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Entrevistas

22 de Julio de 2023

Saikomic, mangaka chileno ganador de concurso de la Shonen Jump: “No es lo mismo escribir manga sabiendo que mucha gente te va a leer”

El mangaka chileno de 26 años publica este año una recopilación de sus primeras obras en Saiko One-Shots, en el que están sus primeros dibujos e historias. Allí se puede ver la base de la obra que lo llevó a ganar el Premio Tezuka, el concurso de manga más importante del mundo. En conversación con The Clinic habla sobre su proceso creativo, su lado más personal y lo que se viene a futuro.

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Su nombre es Elvis Yonathan Garrido (26), pero es conocido como Saikomic. Fue en diciembre de 2020 que su apodo se transformó en un símbolo, un hito. El chileno se había transformado en el ganador de uno de los concursos más importantes de literatura japonesa: el Premio Tezuka de la Shonen Jump, la revista de manga más importante del mundo, y que vende aproximadamente cinco millones de copias por semana.

Su vida, cuenta con voz tímida, cambió desde entonces. “Antes era todo un hobby. No lo había tomado en serio, no lo veía como algo masivo. Pero ahora puedo vivir de esto. Escribo tomos de mangas, me puedo mantener de ello”, describe sorprendido de cómo se dieron los eventos.

Uno de los primeros golpes de realidad que tuvo Saikomic ocurrió en 2021, en la Primavera del Libro. Fue allí donde el puesto en el que cual se dedicó a firmar logró acumular una fila de, al menos, 50 o 100 personas, llenando la plaza Inés de Suárez. “Ese día llegó mucha gente. Ahora le tomo el peso a ese momento. Yo había apagado mi cerebro. Uno se da cuenta allí de la gente que te lee, porque aparte de eso, mi vida no cambia. Yo sigo hoy estando en mi casa, tranquilo. En el fondo, no sé cómo reaccionar”, dice con risas entre medio.

En 2021 comenzó la serialización Antagonista, obra que continúa publicando hasta hoy. Este año, sin embargo, volvió a sus raíces. A través de Mangaline publicó una recopilación de sus obras iniciales en Saiko One-Shots.

-Mi plan era hacer lo que estudié, ser diseñador gráfico, trabajar en una empresa y vivir de eso. Siempre fui realista: escribir manga era un hobby. Lo voy a seguir viendo así, pero se han dado las cosas y he podido mantenerme, vender. Cambió completamente mi vida después de ganar (el Premio Tazuka).

-¿Hoy el manga y animé es mucho más popular en Chile?

-He visto que a la gente le gusta mucho más. Es más respetado, no es algo extraño. Tengo una teoría: la gente se mete en el manga porque hay muchas series buenas que han salido, y quieren continuarlas. En el manga uno puede leer una obra por sí sola. A diferencia de los cómics, el manga tiene la misma historia que los animes. La gente se ha dado cuenta de eso. Mucha gente más lo lee, es lo normal.

-¿Dejó el nicho el manga en Chile?

-Sabes, creo que sí. A mí me cuesta creerlo, pero me lo han dicho otras personas, más externas. Algo que me han dicho es que, desde que gané el premio, creció mucho el interés por comprar manga en Chile. Mucha gente más se atreve, han nacido nuevas plataformas para publicar. En Chile existe un gran nivel y se ha elevado mucho más que en otros países.

-Hace un par de años era algo muy lejano.

-Alguien que escribía en español le hubiera costado mucho. En cambio, ahora han premiado a mangakas chilenos afuera, sobre todo chilenos. La gente ahora tiene más fe de publicar este tipo de obras, no solo de leerlas.

La vida de un mangaka chileno

En 2021, casi un año después ganar el Premio Tezuka, Saikomic protagonizó uno de los comerciales que confirmaron el interés de Chile por el manga. Se trató de un spot de Manjarate animado, inspirado en los personajes del mangaka chileno. Con voces en japonés y estética de animanga, era el inicio de una tendencia.

Desde entonces, editoriales como Mangaline, Penguin Random House con Distrito Manga o Planeta con su área de Cómic comenzaron a publicar masivamente obras a nivel nacional. Muchos apuntan al impacto que tuvo el logro del chileno en tierras niponas.

-¿Cuáles han sido sus referentes para el dibujo?

-En manga, desde chico me gustó Naruto, y diría que Yu-Gi-Oh! también. Me gustaban mucho también los juegos. Después, con el tiempo, empecé a ver otro tipo de historias, con otro tipo de narrativas. Por ejemplo, ahora me inspiro mucho en Fujimoto, autor de Chainsaw Man o en One Punch-Man. Me ha inspirado.

-¿Por qué esas obras?

-No es necesario seguir lo típico. No es necesario que el protagonista deba ser de una forma, que le pase algo lineal y después enfrentarse al villano. Chainsaw Man y One Punch-Man me han enseñado a no seguir reglas, sino hacer algo interesante. Me han ayudado mucho.

-¿Cómo se inspira para crear una historia?

-Mi interés nace con contar una historia. Mezclo lo que me gusta y lo que quiero ver, lo que no existe. Me gusta escribir para darle una vuelta de tuerca a las cosas. Parto desde ahí para escribir, para ver algo que no existe. Intento hacerlo yo mismo.

-¿Le gusta leer harto manga o se alejas un poco?

