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Entrevistas

8 de Octubre de 2023

Cristóbal Bellolio y el presente de la derecha tradicional: “La oposición actual ha sido tan mala como fue la última”

Cristóbal Bellolio analiza el presente de la derecha Fotos: Felipe Figueroa

El académico de la Universidad Adolfo Ibáñez aborda el desempeño de Chile Vamos en el año y medio de Gobierno del presidente Gabriel Boric, y entrega sus apreciaciones sobre el proceso constituyente. Dice que si la nueva Constitución mantiene "tintes partisanos y maximalistas no queda otra que volver a votar en contra”.

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Sin mantener cercanía con algún partido político de derecha, el doctor en filosofía política y docente de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, Cristóbal Bellolio, reflexiona desde su mirada liberal sobre el presente que vive la oposición y analiza el momento de ese sector.

El académico reconoce que las fuerzas contrarias a los gobiernos de turno, independiente de su tendencia política, tienen que ver el vaso medio vacío, y es crítico del actuar de la derecha. En esa línea, nivela su comportamiento al actuar de la pasada oposición, que fue liderada entre otros, por el actual presidente Gabriel Boric.

De todas maneras, Cristóbal Bellolio ve con buenos ojos a una de las principales figuras de Chile Vamos, la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, como una eventual candidata a La Moneda, aunque advierte que el plebiscito del 17 de diciembre, tanto esta coalición como el Partido Republicano, se juegan mucho.

-En este año y medio que lleva el gobierno, ¿cómo evalúa el desempeño de la oposición?

-Ser oposición es el oficio más fácil del mundo, especialmente en este país. Es un oficio donde los incentivos están en encontrarlo todo malo. Y esto con independencia de cuál sea el color político del que está en el gobierno y el que está en la posición. 

Desde hace un tiempo nos hemos acostumbrado en Chile a tener muy malas oposiciones. No estoy diciendo que todo tiempo pasado fue mejor, pero tengo la percepción, quizás errada, de que en los últimos gobiernos esto ha sido particularmente claro. Creo que la posición a Piñera 2 fue especialmente mezquina. La derecha quedó con sangre en el ojo, esperando que le tocara su turno de golpear de vuelta y no ha defraudado. Ha hecho exactamente lo que muchos temíamos que iba a hacer, que es mirar siempre el vaso medio vacío. 

Raya para la suma, la oposición actual ha sido tan mala como fue la última, y creo que si el día de mañana llega a ganar la derecha, también va a padecer de una oposición muy picada. Alguien le tiene que poner el cascabel al gato y decir “yo no voy a hacer exactamente lo mismo”.

-Pensando que tienen que posicionarse para un eventual gobierno, ¿la derecha está desaprovechando esta oportunidad para tener un comportamiento diferente al que tuvo su contraparte?

-Cuando eres oposición, no estás pensando en ganar promoviendo una idea positiva sobre lo que quieres hacer. Generalmente te aseguras La Moneda destruyendo al que está en el poder, dejándolo tan herido en su base de apoyo que no sea un contendor en la próxima elección. Creo que la derecha, en este minuto, está pensando en que el oficialismo quede tan herido de muerte para que no quepa duda de que el próximo gobierno sea de derecha.

-Con miras en las presidenciales, hoy en la derecha se posicionan José Antonio Kast y Evelyn Matthei. ¿Cómo los ve?

-No solamente son los dos más reconocibles de la derecha, diría que son los más reconocibles de todo el espectro político. Hoy día, si es que le hacemos caso a las encuestas, tendríamos un enfrentamiento en segunda vuelta entre la derecha y la extrema derecha. 

Para el mundo del oficialismo va a ser bien complicado tener una carta competitiva en la elección presidencial, pero no imposible.

-Los que corren con dos años de ventaja, como fue en su momento Lavín y Jadue, fueron los primeros en caer. ¿Podría replicarse algo así?

-Hay que ver cuál es el efecto que va a tener el proceso constituyente en Kast, y hay que ver cómo surfea eso Matthei también, porque la estrategia de Kast hoy día es dejar a Matthei como una potencial aliada de la izquierda, y él ser el único defensor químicamente puro del voto que ahora se va a llamar A Favor. Es importante, pero no determinante. No creo que Kast se juegue todo en el plebiscito.

