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La lenta recuperación del Parque Bustamante: cómo el “patio trasero” de Providencia busca revivir entre sus vecinos

Tras varios años de decadencia y del estallido social, el Parque Bustamante comienza a florecer con la reparación y mejora de sus lugares icónicos. La seguridad y recuperación del espacio público sigue siendo una deuda, pero desde la municipalidad dicen estar avanzando. "Estamos trabajando para mejorar la sensación de los vecinos del sector, pero eso es una tarea de largo aliento, en la cual ya hemos adoptado acciones concretas", apunta la alcaldesa Evelyn Matthei. Entre los vecinos está la idea de que, finalmente, la zona está recuperándose.

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La lenta recuperación del Parque Bustamante: cómo el "patio trasero" de Providencia busca revivir entre sus vecinos
La lenta recuperación del Parque Bustamante: cómo el "patio trasero" de Providencia busca revivir entre sus vecinos
Fotos: Felipe Salgado
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Entre estudiantes repasando materias en el Café Literario, parejas sentadas alrededor de la pileta y un pasto desgastado y poco cuidado. El barrio ya era conocido por sus noches, donde la prostitución se tomaba algunas de sus esquinas y grupos guitarreaban tomando vino hasta altas horas de la noche, gracias a su débil iluminación. Esa era la imagen del Parque Bustamante semanas antes del 18 de octubre de 2019. A partir del estallido, el emblemático de Providencia cayó varios escalones más en su deterioro.

Después del incendio que se llevó cerca de 10 mil libros, la biblioteca del parque fue desmantelada y utilizada por personas en situación de calle, quienes vieron un hogar en sus pasillos. Entre bombas lacrimógenas y el paso acelerado de los manifestantes, el pasto dejó pasó a la tierra. Las luces quedaron destruidas, haciendo imposible divisar a alguien durante la noche.

Hoy, caminando de norte a sur, la primera imagen que se ve es el Monumento a Manuel Rodríguez rodeado de tablas verdes, las que ocultan el trabajo que realiza Metro de Santiago en el lugar. A la derecha se puede ver una estela de lo que alguna vez fue el hotel Principado de Asturias, incendiado post estallido. Continuando el camino está el Café Literario, también vestido de tablas por su reparación, pero con cierta altura, se puede ver por encima la lámina verdosa que el arreglo ya está terminando.

Las bancas y zonas del Parque Bustamante han vuelto a ser el punto de reunión de muchos vecinos de la comuna. Desde la Municipalidad de Providencia señalan que se invirtieron cerca de $1.400 millones para la recuperación del Café Literario, el que esperan entregar durante los últimos meses del año. 

“Los vecinos del Parque Bustamante se vieron fuertemente afectados por el estallido social, que provocó un inmenso deterioro en el barrio”, señala la alcaldesa Evelyn Matthei (UDI). “No podemos olvidar que se quemaron universidades, hoteles, hostales, museos y nuestro Café Literario. Eso afectó profundamente la vida del barrio, que por mucho tiempo estuvo ligada al quehacer cultural”.

Los vecinos del Parque Bustamante

Hace 18 años Miguel Escobar (65) comenzó con su peluquería frente al parque. Siempre se dedicó a cortar el pelo y asegura que, a pesar de todo, no se arrepiente de comenzar con su local. Recuerda que siempre debió adaptarse a los estilos, según lo requería la moda, pero cuando llegó el Estallido Social y la pandemia, debió dar un giro en su vida. “Saqué todo lo que tenía en la tienda, muebles, vidrios e instrumentos. Fui a mi casa, cociné un poco y comencé a vender pizza. Estaba lleno de jóvenes que iban a protestar. Era la única tienda del sector y vi una oportunidad”, dice el ahora dueño de la pizzería Tango

“He visto muchos cambios, desde que era algo más familiar, hasta ahora que vienen muchos jóvenes. A decir verdad, durante las protestas me iba bien, el problema fue con la pandemia. Ahí tuve que abandonar mi departamento y viví por unos meses en el local, fueron tiempos difíciles”, señala, mientras comenta estar esperanzado que las mejoras del lugar atraigan a más clientes.

Diferente es la postura de Johnny Argote (56), quien atiende un negocio de barrio frente al barrio. “Ahora vivimos un tiempo diferente, ya no son las protestas, ni la pandemia los mayores problemas, ahora el obstáculo es la economía”, opina. Sobre los trabajos en la zona, cuenta que es necesaria más atención porque hasta ahora llega la misma cantidad de gente. “Años atrás, antes del Estallido, la municipalidad hacía trabajos cada mes, ahora veo que se hace muy poco, a excepción de los arreglos del café, por ejemplo”.

Rosemary Rosas (61) es vecina del sector desde 1981 y dice que es evidente que el cambio. Pero estos últimos cuatro años han sido lo más alborotados. “Veo que de repente ponen una que otra planta, que abren locales nuevos y que hay más gente reuniéndose”.

Pero, de acuerdo a Rosas, desde las manifestaciones de 2019, prefiere evitar salir de su casa. Aún recuerda con miedo cuando supo que encontraron una maleta con el cuerpo de una persona muerta y quemada. Era Estefanía Martínez Pérez, una persona en situación de calle conocida por los vecinos. “Hay un tema de seguridad también, prefiero no estar tanto tiempo en la calle. Aparte, en la noche se llena de mujeres que ofrecen sus servicios”.

