Ignacia Baeza, actriz de “Generación 98”: “Esta sociedad funciona con ideas preestablecidas y le cuesta aquello que salga de la norma”

De negro y esperando en una banca en los estudios de ChileFilms. La actriz Ignacia Baeza (40) aguarda con un tabaco en su mano. De inmediato pregunta si incomoda el humo durante la entrevista. Está a minutos de grabar una nueva escena para la exitosa teleserie nocturna de Mega, Generación 98, donde un grupo de excompañeros se reencuentran para recordar sus años en el colegio. La reunión traerá consigo temas como el bullying y la venganza.

En la producción, Ignacia Baeza interpreta a Loreto “Alcachofa” del Valle, una madre viuda y alcohólica, que comienza un romance con un joven Vicente Reyes (Simón Pešutić), amigo de su hijo.

Califica su papel como un “regalo”, porque pudo seguir trabajando con un equipo que ya conocía desde “La ley de Baltazar” (2022). “Es un grupo hermoso y me encanta trabajar con ellos. Ahora, mi personaje de Loreto es fascinante. Es una mina compleja, que le ha tocado ser una sobreviviente. Así, debí armar a esta mujer que quedó viuda y con de la soledad muy presente”.

El tema del acoso escolar presente en la teleserie fue algo complejo para la actriz, y si bien dice no haber pasado por bullying durante sus años en el colegio, sí tiene dos hijos y constantemente surgen las dudas sobre cómo abordar la situación: “Siempre me pregunto y estoy en la situación de si mis hijos están sufriendo esto o sin son parte de quienes molestan. Ojalá no estar en ninguno de los escenarios, porque se ejerce mucho dolor y puede transformarle la vida a una persona. Quizás, mi personaje Loreto no participaba, pero estaba ahí también, era testigo”, dice. “Creo que eso mismo explica el éxito que ha tenido, tiene varios caminos para sentirse identificados con los personajes. Es una historia bien contada que genera mucha empatía”, señala Ignacia Baeza.

-¿Cómo se preparó para interpretar a Loreto?

-Siempre tengo a alguien que me asesora un poquito, sobre todo a esta mina que tiene un tema importante, que es una adicción. Soy más de intuición, pero en algunos papeles me ayuda una amiga psicóloga. Especialmente cuando son un poco más complejos. También me preparé con ella para mi personaje en “Pacto de sangre” (2018), donde tenía cierta profundidad, era una persona católica y que de repente le llega esta sorpresa de que su marido mató a una mujer.

-Y en esta oportunidad, es un personaje que tiene problemas con el consumo de alcohol.

-Loreto es una adicta. Y desde ahí surgen muchas dudas: ¿Por qué lo es? Hay una carencia de algo. ¿Un adicto al alcohol está curado todo el día? ¿Por qué toma? Que la historia sea muy clara también ayuda. A medida que voy leyendo entiendo que esta mina está sola, se le murió el marido y tiene deudas. Es infantil, porque no quiere envejecer. Y son cosas que voy descubriendo, lo que me permite profundizar más en el papel. También está el director Nicolás Alemparte, que es un seco y me permite proponer. Acá no es solo llegar y actuar. Hay un complemento absoluto del equipo.

-El alcoholismo es un tema que puede afectar a mucha gente que ve la teleserie. ¿Siente alguna responsabilidad por interpretar estos papeles?

-Creo en su importancia. Veo mucha fuerza en las teleseries, en cuanto a los temas que tocan y la gente en la casa lo agradece. Son asuntos que pasan en su día a día. Me han llegado muchos mensajes y comentarios del estilo ‘soy como tu Loreto, yo también tengo problemas con el alcohol’. Como actriz, me tengo que hacer cargo y tomar este personaje como algo importante, porque afecta a la vida de las personas.

El amor para Ignacia Baeza

Al buscar rápidamente el nombre de la actriz en Google, los principales resultados apuntan a una entrevista que dio en Revista Ya en junio del año pasado, donde habló de su relación con la escritora Florencia Eluchans. Un cambio en su vida que dijo no esperar, pero por el cual ha sentido el respaldo de su familia. “Después de la entrevista solo recibí pura buena onda. Estaba súper asustada, no sabía qué iba a pasar o qué opinaría la gente. Pero para mi sorpresa, ha sido la raja, estoy demasiado agradecida”, dice. Hoy, tiene proyectos con Eluchans, con quien están escribiendo nuevos proyectos para series.