-¿Hace bien la alcaldesa Matthei al mantener distancia de este momento?

-Matthei lo que hace es leer el escenario y darse cuenta de que este proceso, con los números que tenemos hoy, va derecho al fracaso. Por lo tanto, me parece que estratégicamente es correcto. Decir que este proyecto ha sido principalmente liderado por el Partido Republicano y son ellos los que debieran pagar el pato, sobre todo porque le arrebataron a la derecha más tradicional el centro de gravedad.

Lo que he sabido los últimos días es que toda la derecha se está cuadrando con el voto A Favor y está trabajando para poder moderar algunos aspectos radicales de la de las enmiendas republicanas para alcanzar un acuerdo con el Comité de Expertos. Me pregunto qué va a pasar con la batalla en ese escenario, si toda la derecha sale a salvar este proceso constituyente y lo logra, Matthei queda fuera, estaría en una posición muy compleja.

-Evelyn Matthei, hoy en día, asume un papel más progresista en comparación con su partido, y también si vemos su pasado. ¿Es viable que mantenga este rol, y que continúe en la UDI?

-No hay que fijarse tanto en el pasado de Matthei. Me parece que hay que fijarse mucho más en cómo llega, y llega en un momento en el cual viene de vuelta. Ella ya no es la candidata de la UDI, y la UDI hoy día tampoco es el partido que está más a la derecha del espectro hoy.

Creo que ella no solo tiene a su favor el que su repunte haya sido como alcaldesa y la gente lo identifica con alguien que hace cosas. Pero además de eso -como Daniel Matamala decía cuando llegó Bachelet 2, que Bachelet hay para todos los gustos-, con Matthei pasa algo parecido en la derecha. Hay una que pone la bandera de la diversidad sexual y le gusta a Evópoli, hay una que golpea la mesa, que le gusta el temperamento más autoritario, hay una Matthei que tiene una vinculación histórica con la familia castrense, pero al mismo tiempo su papá fue el primero que se desembarcó de un eventual intento de permanecer en el poder después de la del triunfo del NO. Biográficamente, es una figura muy interesante.

-El expresidente Piñera aparece como tercera preferencia en las encuestas, y ha vuelto a la esfera pública. ¿Cómo ve su nueva irrupción?

-La percibo como un rasgo de su personalidad. No me extrañaría que alguien que estuviese operando para un Piñera 3, o que en algún sueño mojado se imagine por tercera vez entrando a La Moneda, pero hoy día no me parece un proyecto muy plausible. Sobre todo porque las dos veces anteriores, él era en forma indiscutible la figura rutilante y excluyente en su sector, nadie le iba a arrebatar a Piñera esa opción, pero ahora me parecería absurdo.

Proceso Constitucional : “Si es que (el maximalismo y lo partisano) persisten hasta el final, no queda otra que volver a votar en contra”

En un escenario marcado por el proceso constituyente, Cristóbal Bellolio, advierte que el Consejo está cometiendo los mismos errores que la extinta Convención, y recuerda que las principales críticas al texto rechazado fueron que era maximalista y de una tendencia política, lo cual -a su juicio- se está replicando con la propuesta liderada por el Partido Republicano.

Cristóbal Bellolio en la oficina de su casa.

-¿Quién se juega más en el plebiscito del 17 de diciembre?

-Hay gente que piensa que a los Republicanos les da lo mismo, porque si pierden el plebiscito, queda la Constitución de Pinochet, que nunca les pareció que había que cambiarla. No estoy seguro de eso. En general, a la gente le pasa la cuenta a quienes, teniendo una tarea, la hacen mal. Tal como le pasamos la cuenta a los convencionales y al mundo de la izquierda por farrearse el proceso anterior.

Lo que creo que están haciendo ahora, al tratar de incorporar a toda la derecha, incluso a Amarillos y Demócratas, es a que no parezca que ellos solos son los promotores del texto, si no creo que es un mundo más amplio el que promueve el texto con dos objetivos: lo primero tener más posibilidades de ganar en diciembre, y que, si se pierde, socializar los costos.  Así que creo que (el Partido Republicano) son los principales afectados en un sentido u otro.

