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Reportajes

12 de Agosto de 2023

La última semana de Giorgio Jackson como inquilino de La Moneda

AgenciaUno

La renuncia del ministro de Desarrollo Social fue tan sorpresiva que, incluso, su propia colectividad, RD, no estaba al tanto de su salida de La Moneda. Jackson, además, se permitió “cerrar” algunas agendas: participó de una reunión del Consejo de Sustentabilidad y la cuenta del ministerio subió un video donde el dirigente RD abordaba temas de innovación.

Por Rocío Latorre y Jorge Palacios

“Acá hay una especie de fijación con el ministro Jackson (…). Ha habido injurias, en términos de endosarle una responsabilidad sin ninguna prueba”. Minutos antes de que Giorgio Jackson se reuniera con el Presidente Gabriel Boric en su despacho, el senador y timonel de Revolución Democrática (RD), Juan Ignacio Latorre, defendía su continuidad en el cargo en una entrevista en Chilevisión

Ese antecedente solo retrata lo repentina que fue, incluso, para su propia colectividad, su salida de La Moneda. Jackson, además, se permitió “cerrar” algunas agendas: participó de una reunión del Consejo de Sustentabilidad y la cuenta del ministerio se subió un video donde el dirigente RD abordaba temas de innovación.

A eso de las 18.00 horas, la información ya la conocía el grueso de su equipo de colaboradores, y media hora más tarde, ya se informaba de la cita -que se extendió por más de una hora- en el despacho de Boric y de los primeros movimientos en la sala de prensa.

A diferencia de otras salidas de ministros -como la de la extitular de Justicia, Marcela Ríos- fue el propio exjefe de Desarrollo Social quien salió a anunciar su renuncia, y respondiendo tres consultas de la prensa apostada en Palacio.

De forma sorpresiva, y tras una actividad enmarcada en la conmemoración de los 50 años en el Museo de la Memoria, el mandatario regresó al Palacio de La Moneda. Allí lo esperaba su amigo y ministro -hasta ese entonces- de Desarrollo Social. Tal como se conoció tras su breve alocución luego de comunicar públicamente su renuncia, Jackson redactó una carta dirigida hacia Boric. 

“Compañero Presidente” —le llama en la misiva— “hoy he tomado la difícil decisión de presentarle mi renuncia indeclinable (…). Trabajar bajo su mandato ha sido el honor más grande de mi vida”. Su escrito cierra con un “hasta pronto”.

Y es que tras develarse el escándalo de Democracia Viva -ligado a militantes de su partido, RD- y, posteriormente, la avalancha de casos de fundaciones y convenios irregulares, la polémica no demoró en llegar a Jackson. 

Sale el hombre de Boric

El robo de computadores y de una caja fuerte desde las dependencias del ministerio levantó suspicacias en la oposición. Incluso, la UDI pidió su remoción en una carta dirigida al jefe de Estado, deslizando que el otrora secretario de Estado podría estar involucrado. Pero la amenaza opositora recién se hizo patente cuando durante la semana el Partido Republicano anunció una acusación constitucional en su contra. 

En los conteos más pesimistas de La Moneda, Jackson podía correr una suerte distinta al libelo -también del partido de José Antonio Kast- que ya sorteó en enero pasado. Y, pasando al Senado, era poco lo que se podía hacer. 

Ese día, y en una improvisada vocería, la ministra -y amiga desde los tiempos en que ambos ejercían como dirigentes estudiantiles- Camila Vallejo, salió en su defensa. señalando que la acción de republicanos era una “sin fundamentos”, que “luego improvisa argumentos”.

Así, sin margen para intentar contener su salida, el golpe que asesta la pérdida de Jackson para Boric no es menor, afirman en el oficialismo. 

Pese a que desde que salió de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres) Jackson se mantenía fuera del comité político, siempre se erigió como el factótum de Boric y uno de los pocos “amigos” del círculo más íntimo que aún habitaba La Moneda: sin su exjefe de gabinete, Matías Meza-Lopehandía; sin Felipe Valenzuela en la dirección de prensa de la Presidencia (ahora con un cargo en el Segundo Piso); o sin Nelson Alveal, exjefe de la avanzada, Jackson era de los pocos hombres de confianza que aún se mantenía en un espacio de convivencia cotidiana con Boric.

La bajada de sus compañeros de gabinete -principalmente de aquellos de Apruebo Dignidad- y de los militantes del Frente Amplio ha sido una sola: el exministro ha sido “generoso” en dar un paso al costado frente al “asedio de la derecha”, poniendo por delante el proyecto político y las reformas. 

“Giorgio Jackson es y seguirá siendo un gran liderazgo de nuestro partido (…). Sin duda su lealtad con el Presidente Boric se ve reflejada en este gesto decente, noble, que hace en pos de la reforma de nuestro Gobierno. La derecha ya no tendrá ninguna excusa, ninguna, para sentarse a la mesa”, dijo el timonel de RD.

Pero -incluso- antes de su salida, el senador y jefe de la UDI, Javier Macaya, marcó su postura. “Nosotros creemos que la salida del ministro Jackson por sí sola no es suficiente para superar la crisis, nosotros creemos que tiene que haber un cambio profundo, un entendimiento, una capacidad de darse cuenta”, comentó durante la mañana del viernes.

En el Socialismo Democrático, en privado, marcan un matiz: su renuncia da algo de margen a un gobierno entrampado en el nulo avance de sus reformas. 

Hace algunos días el senador y futuro timonel PPD, Jaime Quintana, en entrevista con La Tercera, ya había dicho que Jackson se había convertido “en un problema para La Moneda”. Antes, y en diálogo con The Clinic, la jefa de los socialistas y senadora Paulina Vodanovic, lo había llamado a la reflexión. “Hay una autocrítica que cada uno tiene hacer y ver hasta dónde está siendo útil al proyecto político”, señaló.

La cuenta regresiva de Giorgio Jackson

Antes de la amenaza de la acusación constitucional, el jueves 3 de agosto el Partido Republicano ya había presentado un proyecto de acuerdo a la Cámara de Diputados para solicitar la renuncia del entonces ministro Jackson. Con 68 votos a favor y 52 en contra, la iniciativa fue aprobada. En esa oportunidad, hubo un voto oficialista: el diputado Raúl Soto (PPD). “Creo que hay una crisis política en el Gobierno, que requiere un golpe de timón y un cambio de rumbo”, dijo. 

Un día después, el viernes 4, Giorgio Jackson sacó la voz por lo sucedido en el Congreso el día anterior. 

“No estoy velando por mí, sino por un proyecto colectivo”, dijo algo fustigado, aludiendo a que en cada pauta que convocaba el ministerio se le consultaba sobre si renunciaría o no a la cartera.

Las encuestas fueron otro flanco que se le abrió al gobierno al momento de medir la opinión pública sobre el Caso Convenios. 

El lunes 7 de agosto, Cadem identificó que un 56% de los encuestados asociaba principalmente a Jackson como personaje implicado en la crisis derivada del caso de Democracia Viva. 

Ese mismo día por la tarde, La Segunda informaría que tanto Giorgio Jackson, como el ministro de Vivienda, Carlos Montes, y la directora de presupuestos, Javiera Martínez, serían citados a declarar por el Ministerio Público. 24 horas después, Jackson dijo que no le había llegado ninguna citación, pero que “si podemos apoyar la información que requiera el Fiscal Nacional, yo voy a estar disponible de todas maneras”. 

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