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Reportajes

7 de Octubre de 2023

El inesperado regreso de los reality shows a las pantallas chilenas: las razones tras la vuelta de la denominada “TV basura”

Regreso de los reality shows

Tanto "Gran Hermano" como "Tierra Brava" se han consolidado entre los diez más visto de la televisión abierta, confirmando que el formato esta de regreso y gozando de muy buena salud. Ex participantes, animadores, una socióloga y Nicolás Quesille, el responsable de traer por primera vez este tipo de programas a Chile, hace dos décadas atrás, conversan con The Clinic para explicar este fenómeno que ha encendido la pantalla durante las noches.

Por Bernardita Villa y Nicholas Townsend

“Gran Hermano” y “Tierra Brava” han estado peleando esta semana, punto a punto, el dominio de la audiencia. Incluso, ha ocurrido que tanto el reality de Chilevisión como Canal 13 se han declarado vencedores en una misma noche, según sus propios parámetros de medición.

Lo concreto es que el formato está de regreso y ha encendido la televisión, cuyas noches han estado dominada por las teleseries de Mega, canal que lidera el top ten de los programas más vistos diariamente con sus contenidos y que en estos nueve meses del año registra un promedio de 7,5 puntos de rating, seguido por CHV (6,8 puntos), Canal 13 (5,2 puntos) y TVN (3,9 puntos), según datos entregados por la señal privada.

Esta semana, tanto “Gran Hermano” como “Tierra Brava” se han consolidado entre los diez más visto de la televisión abierta, destacando el pasado 1 de octubre, día del estreno del reality que animan Sergio Lagos y Karla Constant. En aquella velada ocuparon los dos primeros lugares, tan solo separados por 0,5 puntos de rating, cifra registrada por Kantar Ibope.

Los números confirman el renovado interés de la audiencia por este tipo de formatos, tanto así que Mega también prepara su espacio de telerrealidad llamado “La Cabaña”. Un regreso de la televisión banal, la tele basura, que capitaliza varios factores que han marcado a la sociedad chilena en los últimos años.

Nicolas Quesille, productor y director de televisión que fue el primero en traer el formato a Chile en 2003, no se muestra sorprendido por el regreso de los realities. “Era muy esperable porque hemos vivido tiempos de tanta tensión que los realities, que son un producto, en general, de entretenimiento, te dan un respiro, te hacen mirar para el otro lado”, plantea. Luego, agrega: “Pero no creo que sea esa, bajo ningún punto de vista, la causa del regreso de los realities. La causa de su regreso a Chile es que simplemente, para los canales de televisión era un género que se había dejado de lado, que era un género favorito del público, y que se había dejado de hacer porque los últimos resultaron ejercicios, probablemente, no tan exitosos monetariamente hablando, pero sí de rating. En ningún país del mundo se dejaron de hacer realities. Solo en pandemia”.

Karla Constant es una de las principales animadoras de este formato en Chile y actualmente conduce “Tierra Brava”. Con su experiencia, que cuenta con programas de este tipo en la señal del grupo Luksic como en Mega, asegura que “así como los estelares, los realities son programas emblemáticos en cuanto a la entretención, y la gente empezó a pedir justamente un poquito más entretención, porque la realidad era demasiado fuerte (después de la pandemia y el estallido social)”.

“Una de las maneras de las maneras de sobrellevar momentos problemáticos, o donde uno siente que no puede más, es con la entretención, que te hace un poco de cariño, te da un espacio, te permite por un ratito meterte en otras realidades… Tiende a ser un bálsamo frente a realidades más crudas y más duras“, agrega.

Su compañero de animación, Sergio Lagos, expone que el retorno del género tiene relación también con la necesidad de contar buenas historias, así como con un público cautivo y la expectativa de conquistar a las nuevas generaciones. “Hay que recordar que el primer reality que hicimos en Canal 13, data del 2003, han pasado 20 años. De hecho, en lo formal, mis hijos, nunca habían visto un reality, nunca habían visto a su papá trabajar en esto y para ellos ha sido una sorpresa”, cuenta.

Karla Constant y Sergio Lagos, animadores del reality "Tierra Brava".
Karla Constant y Sergio Lagos, animadores del reality “Tierra Brava”.

