Ministra Camila Vallejo tras cierre del proceso constitucional: “Se ve derrotada una forma de hacer política que busca solamente el atrincheramiento”

La vocera de gobierno, Camila Vallejo (35) asegura que “no hay ganadores en el resultado del domingo pasado”.

Esa conclusión a la que llegó el gobierno, dice, les da una claridad respecto al momento político. ¿La tesis? Que las personas demandan acuerdos entre las fuerzas en disputa. “Se ve derrotada una forma de hacer política que busca solamente el atrincheramiento y la imposición de una mirada y no son tiempos para eso”, asegura la titular de la Secretaría General de Gobierno.

Aunque Camila Vallejo asevera que el triunfo del “En contra” no deja al Ejecutivo en una posición aventajada en el diálogo respecto de las reformas, Vallejo pisa el acelerador de las negociaciones e interpela a las fuerzas opositoras: “Es momento de concretar“.

Vestida enteramente de blanco, en una sala de reuniones de su despacho en La Moneda, la ministra Camila Vallejo ha optado por contar con un equipo de trabajo casi íntegramente femenino. Una de sus asesoras le arregla el pelo antes de iniciar la grabación. “Son detalles muy de mujer”, bromea.

Uno de los ejes que comenzaron a desplegarse esta semana son los trámites legislativos de los proyectos “ancla” -como el pacto fiscal y la reforma de pensiones– y, de paso, habla también de la relación de La Moneda con la oposición.

La ministra Camila Vallejo traza que para enero esperan despachar de la sala de la Cámara la reforma previsional. “Y poder ya, al menos, tener ingresado e iniciado el trámite de dos aspectos del pacto fiscal: la ley de permisos y lo que tiene que ver con los compromisos tributarios, a propósito del secreto bancario, en materia de elusión y evasión tributaria”, señala.

—La tramitación de las reformas había quedado detenida hasta ahora, luego del plebiscito. ¿Cree que a raíz de los resultados del domingo, la mesa a la que se sientan a negociar en el Congreso es distinta?

-No. La verdad es que no decidimos posponerlo a raíz del plebiscito. Estuvimos todas las semanas trabajando en los diálogos del Pacto Fiscal y la reforma previsional. Y en esos diálogos, había inquietudes sobre el momento para poder llegar a acuerdos. Pero no por intención ni decisión del gobierno. Nosotros entendíamos que lo principal era el diálogo que nos permitiera un acuerdo necesario para avanzar y eso es lo que estuvimos haciendo durante meses. 

Ahora, con el resultado, la señal es muy clara de parte de la ciudadanía: dejemos el atrincheramiento, de imponer mirada de país y hagamos que la política pueda llegar a acuerdos pensando en el país. En ese sentido, lo que nosotros dijimos es “bueno, después de todas las discusiones, todos los diálogos, es el momento de actuar, de concretar” (…). Dado el resultado, se reafirma que hay una voluntad popular mayoritaria de que el sistema político salga de la mera confrontación o de las posiciones de trinchera que marcan identidades.

—Tomando en cuenta que lo que se plebiscitó era una Constitución, entre un ‘A favor’ o ‘En contra’, ¿cómo el gobierno llega a la lectura de que la gente busca acuerdos políticos? 

—Porque tuvimos dos textos que reflejaron propuestas que no eran fruto de algún consenso. La primera, de la cual aprendimos, hicimos una reflexión inmediata el 4 de septiembre. Fue rechazada ampliamente justamente porque no estaba representando la diversidad del país. Y la segunda, que tenía la oportunidad de recoger la experiencia del primer proceso, la verdad es que no recogió de buena manera esa experiencia, repitió la misma actitud. Y peor, porque era un solo sector el que lideraba este proceso. ¿Qué concluye uno? Que la gente quiere soluciones mediante acuerdos.

Lo que refleja el resultado es que no hay ganadores en el resultado del domingo. Sino que se ve derrotada una forma de hacer política que busca solamente el atrincheramiento y la imposición de una mirada. No son tiempos para eso (…). Hemos cedido como gobierno en las posiciones. Y a veces vemos en algunos sectores de la oposición, no voy a decir que todos, porque no es así, pero en un sector importante tienen las mismas posiciones que en 2019, o de marzo del 2022, cuando asumimos.