-¿Hay algún escenario en que la derecha salga bien parada si gana el En Contra?

-No, si gana esa opción es muy mala para la derecha por dos razones. La primera es porque, en el fondo, habría dilapidado un 62% regalado. Vienen saliendo del estallido social, de la paliza que en el plebiscito de entrada, de la paliza de Boric en la presidencial, y la derecha en un punto crítico, por así decirlo, fue capaz de recuperarse en el plebiscito de salida y, según ellos, atribuirse el 62%.

Y curiosamente, sin querer queriendo, el fortalecido sería el oficialismo, que de un momento crítico pasaría a decir “ah, o sea, nosotros ganamos”. También sería un error de ellos creer que la gente votó en contra porque es frenteamplista, pero por lo menos desmitificaría la tesis de que Chile es un país de derecha y deja abierta la municipal y eventualmente la presidencial.

-¿Pero podrían fortalecerse políticamente de alguna forma?

-Solo ganando. En las últimas semanas ya se consolidaron las posiciones, ya quedó claro que José Antonio Kast es el jefe de campaña del voto A Favor, aunque no sabemos todavía quién va a ser el Warnken, quién va a ser el que representando una sensibilidad más bien centrista o de centro derecha, diga que hay que votar En Contra.

-Para el plebiscito de salida pasado, dijo que aprobaría la Constitución con un 4. ¿Cuál es su postura ahora?

-La misma. Cuando hablé de un 4, a lo que me refería es a que no todas las disposiciones tienen que llenarme el gusto. 

Pero principalmente me refería a que percibiera que la Constitución no era maximalista, no era un programa de gobierno, que estén las cuestiones en las cuales estamos todos de acuerdo. No estaba esperando algo romántico, estaba esperando algo que nos permitiera superar esta especie de parálisis constitucional y de ahí para adelante dejar que la política democrática resuelva los problemas del día a día.

-Hoy día, ¿hay una propuesta maximalista y partisana? 

-Por supuesto. 

-Entonces estaría por reprobarla.

-Si esos son los dos criterios, si es un proceso político que se ha fundado sobre la exclusión de un sector, en este caso del oficialismo, que siente que sus huellas digitales no están en el proceso, que siente que su derrota ha sido un medio para construir la propuesta de la derecha, y por otro lado, si cuestiones que son perfectamente discutibles en la política ordinaria están constitucionalizadas, me parece que se repiten los mismos vicios. Y si es que esos mismos dos vicios persisten hasta el final, creo que no queda otra que volver a votar en contra.  

Cristóbal Bellolio y el papel de Chile Vamos en el Consejo

Pese a no relacionarse con ninguno de los partidos de la coalición opositora, Cristóbal Bellolio analiza el rol de esta en el proceso, y remarca que los partidos de Chile Vamos “naturalmente” deben acercarse al Partido Republicano, ya que son quienes atraen a más votantes, pero que de todas formas deben buscar moderar la propuesta de nueva Constitución.

“(Chile Vamos) han sido más bien un vagón de cola del Partido Republicano”.

-¿Es un error que las directivas de los partidos de Chile Vamos se comprometan desde ya con la opción A Favor?

-Lo que están haciendo es validar los esfuerzos que su sector está haciendo para construir una propuesta menos republicana, y un poquito más de sabor a centro derecha. De hecho, el consejero Germán Becker (RN) lo explicitó de manera bastante honesta, que quieren que sea la Constitución de derecha moderada. Pero también es un error. La Constitución no tiene que ser de centro derecha, tampoco tiene que ser de izquierda, como la que nos ofrecieron el año pasado. Tampoco veo como que vayan al salvataje de José Antonio Kast. Yo veo que van a tratar de evitarle una victoria a Boric.

-¿Cómo evalúa el actuar de los consejeros de Chile Vamos?

-Entiendo que algunos han tratado de marcar una diferencia, pero la percepción general es que han sido más bien un vagón de cola del Partido Republicano. Pero insisto, la razón es natural, porque el centro de gravedad hoy día está ahí, y hay una necesidad de parecerse a ellos para consolidar en la opinión pública y en su electorado la percepción de que ellos no son la derechita cobarde.

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