Janis Pope, una de las primeras chicas reality del país, apunta a la ciclicidad de la televisión. “Sin duda los formatos que funcionan, cuando se les deja descansar y después vuelven y vuelven bien hechos, funcionan”, comenta. La bailarina, que llegó a “Protagonistas de la fama” con 18 años, recordó el uso y abuso de este tipo de producciones que, si bien fueron exitosas, terminó por agotar a la gente. “Dejarlos descansar para volver reformulados o refrescados, hace que la audiencia, en el fondo, tenga curiosidad por saber qué es lo que pasa de nuevo con la telerrealidad”, agrega.

Para Lorena Antezana, académica de la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile y directora del Núcleo de Investigación en Televisión y Sociedad (NitsChile), este retorno se debe a distintas razones. “La primera de ellas es porque la televisión local necesita cada vez más distinguirse de la oferta de otros espacios como el streaming y la fuerte competencia de esos otros lugares de exhibición de productos audiovisuales. Para eso, lo que requiere también es potenciar todos los programas cuyo lenguaje audiovisual específico está pensado para la televisión. Y los realities cumplen esas funciones”, dice.

La socióloga destaca que este tipo de programas pueden “jugar con el directo”, la hibrides de su formato, en el que “tienes a personas reales en situaciones no tan reales, ficticias o forzadas”, y la posibilidad que le da a sus realizadores de crear espacios variados de entretención, competencia y también de conversación. “Todos esos ingredientes son un plus que permite potenciar ese visionado”, explica.

Soledad, aislamiento, desencanto y desintegración social: el caldo de cultivo para el regreso de los reality shows

“Yo creo que hay formatos de todo tipo para que el género volviera”, dice Quesille, quien destaca la novedad que trajo “Gran Hermano” en este regreso de estos programas a la televisión. El director de TV remarca que antes no se había emitido un reality completamente en vivo, lo que lo convierte en “un producto nuevo, de consumo distinto y uno que se diseñó con una lógica diferente”. “Esa lógica es que tú tienes el caudal de público de la televisión abierta, rating, pero además con un deber ser. Ser un programa multiplataforma que debía tener correlato en todas las redes digitales. Partiendo por una OTT, que es Pluto”, complementa.

“Hay un manejo completo de poner contenidos novedosos, lo cual esto se convirtió en un fenómeno no solo televisivo, sino que en un fenómeno social porque supo estar en todas las plataformas y esa es la gran virtud de ‘Gran Hermano’”, comenta el responsable “Protagonistas de la Fama”, quien además celebra el casting del programa “que en un principio fue bien criticado, pero que a la postre ha demostrado que tenía muchas fortalezas generando hasta un fenómeno cultural llamado Pincoya. No es gratuito que fondas en todo Chile hayan llevado su nombre, o el de ‘Los Lulos’”.

Las redes sociales han tenido un papel importante en este regreso, tal como lo plantea Lorena Antezana, quien afirma que todo lo antes mencionado se va a amplificar con ellas. “Tienes el formato televisivo, las redes sociales potencia, amplifican y permiten hacer el comentario de lo que va ocurriendo al mismo tiempo de lo que se está visionando. Tienes un clima político y un clima real de contexto muy complejo, políticamente polarizado, donde hay mucho desencanto, donde hay mucho estrés. Ya se acabó la pandemia, pero llegan todas las consecuencias económicas y políticas también que trajo y eso hace el caldo de cultivo perfecto para que refloten este tipo de programas que exacerban las pasiones. Exacerban los conflictos, que son no del ámbito político, pero que uno puede hacer esa lectura también, sino más bien conflictos que apelan a dimensiones emocionales y cotidianas de las personas”.

A esto hay que sumarle, según plantea la sociología, un ambiente de gran soledad y aislamiento que ha llevado a una desintegración social, “donde no hay grandes discursos articuladores”. “Salvo que juegue el equipo nacional, ‘La Roja’, no tenemos otro tipo de discursos que aglutinen. El tema de poder tomar alguna posición y ser parte de un bando es una oportunidad de una convocatoria para reproducir de alguna manera esta idea de una comunidad imaginaria está al unísono enfrentada a una cierta propuesta”, explica.

“El público se convirtió en un protagonista con una fuerza que no habíamos visto desde el primer reality, ‘Protagonista de la fama’. Con una diferencia, esta vez, el público se organiza vía redes sociales. Antes no existía. Entonces, la gente más fanática del programa genera, se comunica y se convierte en un actor y eso no lo habíamos visto en Chile tampoco”, añade Nicolas Quesille.