Ministra Camila Vallejo: “No es una respuesta sostenible decirle a las personas que vamos a postergar la reforma de pensiones”

—El presidente de la UDI, Javier Macaya, ha planteado aumentar dos puntos en la cotización individual y dejar el debate sobre solidaridad en el sistema para el próximo gobierno. ¿Qué le parece?

—Primero, a quienes nos leen hoy (sábado), previo a la Navidad, les desearía una Feliz Navidad. Ha sido un tiempo difícil, muy convulso. Pero tenemos la tranquilidad y la certeza de que se cerró el proceso constitucional y que el mundo político debe tener todos los incentivos y las presiones para llegar a acuerdos para lograr que en 2024 tengamos una mejor calidad de vida. Y una de las formas de tener una mejor calidad de vida en 2024 es subir las pensiones. Si postergamos esto, no vamos a lograr entregar mejores pensiones hoy. Tenemos deudas que pagarle a la gente, si no nos hacemos cargo de esas deudas con acuerdos, vamos a terminar embargando nuestra democracia. Aquellos que niegan la solidaridad, niegan la PGU.

—Pero dicen que la PGU ha sido posible gracias a impuestos generales.

—Con el impuesto que pagas tú, con el que pago yo, estamos financiando la PGU. Que no es para nosotros, sino es para los que actualmente tienen pensión. Eso es igualmente solidario. Entonces, si te dicen, ‘no queremos un pacto fiscal para aumentar la recaudación’ y ‘no queremos seguro social, queremos solo cotización individual’, eso es decirle a la gente que no queremos que aumenten las pensiones hoy.

—El planteamiento del presidente UDI es que no cederán ni un punto de cotización a solidaridad, porque “no conversa con lo que piensan los chilenos”. ¿Hay un resguardo a las preferencias de su electorado?

—Yo esperaría que haya mayor reflexión. En general, he tenido siempre una buena opinión de Macaya. Creo que hoy, lamentablemente, está equivocado. No es una respuesta sostenible decirle a las personas que vamos a postergar esto y dejarlo para un próximo gobierno nuevamente. Eso solo alimenta el malestar. Y no es bueno el malestar para nadie. Ni para los inversionistas, ni para el sistema político, para nadie.

El avance del programa: “No es o la gestión o las reformas. Es gestión y acuerdos para avanzar en reformas”

—Antes de asumir el gobierno, se decía que una nueva Constitución era una condición para realizar ciertos aspectos de la hoja de ruta. ¿En qué pie queda el programa sin un nuevo texto? ¿Se ajusta, cambia?

—No, yo creo que esa mirada no fue correcta si es que se interpretó de esa manera, o se dijo de esa manera. Del primer proceso constitucional tuvimos harto aprendizaje. De hecho, marcamos mucho más radicalmente la prescindencia de un principio en este segundo proceso Pero dicho eso, la verdad es que nosotros tenemos una agenda de temas bien claros (…). Estamos ahí con seguridad, economía, empleo y con las reformas estructurales y las leyes importantes que son parte de nuestros compromisos programáticos. Pero en eso, lo que tenemos que pulir es con el oficialismo y con la oposición, es la hoja de ruta. Tenemos que afirmarla, afiatarla con actores que son claves para dar cumplimiento a esos temas.

—Pero las condiciones de esa hoja de ruta han cambiado. A inicios de año, la ministra Tohá habló de “actualizar la promesa” de este gobierno. Y ese debate sobre “gestión” versus “cambios” aún está muy vivo en los partidos.

—Primero, no es o la gestión o las reformas. Es gestión y acuerdos para avanzar en reformas. Tenemos que entender que hay que avanzar en esos dos ámbitos para poder dar respuestas a la gente. No todo se va a solucionar con leyes, y tampoco no todo se va a solucionar con gestión si es que la gestión está en el marco de una normativa que no da el ancho. En materia de economía y empleo, estos los gabinetes procrecimiento son claves para la gestión. En seguridad, la Política Nacional contra el Crimen Organizado, implica actos de gestión (…). Pero en la parte legislativa la creación del Ministerio de Seguridad también es una forma de fortalecer el Estado.

