El “basado” profesor Francisco Vidal retratado por sus alumnos

El domingo 17 de diciembre, inmediatamente después de dados a conocer los resultados que hacían irreversible el triunfo de la opción “En contra”, las cámaras, las grabadoras y los multicolores micrófonos de los periodistas apuntaron y rodearon a un solo hombre: a Francisco Vidal.

No era para menos. Allí, en el comando de la opción “En contra”, levantado en el Café Salvo de Providencia, uno de los emblemas de la Concertación y la Nueva Mayoría, ex ministro de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet; improbable, pero efectivo y reconocido vocero de la opción de rechazar la segunda propuesta constitucional, se plantó ante los periodistas e hizo lo que mejor sabe hacer: hablar y responder preguntas.

–¿Qué debería hacer el Gobierno?–, le preguntó una reportera.

–Espero que mi gobierno se ponga las pilas y no se metan más autogoles, que mejoren la gestión–, fue parte de la respuesta de Vidal.

–¿Cuál es el escenario para la derecha y los republicanos?–, contra preguntó otro periodista.

–No, eso no es gratis. No le doy consejos a la derecha–, ironizó en su estilo.

–¿Cuáles son los pasos a seguir ahora?–, preguntaron también.

–Bueno, yo vuelvo a las clases…

Lo de regresar a las clases universitarias era cierto, pero no era el único paso a seguir de Vidal. Cuatro días después de sus declaraciones, el Presidente de la República Gabriel Boric lo nombró como el nuevo presidente del directorio de Televisión Nacional de Chile (TVN) en reemplazo de la periodista Andrea Fresard, quien además de ser su antecesora, es su colega como docente de la facultad de Comunicación y Letras la Universidad Diego Portales.

En medio de los exámenes que se desarrollan en la casa de estudios, ubicada en Vergara 240, los alumnos de Francisco Vidal se preguntan si es que el nuevo cargo de su profesor de las cátedras de Historia del siglo XX e Instituciones y Procesos Políticos le permitirá seguir haciendo clases cuando ellos regresen de vacaciones. Unos lo ven poco probable tras la designación y otros comentan que seguramente no dejará la docencia, argumentan que no lo dejó de hacer ni siquiera siendo ministro de Estado cuando siguió haciendo clases de posgrado.

Para parte importante de ellos, y de los estudiantes de periodismo de la Universidad Alberto Hurtado, donde Francisco Vidal también hace clases de Historia Chilena Contemporánea, la universidad no sería la misma sin el “Panchito”, cómo le dicen.

El profesor-vocero

Francisco Vidal ya es casi una institución en la carrera de periodismo de la Universidad Diego Portales, donde es fácil distinguir su voz fuerte, imponente y para algunos intimidante. También son reconocibles sus formas a la antigua de expresarse, prefiriendo decir “setiembre” sobre septiembre y reculando sus dichos con un “miento”, como bien lo supo imitar Stefan Kramer.

Su participación en la educación superior, sin embargo, comenzó mucho antes. Partió haciendo clases a 400 estudiantes de secretaría en 1979, en el por esos años recién creado Instituto Profesional de Administración Manpower, de Lyon con Dario Urzúa. En los años noventa, en plena transición, llegó a ser decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Central. Por esos años también comenzó a hacer clases a los futuros periodistas de la Universidad Andrés Bello. Al teléfono Francisco Vidal cuenta que en esa época pasaron por su sala destacados periodistas y rostros de televisión como “Mirko Macari, Julio César Rodríguez, Sergio Lagos, Alejandra Carmona, entre varios otros”.

Entrados los 2000 siguió siendo profesor universitario durante la revolución pingüina del 2006 y también estuvo presente en las universidades en el apogeo del movimiento estudiantil del 2011 y durante el estallido social en 2019, momento en que la popularidad de su sector político decayó abruptamente. Los famosos treintas años en los que él fue un actor relevante.

Continuó haciendo clases en la pandemia, también en su efímera campaña presidencial del 2020. Este 2023 continuó en las aulas en medio de su desempeño como vocero de la opción “En contra”. Una labor que fue destacada entre sus adherentes, convertida en viral y memes, y que, indudablemente lo hizo aún más popular entre sus alumnos.

“Con nuestros compañeros nos compartimos los memes. Nos reíamos con esos que decían que era el rey del sexo, que era basado y que ganaba elecciones como un toro. La verdad que a él lo vimos dos veces a la semana durante cinco meses que duró un semestre y ahora que es como una figura (…) eso igual te genera un sentimiento de orgullo”, cuenta Pía Caiceo, alumna de Francisco Vidal que acaba de culminar el curso Instituciones y Procesos Políticos.

El nuevo viejo sabroso, Don Francisco Vidal. pic.twitter.com/xfsBZk4jv3

— Crist⚽️fer (@CHvm14) December 17, 2023

La estudiante agrega que conocer a Francisco Vidal como profesor le ayudó a cambiar su percepción de él. “Yo antes de entrar a la universidad pensaba distinto de él, por lo que veía en la tele. Para mí era como un señor que hablaba cosas de viejo y cómo que no lo pescaba mucho, pero ahora lo encuentro un tipazo(…) es una persona muy elocuente, sabe mucho de lo que habla”.

Magdalena Llanos es otra alumna de Francisco Vidal. Cuenta que también se rió mucho con los memes de su profesor y asegura que Vidal no los entendería. “Yo creo que no los cacharía. De hecho, muchas veces yo lo tuve que ayudar a prender el computador”, comenta.