Cómo sintonizan con la audiencia

Independiente del formato, la académica de la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile pone énfasis en la función social que está tratando de responder este tipo de programas, teniendo en cuenta que en la sociedad siempre ha existido “esta idea de fisgoneo, de mirar lo que está haciendo el otro” y que en la discusión con otros de lo que se le está mostrando “aparecen los valores conjuntos y de alguna manera se vuelve a reproducir esta lógica de normalización de una sociedad. Sobre lo correcto, lo incorrecto, lo bueno y lo malo. Una tribuna valórica en la que me miro y miro al resto”.

“Después de la pandemia incluso es menos necesarios que salgamos a interactuar con el resto. La sensación de aislamiento es mucho mayor. Por lo tanto, ese fisgoneo, esa vida de barrio, ese conversar con el resto, de alguna manera equilibrar lo que me pasa en función de lo que le pasa al resto, o como me comporto, o respondo a distintos estímulos, va a operar a través de esta pantalla. Para eso, una fuente de identificación es ver a este otro, una persona común y corriente que podría ser yo, actuando en este gran escenario que parece como si fuera la vida real, pero que, al igual que un video juego, es un espacio protegido. Es el mismo tipo de inmersión. No me afecta puedo interactuar con él sin correr riesgos. Por lo tanto, puedo hacer procesos de maduración, de crecimiento, a partir de esto”, explica.

Jennifer Galvarini y Constanza Capelli de "Gran Hermano".
Jennifer Galvarini y Constanza Capelli de “Gran Hermano”.

Nicolas Quesille pone bemoles. “No todo casting tiene como objetivo ser un reflejo del espectro más amplio de la sociedad”, dice, y agrega que este pretende ser “una suerte de acuarela de personalidades complementarias o muy visibles que puedan generar dramas o conflictos”. “La Pincoya y Coni han logrado reflejar a ciertos grupos. Coni logra movilizar activamente a acierto grupo de personas que son capaces de sacar de competencia incluso a participantes que son muy buenos y dejar a personajes que no son tan buenos, televisivamente hablando, solo para proteger el entorno de esta participante”.

La agresividad que ha marcado el retorno del formato

En 2003, Canal 13 emitió el primer reality en la televisión chilena: “Protagonistas de la fama”. El programa juntaba a un grupo de jóvenes anónimos que debían superar pruebas de talento con el fin de ganar el premio de ser parte de una teleserie de la señal privada.

La apuesta fue todo un éxito y marcó el desembarco de este formato que este año cumple dos décadas de ir y venir en pantalla abierta. En aquella oportunidad, el Consejo Nacional de Televisión emitió una declaración pública pidiendo a los canales “no perder de vista el respeto de la dignidad y la intimidad de las personas”.

Una advertencia que por estos días hace sentido, luego de la serie de polémicas que han marcado a “Gran Hermano”. Las distintas peleas entre sus participantes, destacando la de Lucas Crespo y Jennifer Galvarini, popularmente conocida como Pincoya, que se convirtió en lo más denunciado en el CNTV este año. También la reciente discusión entre esta última y Constanza Capelli. Mientras que en “Tierra Brava” han empezado a aflorar conflictos, teniendo como protagonista a Eva Gómez y Pamela Díaz.

Lucas Crespo de Gran Hermano
Lucas Crespo del reality “Gran Hermano”.

Pero es el reality de Chilevisión el que ha sufrido de sobremanera con estos episodios. Una situación que para Quesille radica en que es un espacio en el que “existe mucho drama, porque está en juego las personalidades, las que chocan con otras y no otro factor de competencia”. “Si tomas como referencia ‘Mundos Opuestos’, el objetivo de ganar o perder estaba en vivir mejor o peor. En ‘Pelotón’ era luchar por el honor y ser el más fuerte. En los realities de amor era conquistar a una princesa y las dinámicas de conversación giran a esto. ‘Cómo conquisto a Cari’. ‘Cómo soy capaz de ganar en esta competencia’. ‘Pongámonos de acuerdo’. Cuando está en juego un elemento del entorno del tema del reality, evidentemente que las conversaciones giran en torno a eso con mayor fuerza. Eso no quiere decir que no haya conflictos personales”, dice.