-Me alejo bastante. Creo que es normal que la gente que crea algo no tenga tiempo de consumir el contenido que estás creando. Por ejemplo no he leído muchos autores clásicos. He retomado otros como Slam Dunk. Es bueno nutrirse, claro, pero cuando uno está tan enfocado uno dice: ¿qué hago ahora? ¿Veo un anime, leo un manga o dibujo? Siempre prefiero dibujar.

-¿Cómo ha sido su ritmo de trabajo desde el Premio Tezuka?

-Creo que nunca llegaré al ritmo de los japoneses de hacer una historia de veinte páginas por semana. Es demasiado, además de que tienen ayudantes. Pero uno se debe presionar a sí mismo. Ahora trabajo independientemente, avanzo cuando quiero, pero soy muy bueno para presionarme. Cuando uno empieza a dibujar le agarras el ritmo. Me siento a dibujar y no paro. No me presionan, así que me presiono yo mismo.

-¿Y cuánto es su ritmo?

-Sí o sí debo hacer una página diaria. Uno empieza con el storyboard o boceto y después uno se va a dibujar. Ojalá pudiera hacer tres diarias. Si no hago una me empiezo a sentir mal, pero con dos o tres me siento mejor. El problema es cuando estoy con cosas encima. Entonces, si logro hacer dos páginas puedo hacer otras cosas o jugar (risas).

-Hoy su trabajo no solo es dibujar, sino también el streaming en Twitch.

Con el stream generé una dependencia: también me siento mal si no lo hago. Generé una dependencia, me obligo a hacerlo. Es parecido a lo que significa el trabajo de mangaka para mí. Necesito hablar con la gente, distraerme un poco. Necesito ese momento porque, bueno, últimamente he estado mucho más encerrado que en el resto de mi vida. Al hablar con la gente, hacer stream, me sirve caleta. No es tiempo perdido, además, porque dibujo en vivo.

-¿Cómo describiría su vida en la actualidad, como mangaka chileno?

-Es bastante encerrado todo, bastante solo. Salgo poco, a veces a juntas, pero no me gusta tampoco tanto salir. Necesito diariamente hacer lo que tengo que hacer, y no tengo mucho tiempo para otras cosas. Estoy enfocado en mi trabajo a full. Diariamente trabajo en mis capítulos, que subo gratis a Internet.

“La presión es algo cotidiano”

Con su última publicación, Saikomic ha recogido gran parte de su obra para sus seguidores, que se han transformado en un séquito de quienes lo consideran el principal referente de manga en Chile. Ejemplo de ello es que Antagonista acumula cerca de cinco millones de lectores, mientras que Armados 1.6 millones. Un hito dentro de la literatura nacional.

-¿Cambia que mucha gente lo lea?

-Cambia la forma de hacer las cosas. Antes mi mentalidad era distinta, hacía obras para mí, historias que me gustaran. Pero con un público atento a lo que haces, lo que dices, es otra cosa… están pendientes de nuevos capítulos, de cómo avanza la historia. Entonces uno se presiona: ¿cómo lo hago para sorprender a quienes me van a leer? Uno no hace lo mismo si la gente no te leyera. Creo que es un cambio importante, y me ha ayudado a mejorar mucho. No es lo mismo escribir manga sabiendo que mucha gente te va a leer. Uno se presiona más.

-Ahora publica sus primeros trabajos en una compilación. ¿Ccómo es ese proceso de reunir obras que en su momento no salieron a la luz?

-Me lo pidieron mucho, sobre todo por el tema de Armados, pero yo no quería publicarlo solo porque era muy pequeño. Era un one-shot pequeño. Tengo los drechos, pero no quería, porque me gustan los tomos de manga grandes. Entonces venía la idea de publicar mangas viejos, para mostrar. Hay muchos cómics allí que yo no estoy muy orgulloso de mostrar. Estoy orgulloso de hacerlos, pero no de mostrarlos.

-¿Por qué no?

-Algunos de los primeros, pienso, no eran tan buenos. Hacía lo que me gustaba: peleas, pero con historias que faltaba trabajar. Hay otros que no, que me gustan mucho más. Pero es una forma de recordar el pasado. Es una visita a todo el trabajo que he hecho. Estoy re feliz por eso, de mostrar mi trabajo. Incluso el que me da vergüenza (risas).

-¿Siente que es una forma de pensar: ‘He llegado hasta acá, este es mi trabajo. Llegué lejos’?

-Estoy recordando cosas antiguas. Yo mismo en el manga me burlo de las cosas que hacía. Digo dentro: ‘Esto es una copia de tal cosa’. ‘Aquí intenté hacer esto, pero no lo logré’. Es una forma de abrirme con quienes me leen, contarle cosas a la gente que no son buenas. Es bonito verlo así. Más que un formato de obras sueltas, es recordar y reírme de este trabajo. Estoy conforme con lo que hice. Pero, claro, son recuerdos.

-Sus mangas se están leyendo, vendiendo y están en bocas de mangakas japoneses. ¿Cómo describiría este momento de su carrera?

-Siempre he sabido que el éxito suele ser momentáneo. Es algo que pasa. A la gente le gusta algo, lo miran y después ya no. Es normal, uno también lo hace. Con esto fue parecido, pero no tanto. Yo antes subía videos y a veces se hacían populares, pero después caían. Creo que ahora la gente se ha quedado. Ahora, claro, cuando salió la noticia de que había ganado el premio fue un bombardeo. Ahora estoy más tranquilo. Me gusta ver la cantidad de gente que lee manga y ve anime, veo gente muy motivada. Es un buen momento para los creadores chilenos. Me gusta mucho esto.

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