El “repliegue” de Revolución Democrática en el gobierno tras el ajuste ministerial

“Sin duda alguna estamos viviendo un momento de crisis importante (…)”. Con esas palabras y cabizbajo, el senador y presidente de Revolución Democrática (RD), Juan Ignacio Latorre, abandonó La Moneda tras el ajuste ministerial que dejó a su partido con el profesor Marco Antonio Ávila fuera de la cartera de Educación.

Hace solo algunos días, su colectividad ya había sufrido la baja más sentida del gabinete: la del fundador y líder de su partido, Giorgio Jackson (Desarrollo Social).

Aunque en “compensación” asumió en Bienes Nacionales la exdiputada y exdirectora de Prodemu, Marcela Sandoval, en Revolución Democrática -hasta el martes por la noche- aspiraban a continuar con el control de la otrora cartera de Jackson. Esos perfiles se le hicieron llegar al Presidente Gabriel Boric.

Uno de ellos era Rodrigo Echecopar, extimonel de la tienda, quien actualmente se desempeña en la División de Coordinación Interministerial (DCI) de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres). Otra opción apuntaba a ratificar a quien hasta hoy ofició ministra subrogante, la subsecretaria Paula Poblete.

La intención también estuvo en Educación, y con un nombre fuerte del partido en la materia: el del sociólogo y académico, Gonzalo Muñoz.

Pero ningunos de los intentos del partido de Latorre por contener el desangre partidario que significó el último cambio de gabinete surtió efecto. Así, en horas de la tarde de este miércoles, en RD se ha citado a un consejo político nacional.

Ad portas del cónclave que sostendrán este fin de semana, el primer punto en tabla a abordar en la reunión -afirman fuentes de la colectividad- será la continuidad de la directiva liderada por el senador.

Con una estructura renovada de consejeros políticos a fines de julio, serían los sectores fundadores del partido -con mayoría en dicho espacio- quienes plantearían el fin anticipado de la mesa de Juan Ignacio Latorre.

¿Quién podría sucederlo? Como la discusión en torno a la figura del senador no es nueva, ya han asomado nombres como el exsubsecretario de Salud Pública y -ahora- consejero político RD, Cristóbal Cuadrado. Incluso, el propio exministro Ávila deslizó la idea de asumir algún rol dentro de la colectividad tras salir del ministerio. “Yo sigo siendo de un partido que ha sido muy golpeado. Ahora voy a tener más tiempo para dedicarme a apoyar y reconstruir mi partido“, señaló tras abandonar Palacio.

Los más optimistas afirman que el partido fundador del Frente Amplio no se ha replegado del todo en su presencia en el gobierno y que aún mantiene injerencia en las decisiones de gobierno con Javiera Martínez en la Dirección de Presupuestos (Dipres), con Miguel Crispi como jefe de asesores del Segundo Piso y con Pablo Paredes desde la Secretaría de Comunicaciones (Secom).

Pero lo cierto es que el liderazgo y la capacidad de incidir en las definiciones de gobierno por parte del presidente del partido viene siendo cuestionada desde que estalló el caso Democracia Viva, escándalo que involucra a la diputada RD, Catalina Pérez; a Daniel Andrade (expareja de la parlamentaria) y su exjefe de gabinete, el exseremi de Vivienda de Antofagasta, Carlos Contreras.

El timonel debió reconocer que antes de que estallara el caso, a mediados de junio, había tomado conocimiento del mismo desde los involucrados directos. Ese episodio fue particularmente cuestionado, pues al inicio del conflicto, mostró una actitud menos firme respecto de la parlamentaria.

Asimismo, y en primera instancia, no despejó del todo sobre si La Moneda fue informada tras conocer de primera fuente los antecedentes del caso. En la evaluación interna del Ejecutivo, han calificado las declaraciones del timonel de Revolución Democrática como “erráticas”.