“Estamos en una sociedad que no es que sea cada vez más violenta, pero, en general, tiene bastante menos cuidado con el otro. Es una sociedad que se está construyendo de un solo lado y todos los otros son mis enemigos. Muy polarizado en todas las temáticas. Hay mucha sensación de insatisfacción”, afirma Lorena Antezana. “Quienes están a cargo de la producción del programa, desde el mismo momento que eligen a ciertos participantes sobre otros, ellos saben qué cosas pueden explotar. Saben que esta combinación, de ese encuentro de personas, no va a ser neutra o gratuita, sino todo lo contrario”, agrega.

Pese a esto, las personas denuncian situaciones que no le parecen correctas, pero no parecen castigar al programa con su audiencia. Una situación que, según la socióloga, tiene explicación en una sociedad más centrada en los derechos, en el individualismo y en la lógica de las denuncias. “Hay características sociales que permiten leer esto. Yo denuncio, pero por qué hago la denuncia, porque, primero, yo sigo ese programa, lo estoy viendo, o me parece que no corresponde, o me preocupa la formación del resto. Pero después tengo que seguir viéndolo, porque necesito saber si mi denuncia fue leída o escuchada por alguien. Hay una necesidad muy grande de las personas de encontrar respuestas, de sentir que son escuchadas, que sus reclamos, que sus alegatos llegan a alguna parte. Por lo tanto, no puedo dejar de verlo. Sobre todo, si he puesto un reclamo”, explica.

Realities: ¿TV basura?

En los veinte años de historia de los reality shows en Chile ha pasado un sinnúmero de personajes que se han hecho un nombre aprovechando su exposición en este tipo de formatos. Uno de ellos es Gonzalo Egas, quien fue el ganador de La Granja. El hoy presentador de TNT Sports, fue tajante al afirmar que no coincide con que este tipo de formatos responda a una TV basura, responsabilizando a los programas de farándula de esta etiqueta. Además, suma que esta definición está relacionada con “cierto nivel de ‘gravedad’ que había adquirido la televisión -en realidad las comunicaciones en general-, y no solo por el estallido social, sino que por esta nueva forma de comunicar, los nuevos mensajes que están permitidos y los que no. Eso inevitablemente iba a ecualizarse de alguna manera”.

Participantes del reality "Tierra Brava" de Canal 13.
Participantes del reality “Tierra Brava” de Canal 13.

La modelo y comunicadora Adriana Barrientos, quien hizo de los reality shows un trampolín para su carrera mediática, se alinea con Gonzalo Egas y plantea los realities responde una necesidad del público de distraerse. “Los problemas el día de hoy no se pueden centrar 24/7 en lo que está haciendo el presidente, el gobierno o crisis económica que estamos pasando. La televisión es la ‘Caja Mágica’ donde tú te sientas y olvidas tus problemas por un rato. Es la cajita que tenemos para poder olvidarnos un poco de nuestra realidad, que nos saca una sonrisa y que entretiene”, cuenta la exparticipante de ‘1910’ y ‘Amor a Prueba’.

Ene se sentido, el finalista de “La Granja VIP” y ganador de “1810”, Gabriel Mendoza, apuesta por “Tierra Brava”, asegurando que “la gente que veía esos realities, quería ver este formato… que era de competencias y menos peleas, menos modelos, menos músculos”. “Era ver gente ‘normal’ compitiendo a esos grandes niveles y, quizás, esa es la nostalgia que despertó en la gente”, agrega.

La modelo y periodista Camila Mainz -conocida como Camila Sanhueza en “1810”- tiene una visión un poco más dura respecto al formato en el que participó hace 14 años y afirma que actualmente no lo consume porque “no me enriquece en nada”.

“Es un producto fácil de digerir… pero yo no creo que uno vaya a aprender mucho de un reality que no tenga foco, que no trate de explicar algo, que no tenga una línea editorial, que no tenga un contenido periodístico, que sea más allá de la farándula, que la noticia sea lo que hace sus participantes pelearon”, expone.

Para Nicolas Quesille, la calificación de televisión basura que recibe este formato es un reflejo de “no entender para qué sirve la televisión”. “Yo comparto, desde el punto de vista intelectual, las críticas a los contenidos. Sin embargo, cuando tratas de levantar programaciones con, comillas, lo que algunos denominan contenido de calidad, no son consumidos. Y no es porque la gente no quiera ver contenidos de calidad, de calidad intelectual, por así decirlo, cultural. No, es porque la plataforma de la televisión está hecha para el entretenimiento”, explica y agrega: “Es un error de las elites intelectuales creer que la televisión sirve para algo que no está hecha”.

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