Ahora, a nosotros nos tocó ser gobierno donde todos los años son electorales. Los climas electorales son naturalmente adversariales y los sectores tienen el incentivo de marcar más diferencias que poner puntos en común. Entrando en esa fase, nuevamente van a venir las excusas de que estamos en campaña y que los temas son otros (…). Por eso estamos hablando de una serie de prioridades de la agenda, pero es una hoja de ruta que no tiene tanto tiempo para lograr acuerdos desde el punto de vista político. Ese es nuestro desafío y esfuerzo. Y entrando nuevamente en la fase electoral municipal, el gobierno nunca va a renunciar a los acuerdos. 

—Ministra, el Caso Convenios, en particular la arista inicial de Democracia Viva, se ha convertido en un flanco para el gobierno. ¿Por qué no se ha optado por un ajuste mayor en el gobierno, para detener la “sangría” cada vez que se conocen nuevos antecedentes?

—Es el Presidente el que determina la composición de su equipo y el que está evaluando constantemente su equipo. Lo que puedo decir es que él evalúa según el desempeño y no según amenazas o críticas de la oposición. Si el Presidente tiene que hacer cambios es porque evalúa que hay un mal desempeño, o un desempeño insuficiente en el trabajo de equipos, o de liderazgos en específico. Pero no porque hay una persona asediada por críticas opositoras.

—¿No hay nadie en esa situación, el ministro Carlos Montes o Miguel Crispi? ¿Nadie cuestionado por no revisar los antecedentes con suficiente acuciosidad?

—Cuando el Presidente determina que hay un trabajo que se ha hecho mal, que hay una mala evaluación y que merece un cambio, lo realiza. Eso está bajo el criterio del Presidente. El asedio y la crítica al gabinete, o a la ausencia de cambio de gabinete es, al final de cuentas, un asedio al Presidente.

—Esta semana se presentó a Francisco Vidal como nuevo presidente del directorio de TVN. A lo menos resulta polémico que haya dado lineamientos, públicamente, de lo que debe hacer el director de prensa del canal. ¿Hasta qué punto declaraciones como esa, o del Presidente Boric señalando que el matinal de TVN no está dando cobertura a una actividad suya, dejan en entredicho la independencia de un canal que es público, pero no estatal? 

—Primero, (Vidal) señala una verdad, ¿no? Los canales privados como Chilevisión, Canal 13, Mega u otros, tienen total libertad de hacer, o deshacer, o cubrir o no cubrir a representantes de instituciones del Estado. En el caso de un canal público, que es muy distinto a lo que es un canal de gobierno, por interés público, evidentemente le debe importar, porque la ciudadanía merece ser informada sobre qué opina el Presidente de la Corte Suprema, sobre lo que resuelve el Tribunal Constitucional, sobre lo que resuelve o no el Ministerio Público, por ejemplo, frente a procesos de investigación judicial, en delincuencia, en crimen organizado, en corrupción, lo que determina el Congreso, en voz del Presidente de la Cámara, y el gobierno, que es el Poder Ejecutivo.

No es un canal que tenga la obligación de cubrir o ser pauteado por un gobierno, porque no es un canal de gobierno. Pero siendo un canal público, evidentemente tiene que estar a la altura del interés público, en alguna medida. No exclusivamente, porque además los canales son para entregar información, para entretener, para mostrar cultura. Pero hay una mirada que evidentemente se requiere de un canal que es patrimonio de todos y todas, y que tiene que ser capaz de informar a la gente sobre lo que opinan y lo que deciden instituciones del Estado.

—¿Pero esos lineamientos no debiesen ser parte de una conversación privada con los ejecutivos del canal?

—Es que el canal público tiene un directorio. Recordemos que TVN no lo dirige una sola persona que es designada, en este caso, por el Presidente de la República. (El directorio) es electo por la Cámara Alta y eso garantiza contrapesos. Tiene una institucionalidad que permite la autonomía y la independencia de los gobiernos de turno. El sello que Pancho Vidal ha querido transmitir es algo que se discute en un directorio y que se resuelve bajo la institucionalidad que tiene el canal.