Entrevistas
9 de Octubre de 2023Vlado Mirosevic (PL): “En el balance, el gobierno de Boric ha sido de centroizquierda y eso nos deja cómodos”
El diputado del Partido Liberal repasa el estallido social, a cuatro años, el primer intento de nueva Constitución y el actual proceso y cómo ve al Gobierno. "No podemos dejar solo al Presidente", afirma. "Creo en la continuidad de este gobierno. Yo soy de los que cree que no hay que entregarle el gobierno a la derecha, así no más".
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El viernes 18 de octubre de 2019, hace casi cuatro años atrás, Vlado Mirosevic (36) apenas había aterrizado en Arica cuando vio en un televisor las imágenes que ya se reportaban desde Santiago. No estaba solo. Lo acompañaba la dirigenta del Frente Amplio, Beatriz Sánchez.
Para ese entonces, no había definición alguna si es que la periodista apostaría por una nueva aventura presidencial tras el sólido resultado de 2017, pero sí se había establecido como conveniente iniciar una especie de “gira” de la excandidata del bloque.
La historia ya es conocida: Sánchez no se repostuló, Gabriel Boric se erigió como la carta frenteamplista y la excandidata hoy está asentada en México como embajadora de Chile. Entre medio, el Partido Liberal (PL) y Vlado Mirosevic optaron por escindir del Frente Amplio. El expresidente de la Cámara de Diputados repasa el último ciclo político con The Clinic.
—El Partido Liberal en ese entonces, aún dentro del Frente Amplio, suscribió el acuerdo del 15-N. ¿Sigue convencido que era la vía de salida a la crisis, pese al resultado de la Convención Constitucional?
—Muchos países en el mundo han sufrido estallidos sociales, pero son muy pocos los que han sido capaces de darle un cauce institucional. Nosotros lo hicimos, muy coherente con la tradición democrática chilena. Pero cuando uno inicia un proceso no quiere decir que el proceso esté garantizado, que vaya a ser aprobado, lo aceptas con todas las condiciones. Y aunque el Plebiscito fue un fracaso simbólico para nosotros muy fuerte, es parte del proceso democrático.
—Lo pregunto porque para el Plebiscito ofició de vocero del Apruebo, la opción derrotada.
—Hicimos una muy buena campaña, pero esa elección estaba perdida desde abril. Ahí empezó a ganar el Rechazo y de ahí no bajó nunca más en las encuestas. Es una derrota muy importante, pero al final lo que se derrotó fue la arrogancia, la incapacidad de construir mayorías sociales, el no dialogar con el que piensa distinto. Eso fue un tremendo error de los convencionales.
—¿Tiene esperanzas respecto de poder revertir los resultados que se prevén para este proceso? Este segundo intento es fruto del acuerdo que le tocó propiciar en su presidencia de la Cámara.
—He sido cauto en hacer afirmaciones categóricas porque creo que los expertos pueden producir un milagro.
—Pero para el milagro que espera el oficialismo, se requeriría -igualmente- de votos de los consejeros republicanos.
—Es que el proceso se complicó desde el minuto que republicanos obtiene esta mayoría tan abrumadora. Porque si ellos han sido un factor de división desde que surgieron en el sistema político, no era esperable que cambiaran mucho. Pero aún quedan días decisivos en los que podemos lograr un acuerdo, hay que intentarlo por responsabilidad con la república. Yo critiqué muchas veces a la derecha haber tirado la toalla tempranamente en el proceso anterior y el oficialismo no lo hará porque somos responsables. Aquí no se ha tirado el mantel.
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—Pese a la separación, hoy de igual forma son parte del oficialismo, pero aliados con los partidos de la exconcertación. ¿No fue una “vuelta larga”?
—Es que en ese momento nos parecía difícil que el espacio lo liderara Daniel Jadue, a propósito de la alianza del FA con el PC. Nosotros teníamos la tesis de que la alianza tenía que ser con el PS como eje ordenador y, desde ahí, convocar a toda la oposición (…). Creo que eso asentó el carácter de los liberales. Somos un partido de centroizquierda moderno. No somos Podemos de España y nunca quisimos serlo tampoco. Estamos bien cómodos y contentos en la centroizquierda.
—El Partido Liberal ha tenido públicas diferencias con La Moneda, particularmente tras el ajuste ministerial de marzo. ¿Qué balance hace a casi dos años de gobierno?
—En el balance, el gobierno de Boric ha sido un gobierno de centroizquierda y eso a nosotros nos deja cómodos. Es un gobierno que ha tenido responsabilidad fiscal, que ha tenido un buen manejo económico, ha sido capaz de frenar lo que todos pronosticaban como un desastre económico. Para que no se malentienda: no estoy diciendo que hoy en día la situación esté bien. Lo que estoy diciendo es que lo que todos los economistas transversalmente decían el año pasado es que este año iba a ser un año de catástrofe económica y no lo fue (…). Lamentablemente, de al frente se nos ha negado la sal y el agua respecto de las grandes reformas necesarias.
—¿No cree es una “devuelta de mano” al comportamiento que tuvieron como oposición?
—Puede ser. Pero hay que entender que el estallido social fue un paréntesis, un fenómeno especial, un momento especial. En algún minuto tenemos que decir “ya, volvamos a la normalidad”. Chile es un país que históricamente es observado por el mundo y en América Latina como un país que es capaz de sentarse y tener acuerdos sobre políticas que son necesarias. Volvamos un poco a la normalidad, la oposición no puede estar solo movilizada por la revancha.
—Pero también hay descuadres internos. Por ejemplo, respecto de la agenda de seguridad que hoy lidera la ministra Carolina Tohá.
—El llamado que hago, más allá de los matices, es que no podemos dejar solo al Presidente. No podemos dejar solo al presidente. El gobierno está haciéndose cargo de la agenda de seguridad y nosotros tenemos que acompañar en nuestro deber (…). Si nosotros no nos hacemos cargo de esa agenda, seríamos los teloneros de la ultraderecha.
—¿Cree que esta administración se va a poder proyectar en un segundo período?
—Yo creo en la continuidad de este gobierno. Mi punto es si es que hay que adelantar esa conversación ahora o no. Yo soy de los que cree que no hay que entregarle el gobierno a la derecha así no más, en ningún caso. Pero la pregunta es si es este es el momento para tener esa conversación. Creo que no, definitivamente no. Por lo demás, y llegado el momento, vamos a tener buenos liderazgos para enfrentar a la derecha.