Francisco Vidal reconoce que no ha visto los memes, que se mantiene alejado de las redes sociales. Pero al enterarse sobre lo que de él se dice lanza una poderosa carcajada, aunque reconoce que prefiere seguir al margen de las redes. 

Entre sus alumnos es conocida su dificultad con la tecnología. No usa material de apoyo ni diapositivas en sus clases. Los estudiantes cuentan que su celular suena repetitivamente en la mañana con un tono polifónico que evoca a una época pasada y que siempre lo deja sonando. “Él deja que suene. Como que es parte de su vida nomás. Es la aspiradora, así le dice”, cuenta otro de sus estudiantes.

Sobre sus clases, Magdalena Llanos explica que los alumnos se disputan un cupo en sus ramos y que solo los mejores rankeados de cada generación logran un asiento en sus cátedras. “A mí me gustó mucho tomar el ramo con él porque siento que cuenta la historia y él fue parte de esas mismas historias. Él en el fondo está ahí, contando algo que le pasó”, agrega.

Francisco Vidal y sus vicios

Es casi imposible separar la imagen de Francisco Vidal a la de sus cigarrillos, generaciones de años pasados recuerdan sus clases con un cigarro en la mano. Hoy los tiempos han cambiado. Vidal sortea las ganas de consumir tabaco con un café con el que religiosamente lo esperan las secretarías de la Escuela o con una Coca-Cola que usualmente manda a comprar algún alumno al que le pasa dinero.

En los recreos es común verlo fumando en una banca de madera del patio y revisando los mensajes y llamadas perdidas en su celular-aspiradora. Si es que las ganas de fumar son muchas, algunas veces las clases pueden terminar con cinco minutos de anticipación.

La participación de Francisco Vidal en programas de televisión también son bien conocidas entre sus alumnos. Hay días en que los debates en los paneles políticos obligan al exministro a retrasar o suspender de improvisto las clases. “Había días en los que llegaba con un polerón, pero cuando venía del matinal llegaba muy arreglado, peinado y maquillado”, cuenta su alumna Magdalena Llanos.

“En una clase estábamos partiendo presentaciones grupales de distintos gobiernos y pasó que algunas veces llegaba 20 o 30 minutos tarde. Pero creo que para la mayoría en el curso no era problema, ya que es parte de la esencia de Francisco. Todos sabíamos que venía del matinal. De hecho, uno podía verlo ahí mismo discutiendo con personeros de derecha”, agrega otro de sus estudiantes.

Respecto a las evaluaciones, los alumnos aseguran que son uno de sus puntos flojos y que gran parte de ellas quedan en manos de su ayudante. Lo de Francisco Vidal en la sala de clases también se centra más en lo que mejor sabe hacer: hablar y responder preguntas.

Un político entre la generación Z

Parte importante de sus alumnos nacieron el año 2005. A esa altura su actual profesor ya llevaba dos años en el gabinete de Ricardo Lagos. El 2010, cuando culminó el segundo mandato de Michelle Bachelet y dejó de ser ministro de Defensa, esos alumnos apenas tenían cinco.

“Partí haciendo clases a los 22 años. Al principio era como el hermano de mis alumnos, después pasé a ser él papá y ahora soy como su abuelito”, comenta Francisco Vidal. 

Pese a la distancia temporal, para los estudiantes su figura no era desconocida. Más allá de sus cargos políticos, muchos de los jóvenes estudiantes lo reconocían por su activa participación y debates en los matinales de televisión.

Pero no todos se acercaron a sus ramos por su historial televisivo. Este último semestre, por ejemplo, no solo estudiantes de periodismo asistieron a sus clases. Benjamín Crocker y Lucas Bottinelli, ambos estudiantes de Ciencias Políticas postularon a sus clases como parte de un plan de cursos de formación general.

“Yo creo que a la generación más chica nos llama la atención esa convicción. De por más que haber participado en algo que fue tan criticado desde el estallido en adelante, tiene ese peso político que lo hace decir es distinto al resto”, indica sobre su profesor Benjamín Crocker.

“Es como un Lavín de izquierda, ya que, a pesar de no ganar una elección, siguen estando en la palestra y son una voz importante. Eso es lo que creo que lo hace conectar con la generación de nuestros padres y nosotros. Francisco en este momento yo creo que está conectando muy bien con los jóvenes que están desafectados del Frente Amplio”, agrega.

Su compañero y amigo Lucas Bottinelli, militante de Convergencia Social, el partido del Presidente Boric, destaca otros aspectos de su profesor: “Yo lo ubicaba como figura política y me interesó porque lo considero una persona muy inteligente. Para contribuir a una multidisciplinariedad de mi formación pensé que podría ser bueno tomar un curso con Francisco. Y si bien tenemos nuestras discrepancias, yo por lo menos desde mi posición ideológica no demonizo, condeno ni castigo tanto a los partidos de la ex concertación. Creo que son más las simpatías que las diferencias”, comenta.

Independientemente de las posturas ideológicas de cada uno, los estudiantes también recalcan la cercanía con su profesor. Cuentan que les entregó su teléfono personal al curso completo en la primera clase y que en la sala compartía detalles íntimos de su vida.

“Nos llegaba contando de sus juntas con otros personajes, que se juntaba a tomar araucano con Lavín”, recuerda Magdalena Llanos.