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Nacional

25 de Agosto de 2023

El relato de los pescadores que sobrevivieron en el Estrecho de Magallanes flotando sobre tambores de petróleo

Pescadores flotando sobre tambores en el Estrecho de Magallanes Captura.

"Gracias a Dios estamos con vida. Es una segunda oportunidad y hay que aprovecharla", mencionó uno de los hombres tras el rescate.

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Un verdadero milagro vivieron los pescadores centolleros Ismael Lemus (49) y Eugenio Aros (30), quienes lograron sobrevivir a las gélidas aguas del Estrecho de Magallanes tras flotar sobre tambores de petróleo por horas.

Los dos hombres navegaban con destino a la ciudad de Punta Arenas cuando de repente falló una de las cañerías que enfriaba el motor de su lancha, la Cóndor II. Aquello hizo que la embarcación se sumergiera en menos de diez minutos.

Le alcancé a colocar el chaleco salvavidas a mi compañero y nada más. El otro chaleco se fue a pique, junto con la embarcación. También mi celular“, relató Ismael a Las Últimas Noticias.

Los imprevistos ocurrieron de manera tan rápida que los magallánicos únicamente alcanzaron a aferrarse a lo único que encontraron en la lancha para no hundirse en el agua: unos tambores con petróleo.

Soy un pescador experimentado. Lo único que hicimos fue mantener la calma. Eso nos mantuvo con vida. En situaciones así, si te desesperas no piensas bien. Yo sabía que andaban otras embarcaciones a la caza de la centolla, podía ser que nos vieran, era mi esperanza”, añadió el hombre de 49 años.

En ese momento, la dupla quedó por cuatro horas a la deriva a unos 5,5 kilómetros de la Isla Dawson, flotando sobre aguas con una temperatura que no superaba los cuatro grados Celsius y con una sensación térmica de -1º debido al viento y los chubascos de nieve registrados en la zona.

“Es una segunda oportunidad”

El pescador Sandro Cárdenas escuchó desde Chiloé la alerta emanada desde Magallanes Radio, por lo que llamó uno por uno a sus colegas que estaban trabajando por la zona, logrando acudir a su primo Sebastián González, quien llevó a cabo la operación.

“Todo cuadró para que los encontráramos. Los cabros estaban con hipotermia, mal. Les tiramos una soga, ellos se agarraron firme y ahí los tiramos para arriba hasta subirlos al bote. Les pasamos ropa seca y prendimos los quemadores de la cocinita para que se abrigaran un poco. Fue complicado el rescate. Hacía frío”, relató el héroe de esta historia.

Gracias a Dios estamos con vida. Es una segunda oportunidad y hay que aprovecharla“, concluyó Aros tras sobrevivir junto a su colega, quienes se están recuperando de los dolores y malestares que les generó el naufragio.

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