente cuando hablamos de la administración. Ellos se rigen por las reglas comunitarias, las que siempre deben estar en orden con la ley vigente”, dice. El problema estaría cuando se presenta una diferencia entre estas dos últimas.

Durante abril de 2022, se actualizó la ley 21.442, indicando en su artículo 8 letra B que “el reglamento de copropiedad no podrá prohibir la tenencia de mascotas y animales de compañía por parte de copropietarios, arrendatarios u ocupantes del condominio, dentro de las respectivas unidades”. Así se definiría cuál sería el futuro de esta eterna discusión, pero al parecer no todo estaría resuelto.

Una mañana Violeta Armas (54) despertó con el aviso de que sería multada por sus perros. La última persona que los había paseado era su hijo. De inmediato corrió a preguntarle si acaso orinaron en el pasillo y no había limpiado. Luego, leyó con detención que en el papel aparecía la razón de la sanción: “Mascota no autorizada por la comunidad”.

Los animales en cuestión son Valentina y Negro, dos mestizos que ella adoptó hace 11 años y que hoy describe como su contención. “He sufrido depresión por más de una década. Cuando mi hija se fue de la casa lo pasé mal y estos dos me han acompañado, incluso duermen conmigo. Mi psiquiatra dijo que tenía una historia clínica y que generaría un certificado médico para que lo presentara en la administración”, recuerda.

El documento llegó, pero la respuesta fue que no podían ir en contra del reglamento de la comunidad, donde se expresa que los residentes pueden tener “una mascota de tamaño pequeño. No más alto de 50 cm y que no exceda un peso de 10 kg”. Es decir, debía separarse de un perro. 

Ante la desesperación, Violeta Armas comenzó a publicar en diversos grupos animalistas de Facebook, hasta que la Fundación Arca la contactó y la ayudó junto a una de sus abogadas: Camila Soto (32). “Honestamente, no entiendo cómo la administración cree que ganará en el ámbito legal, creo que hay un nivel de desinformación importante. Administradores que están acostumbrados a la antigua ley”, dice. 

Finalmente, la Corte de Apelaciones de Santiago acogió el recurso de protección contra la administradora de edificios, permitiendo que los canes se quedaran en el departamento. “Me parece que el fallo fue bastante categórico”, opina la abogada sobre el documento donde el tribunal señaló que “dichos animales no aparecen como seres simplemente desechables, como pudiese tratarse de cualquier otra cosa”.

Tenencia responsable: en qué condiciones merecen vivir las mascotas

Al salir del departamento de Violeta Armas, un conserje señala que el ruido de los perros es cosa de todos los días. Dice que hay departamentos muy pequeños y no es la forma en cómo deberían estar. Acusa que muy pocos pasean y que pasan largas jornadas solos, aullando y rasgando puertas. Por eso, cuenta, prefirió tener una tortuga en casa.

De acuerdo al primer estudio de población animal en Chile, aplicado en 2021, se obtuvo que 19,8% de las mascotas salen solos a la calle y que al 56,6% nunca las sacan a pasear. Para la abogada Ariadna Beroiz (32) de la Fundación Derecho y Defensa Animal, estos datos evidencian un problema diferente al debate acerca de la copropiedad en comunidades, y expone la pregunta sobre cómo deben vivir estos seres. “¿Es correcto que estén todo el día en un espacio pequeño? A partir de la tenencia responsable debemos analizar cada caso en particular, no hay una regla establecida qué señale un número máximo por hogar, por ejemplo”, explica. 

Beroiz dice que existen muchos factores al momento de evaluar si se está haciendo un buen cuidado y eso varía de acuerdo a su especie. “No es solo darles un techo, también implica garantizar paseos regulares, que el hogar posea los resguardos adecuados, que tenga comida y agua”, menciona la abogada.

Cuando el caso es grave y su bienestar está en peligro, se realizan las denuncias por maltrato. Héctor Estrada (45), administrador del refugio de la Corporación Unión de Amigos de los Animales, detalla que han sido reiterados los casos donde han debido participar a partir de la coordinación con Fiscalía, la municipalidad responsable y junto a un mandato judicial. “Una vez estuvimos en una casa con 63 mascotas hacinadas, algunos ni siquiera caminaban”, recuerda.

“Nosotros tenemos más de 100 en nuestro refugio, entre gatos, cerdos, gallinas. Y por supuesto que deseamos que todos encuentren un hogar, pero también debemos ser cuidadosos sobre a quién se los entregamos. La idea es que no se vayan para vivir en malas condiciones y tristemente esto a veces considera cómo es la relación con sus vecinos”, enfatiza Estrada.

La explicación se debe al gran número de casos de mascotas golpeadas o asesinadas por personas del mismo barrio o condominio. Así le sucedió a Milenka Rojas (53) hace cinco años con su perro Chavo en Los Andes. Recuerda que no solía sacarlo a pasear, pero aclara que tenían un patio grande para una raza pequeña. “Ladraba como todos lo hacen, pero no más allá de lo común, por eso no podíamos creer cuando lo encontramos cerca de la reja casi desmayado. Lo llevamos de urgencia al veterinario y ahí nos dijeron que no había forma de salvarlo, había sido envenenado hace unas horas”, relata. Dice que si bien hoy conoce la existencia de una ley que los ampara, ha encontrado en su comunidad diferentes avisos que alertan sobre nuevos casos de envenenamiento.

La abogada Beroiz señala que estos casos son frecuentes y como fundación han intervenido antes de que pase algo grave. Por eso también es positiva respecto a la respuesta de la Corte de Apelaciones: “Me gusta este fallo. A pesar de que se menciona que son bienes muebles, igualmente recalca que son seres vivos dotados de sensibilidad”.

La abogada declara que esto da cuenta de la brecha que hoy existe en la legislación, aún queda camino por recorrer para la unificación de criterios. Pero este hito es un gran avance para las comunidades y vecinos, como los propietarios de animales, entiendan la importancia que hoy tienen las mascotas.

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