La mirada de The Economist sobre los narcofunerales y el aumento de las pandillas en Chile

“El 27 de octubre, 90 policías, 22 vehículos y un camión lanza-agua estaban preparados en un campo en las afueras de Santiago, la capital de Chile. No estaban allí para vigilar una protesta ruidosa. En cambio, estaban allí para monitorear un narcofuneral: el entierro de una joven con presuntos vínculos con narcotraficantes”. Así comienza un reportaje publicado recientemente en The Economist, el cual subraya que éste panorama habría sido impensable para nuestro país hace algunos años.

La publicación británica enfatiza que Chile ha sido considerado durante mucho tiempo uno de los países más seguros de América Latina. “Pero entre mayo de 2019 y septiembre de 2023 las pandillas celebraron casi 2.000 funerales de este tipo, según el presidente Gabriel Boric, quien en septiembre envió un proyecto de ley al Congreso destinado a limitarlos”.

“En países que antes eran seguros, las tasas de homicidio están alcanzando niveles récord, incluidos Ecuador, Costa Rica y Chile”, continúa el reportaje. “Llámelo la nueva red narco: un cóctel de drogas, armas y migración está alimentando la violencia de las pandillas en toda la región”.

Aunque el reportaje pone el énfasis en el tráfico de cocaína, agrega que en la región “muchos asesinatos han tenido que ver con el mercado local de marihuana (…) Muchas pandillas prefieren la marihuana a la cocaína. Mover el polvo blanco es difícil: requiere conexiones y funcionarios corruptos (…) Por el contrario, la marihuana tiene pocas barreras de entrada y puede venderse en cualquier lugar.”

Agrega la publicación que si bien la tasa de homicidios en Chile alcanzó un récord de 6,7 por 100.000 personas en 2022, “esta cifra está muy por debajo de la de sus vecinos y cercana a la tasa de Estados Unidos, de 6,3. Pero como lo atestiguan sus narcofunerales, el crimen está empeorando mucho. Se están interceptando más cocaína y cannabis potente que nunca, y las incautaciones de cannabis se triplicaron entre 2018 y 2021”.

Según la encuesta Latinobarómetro, el 31% de los chilenos consideran la seguridad como el mayor problema de su país, muy por encima del promedio regional del 13%. Y aunque el presidente Boric prometió “un aumento anual del 40% en el presupuesto de seguridad y aprobó penas más estrictas para los delitos contra la policía”, muchos lo consideran “demasiado blando con el crimen”, concluye la publicación.