Para el skater, Gerardo Carruyo (34) es similar. Lleva más de ocho años visitando casi a diario el skatepark de Parque Bustamante y desde el año pasado ha visto que la comunidad crece cada día. “Este es un espacio mantenido y cuidado por los mismos skaters. Somos nosotros quienes cuidamos este lugar, hacemos rampas y reparamos tablas. Como hace poco eran vacaciones, se llenaba de niños y gente de otras regiones que venía a patinar”. “Aunque he notado que está más denso el sector, cuando oscurece llega otro tipo de gente. Aquí se puede conseguir cualquier tipo de cosa. El otro día había unos carabineros fiscalizando, pero no es algo que pase seguido. Creo que podría haber un poco más de control en ese sentido”, comenta.

Una de las zonas que más aglomeración concentra es el parque de calistenia. Danilo Venegas (33) dice que asiste a las barras al menos dos veces por semana. Agradece el techo de lona que instaló la municipalidad, el que es útil durante invierno y verano. “Siempre veo harta seguridad por acá, especialmente porque hay mucho evento. Entonces, llega más gente, ve que está la opción de hacer ejercicio y lo intentan una vez, al menos”.

Para la concejal Macarena Fernández (CS), era momento para la municipalidad retomara los trabajos del barrio: “Los vecinos siempre han reclamado que el Parque Bustamante lo sienten como el patio trasero de Providencia. Creo que esto es una forma de acercarse, demostrar que sí nos importa”. 

Fernández dice estar interesada en la mejora que recibirá el Café Literario, el que no solo será reparado, sino que también incorporará accesos para personas con discapacidad. “Todos estamos de acuerdo con que es un espacio que convoca a muchos vecinos, un lugar de encuentro que es necesario recuperar”.

Similar es la opinión de la alcaldesa, quien señala estar trabajando para mejorar la sensación de los vecinos del sector. “Pero eso es una tarea de largo aliento, en la cual ya hemos adoptado acciones concretas”.

Miguel Escobar dueño de Pizza Tango.

Bajan los robos a vehículos, suben los robos con violencia

Hasta el 23 de julio, en comparación a la misma fecha del año pasado, el cuadrante donde se ubica Parque Bustamante ha visto una disminución de 62,2% la cantidad de robos a vehículos, pero ha sufrido un aumento del 26,3% de robos con violencia, de acuerdo a los datos del Sistema Táctico de Operación Policial (STOP) de Carabineros.

Consultada por las denuncias de venta de droga en el sector y los robos con violencia, la concejal Macarena Fernández comenta que faltan esfuerzos en ese aspecto. “Creo que también es necesaria más articulación con el gobierno central. Por ejemplo, necesitamos potenciar la seguridad y también darle un poquito de mejorar la infraestructura del skatepark. Quizás empezar a cuestionarse si es eso lo que se quiere o lo mejoramos, darle más una visión de barrio también”. “Pero vamos trabajando de a poco, estamos avanzando con el anfiteatro y el café, no se puede hacer todo al mismo tiempo, claramente”.

Cerca de la 1 de la madrugada, en la intersección de Marín con la Avenida General Bustamante, a paso del inicio del parque, se ven a cinco prostitutas conversando y haciendo señas a los autos que pasan. Reacias a la presencia de un periodista, repiten que no están haciendo nada ilegal. Finalmente, es una mujer colombiana, que viste un top rosado y una chaqueta liviana, quien se acerca a conversar.

Dice que su nombre es Karen, aunque al final de la conversación se despedirá como Carmen. Al preguntar por su edad, afirma tener 30 años. Comenta que respeta a la seguridad municipal y que por eso no ha pasado por problemas en su trabajo. Desde hace tres semanas que habita la esquina norponiente de la intersección, con un horario que oscila entre las 22:00 y las 01:00 durante el invierno. Antes trabajaba en Plaza de Armas, en el Portal Fernández Concha, pero la competencia entre diferentes naciones era insostenible.

Explica que el valor mínimo son $40 mil por veinte minutos de relación sexual, que “en un día bueno” puede ganar cerca de $600 mil. “Ese es el precio que se maneja en esta esquina, si no lo cumple te botan, te golpean y sacan de acá”. Comenta que debe pagar $100 mil semanales solo por ocupar el lugar. Al preguntarle a quién, dice que “no puede” hablar, que “las paredes tienen orejas y ojos”.

La seguridad también es un tema para Karen. En las últimas semanas ha visto cómo tres compañeras se subieron a autos de supuestos clientes, solo para descubrir que en realidad se trataba de un robo. “Es inseguro a ratos. La otra vez cinco hombres se bajaron de un auto y le robaron los teléfonos a todas las chiquillas que estaban paradas”.

Un auto de fiscalización municipal se estaciona cerca. Comentan que su labor es preventiva, pues el comercio sexual no es ilegal. Solo pueden mermar la presencia de estos actos al estar atentos a si un auto se estaciona e impide el normal tránsito. Aunque, por lo general, dicen trabajar cerca de Carabineros y PDI, porque en estos lugares concentran presencia de drogas.

La alcaldesa Evelyn Matthei reconoce que es un tema complejo: “Es muy difícil de abordar, ya que la prostitución no está tipificada como un delito, salvo que se trate de menores de edad. En consecuencia, es complejo fiscalizar a las trabajadoras sexuales, más allá de las atribuciones que nos confiere la ley”.

De todas formas, anuncia que hay esfuerzos para inhibir la presencia de clientes en el sector: “Esta intervención consta de varias acciones que se realizaron en conjunto, entre los que se incluye la presencia de un punto fijo de personal de fiscalización y seguridad el que se instala diariamente entre las 21:00 y 6:00 horas. Además se emitió una ordenanza municipal que prohíbe la detención de vehículos en este eje en el mismo horario antes señalado, que infracciona con partes empadronados a quienes incumplen la norma”.

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