Columna de la diputada Sofía Cid (RN) | Presupuesto 2024: Otra oportunidad perdida

Esta semana empezamos a vivir el ritual de todos los años: la tramitación de la Ley de Presupuesto, que demanda la atención del Congreso y el Gobierno durante dos meses y que, además, se presenta como una instancia clave para reflexionar sobre lo que queremos hacer como país.

Es cierto que no se trata de un trámite fácil, como insiste en señalar el Ministro Marcel cada vez que le consultan sus expectativas, y también es cierto que todos los años la oposición (independiente del color político) lo define como un hito y busca fórmulas para ajustar los montos de acuerdo a las necesidades de sus regiones.

Pero este año el desafío es mayor. No sólo porque venimos saliendo de una pandemia y estallido social que desequilibraron nuestra economía, sino sobre todo porque estamos ante un Gobierno que parece no entender que la única forma de crear empleo es generando crecimiento.

La Ley de Presupuesto 2024, como fue presentada, no es buena y deberá ser modificada profundamente si el Gobierno no quiere arriesgarse una difícil tramitación, o derechamente, a un rechazo de determinadas partidas.

El panorama económico es poco alentador, y el presupuesto que ha presentado el Presidente Boric no contribuye en nada a mejorar el panorama.

Es muy preocupante, por ejemplo, que el Gobierno esté solicitando autorización para aumentar la deuda pública por 21 mil millones de dólares, los mismos niveles de gasto que tuvimos en la pandemia, que era una situación excepcional, donde además de invertir en salud, se debió inyectar directamente dinero a los bolsillos de los chilenos.

En ese momento entendimos que debían tomarse medidas que, en otro contexto, no habrían tenido apoyo, pero pretender mantener los niveles de deuda pública cuando la pandemia ha terminado no solo es contraproducente, sino que a estas alturas parece derechamente mala fe, considerando que la inflación aún no está bajo control.

Así las cosas, el Gobierno está tratando de cumplir su promesa de gastos por medio de deuda, porque en dos años no ha logrado generar crecimiento económico que se traduzca en mayores ingresos fiscales. Y lamentablemente, serán las generaciones futuras las que terminarán pagando el despilfarro.

El Presupuesto tampoco considera mayor inversión en obras públicas, que por esencia son generadores de empleo y de impulso al crecimiento, pese a todos los anuncios realizados por el Gobierno, en el sentido de que este sería un presupuesto para la reactivación.

A esto se suma un grave problema de gestión de este Gobierno, que reconoce tener paralizado el sistema de concesiones desde que asumieron y que no fue capaz de ejecutar el programa especial que se creó para el MOP en la discusión de Presupuesto del año pasado, para fortalecer la inversión y crear 215 mil puestos de trabajo. Los recursos estaban, pero sólo se ejecutó cerca del 40%.

Este escenario económico nos obliga a ser especialmente responsables y no generar falsas expectativas. Este Gobierno se ha caracterizado por hacer promesas imposibles de alcanzar y, lamentablemente, vemos que el Ministerio de Hacienda decidió seguir esa misma senda y ahora debe prepararse para un debate que, a todas luces, será particularmente complejo.

Sofía Cid, diputada RN, integrante de las Comisiones de Hacienda y Economía de la Cámara.