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Cultura & Pop

14 de Octubre de 2023

Lo comido y lo bailado de Daniel Matamala: saliendo en coma de un restaurante en Nueva York y el disco “Corazones” en el alma

Ilustración: Gabriel Ebensperger

El reconocido periodista recuerda una gran cena en La Gran Manzana, la gracia maquiavélica para las arterias del Klösse, y un carrete inolvidable recorriendo Santiago con segmentos borrados.

Por Marcelo Contreras

El conductor, columnista y escritor Daniel Matamala responde esta semana el cuestionario de Lo comido y lo bailado. 

Lo comido

-¿Cómo es su relación con la comida?

-Como de todo. No hay ninguna comida que no coma y agradezca, aunque por supuesto tengo mis favoritas. Pero soy lo menos mañoso del mundo en ese ámbito.

-¿Cuál es el plato inolvidable de su infancia?

-El Klösse. Es una receta familiar que hace mi mamá, de origen alemán. Son masas que se sirven con una mezcla de mantequilla derretida -¡mucha mantequilla, eso es clave!- con pan rallado, y fruta cocida. Ultra light, jajaja. La combinación es una maravilla. Y el sabor me lleva derechito a la infancia, porque era la comida de las ocasiones especiales. Bueno, lo sigue siendo, siempre la pido para mi cumpleaños o cuando hay alguna reunión familiar. 

-¿Cuál ha sido su mejor comilona, panzazo, banquete de la vida? 

-Creo que cada vez que como erizos. Un placer. Si son del sur, que son de sabor más fuerte, mejor aún. Y una comida en especial, recuerdo un restorán filipino en Nueva York al que fuimos con un grupo en que había un amigo del chef. Estuvo toda la noche mandándonos platos, cada uno más exquisito e increíble que el otro. Salimos en coma de ahí. 

-¿Cuál es el restaurante al que siempre vuelve? ¿Por qué?

-Cuando voy a Valdivia, es obligatoria la parada en Das Haus para comer unos crudos a la valdiviana, por supuesto acompañados con un buen schop de cerveza local. Es mi ciudad, así que es parte de la tradición, y me encantan los crudos. También en Santiago los como habitualmente. 

-¿Qué plato sabe preparar?

En el día a día cocino poco y nada, platos bien simples para salir del paso.  En pandemia, por la necesidad, cociné más habitualmente. Sobre todo legumbres, que me encantan, especialmente las lentejas. Me quedan bastante decentes. 

Lo bailado de Daniel Matamala

-¿Cómo es tu relación con la fiesta y el baile?

-La última vez que salí a bailar fue en un cumpleaños en la Blondie, hace un par de años. No me gustan las fiestas muy grandes, prefiero los grupos más íntimos. Y si hay buen ambiente y la fiesta está entretenida, claro que se baila, la música que haya. 

-¿Qué canción lo lleva de inmediato a la niñez? ¿Qué recuerdos le trae?

-“Say you, say me”, mi mamá era fanática de Lionel Richie. Y cualquiera de los Beatles, que se escuchaban mucho en mi casa, y que amo hasta hoy. 

-¿Dónde y cómo fue el mejor carrete de su vida? 

-Uh, diría que un cumpleaños de carrete universitario, debe haber sido como el 2000 más o menos. Partimos en mi departamento, y después la noche, y la mañana, nos llevó por todo Santiago. Tampoco me acuerdo tantos detalles jajaja. 

-Su estribillo favorito es…  

-Los del disco “Corazones” (de Los Prisioneros), completo. Son todos para cantarlos desde el alma. Pero si tengo que elegir uno, me quedo con el de Estrechez de corazón: “Estás llorando y no haces nada / Por comprender a nadie, excepto a ti / Oye, no voy a aguantar / Tú no puedes demostrar / Oye, no voy a aguantar / Estrechez de corazón”.

-Canciones para su funeral.

Al final de este viaje en la vida, de Silvio. Es una canción perfecta para un funeral y es tan hermosa. Me gusta sobre todo como habla de los deudos, que al final son los que importan en el funeral (total, uno ya está en el cajón): “Quedamos los que puedan sonreír / En medio de la muerte, en plena luz”.

Daniela Matamala, periodista y escritor.

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