-¿Cree que en estos tiempos la gente todavía tiene que declarar su orientación sexual?

-Mientras que uno sienta la necesidad, está bien. No lo andaba buscando, estaba en una entrevista más profunda, me preguntaron y dije la verdad: “Sí, tengo polola”. ¿Fue difícil? Fue difícil. Pero ojalá deje ser noticia que alguien sale del clóset. Eso es lo que espero. Soy una mina súper piola en ese sentido. No ando hablando de mi vida personal.

-¿Tuvo episodios difíciles después de la entrevista?

-Cuando uno dice estas cosas, todavía tiene que lidiar con prejuicios, a veces te topas en el camino con personas con otras ideas. A mí no me ha pasado con nadie en especial. Sí me ha tocado mucha gente diciéndome que tengo suerte, que tienen un hijo gay y no saben cómo abordarlo. E intento responder algunos de esos mensajes, aunque no puedo hacerlo con todos.

-¿Se siente un referente para el movimiento LGBTQIA+?

-Para nada, no siento eso. Y tampoco es mi estilo. Hace un mes fui a contar unos cuentos para niños a la Fundación Iguales. Me llaman y voy. Pero no son cosas que vaya a publicar. Ojalá que eso deje de ser un tema, tú ves que en las temáticas de las teleseries, en “Como la vida misma“, hay una relación gay o que en “Generación 98” existe una historia entre la Pin Montané y Luz Valdivieso. Y está bien, hay que normalizar más.

Desde otra arista del amor, en la teleserie el personaje de Ignacia Baeza comienza una relación con una persona más joven, levantando la polémica sobre cuáles son las sensibilidades culturales cuando la persona mayor es la mujer, en lugar del hombre. “En el momento que es el macho quien está con una persona más joven, claro, es un campeón, signo de victoria”.

“Si tengo que hablar desde Loreto, ella no quiere envejecer. Y le cuesta mucho el rol de madre, está a la altura de sus hijos. Entonces, se pregunta: ‘¿Por qué yo no me puedo agarrar un pendejo?’. La verdad es que no tengo mucho juicio sobre las cosas. Creo que cada uno es libre de hacer lo que quiera. Mientras sean mayores de edad, por supuesto”.

-¿Por qué cree que la sociedad chilena mira de forma diferente la diferencia de edad cuando la mujer es la mayor?

-Chile es un país machista. Existe eso de que los hombres son los campeones y es patético si una mujer se mete con un cabro chico. En el resto del mundo, si JLo o Madonna lo hacen, es la raja. Esta sociedad funciona con ideas preestablecidas y les cuesta aquello que salga de la norma.

Una vida de teleseries

Para Ignacia Baeza el recuerdo es claro: siempre quiso ser actriz. A sus 3 años se remontan sus primeros recuerdos, haciendo espectáculos a su familia y cantando. “Me pasaba que en el colegio íbamos al teatro y mientras mis compañeras se molestaban y jugaban, yo estaba concentrada. Algo me pasaba y quería estar allí, en el escenario. Veía una película en el cine y era como que sentía algo en el pecho, me gusta mucho”.

“Apenas salí del colegio”, agrega, “entré a estudiar teatro y de ahí no paré más. Hice una audición y quedé para mi primera teleserie que fue ‘Don Amor‘ (2008) de Canal 13”.

-Contó que se prepara mucho para sus papeles. ¿Alguna vez se planteó ser “actriz de método”?

-Valoro mucho la creencia de cada persona, pero no es mi fórmula. Por ejemplo, soy fanática de la serie “Succession” (2018-2023). Y Jeremy Strong, que hace de Kendall, es un actor de método. He leído casi todas sus entrevistas y es tanto su trabajo que llega a ser un problema. Porque le cuesta sociabilizar, que no quiere hablar porque está en personaje. Eso yo no lo comparto mucho, pero es la metodología que te lleva al éxito absoluto. En cambio, a mí me gusta esto, conversar y conocer al equipo, generar química y eso también funciona.