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Entrevistas

6 de Enero de 2024

Adriana Delpiano, exministra de Educación de Bachelet: “Estamos viendo el efecto de colegios que fueron muy tomados por el anarquismo, con paros largos”

Foto: Ministerio de Educación

La otrora titular de Educación de Michelle Bachelet entra al debate tras los resultados de la Prueba de Admisión a la Educación Superior (PAES) 2023. Asegura que, una vez que se conozcan los datos a cabalidad, "será muy interesante ver la dispersión de niños en los distintos colegios, (con puntajes) que ya no se concentran en cuatro o cinco emblemáticos". Por la salida del podio de la excelencia académica de colegios como el Instituto Nacional, apunta a factores más estructurales: la crisis pospandemia y los episodios de violencia al interior. Releva el rol que ha asumido el ministro Nicolás Cataldo, pero es crítica del período de Marco Antonio Ávila a la cabeza de la cartera. "A ratos se le enredó su agenda, más identitaria, con las tareas que el país estaba pidiendo a gritos que era la reactivación educativa", dice.

Por Rocío Latorre

La exministra de Educación del segundo gobierno de Michelle Bachelet, Adriana Delpiano (PPD), aún recuerda un encuentro con Sebastián Piñera. Una reunión que se concretó antes de que el expresidente asumiera su segundo período. 

El exmandatario solicitó una reunión con algunas de las autoridades salientes, entre ellas, la exsecretaria de Estado. Cuando intervino la exministra y expuso sobre el Sistema de Admisión Escolar (SAE) que le tocaría implementar a la nueva administración, Piñera hizo un alto.

“Me dijo: ‘Adriana, no me expliques nada. Yo viví en Boston y mis hijos vivieron con este sistema’”, rememora.

Y aunque en su mandato se intentó retrotraer el fin de la selección en los colegios públicos y subvencionados, el Congreso rechazó a mediados de 2019 el proyecto de “Admisión Justa” impulsado por la exministra Marcela Cubillos.

Pero en el debate sobre los últimos resultados de la Prueba de Admisión a la Educación Superior (PAES), Adriana Delpiano afirma que aún no podría hablarse de un efecto pleno del fin a la selección.

Implementado gradualmente desde 2016 en regiones del país como Punta Arenas, pero de forma masiva recién en 2019, la asistente social de profesión ejemplifica que “la generación que egresó ahora del Instituto Nacional son cursos que entraron bajo las mismas modalidades de toda la vida”.

“No entraron por la vía del SAE”, remarca Adriana Delpiano.

Adriana Delpiano.

Eso sí, habrá que esperar a la liberación de los datos -dice- para analizar cómo gradualmente se van dispersando los puntajes altos en los diversos establecimientos públicos y subvencionados y así ver el prometido efecto del fin a la selección. De momento, la extitular de Educación también apunta a otros factores. ¿Cuáles? La pospandemia, la ola de violencia desatada en los establecimientos denominados “emblemáticos” y otras causas más estructurales.

A propósito de la controversia que han generado los resultados, la UDI ha solicitado una sesión especial donde se cite a Delpiano; a su antecesor, Nicolás Eyzaguirre y a la expresidenta Bachelet.

—El dato que abre el debate es que en los 100 mejores colegios con mejor desempeño, hay apenas dos colegios públicos o subvencionados por el Estado. ¿A qué atribuye ese síntoma?

—Es una mezcla de situaciones. Los colegios particulares pagados educan a los niños con tres o hasta cinco veces la subvención que reciben otros establecimientos. Un colegio particular puede costar 400 o 500 mil pesos por niño, sin contar los montos de las inscripciones. La subvención son $80 mil y tantos y agrégale algunos bonos especiales si se educa a niños de bajos ingresos.

Un segundo tema es que si tú efectivamente analizas los problemas que hemos tenido, tanto la pandemia como las dificultades de vuelta a clase por parte de los propios profesores, afectó mucho más al sector municipal y particular subvencionado. En el privado, la gente no puede llegar e irse a huelga o faltar. Pero el tercer elemento, el más complejo y explicativo a la vez, es que las familias vienen de una situación de menor nivel cultural también porque lo socioeconómico está asociado. Hace algunos días en un programa explicaban que las diferencias que se dan en los primeros cinco años de vida, se mantienen en el tiempo.

—Los determinantes sociales de los que se habla tanto en salud como educación.

—Creo que hay mucho niño que logra escapar a eso, porque si fuera un determinismo total… se supone que el colegio tiene que hacer la diferencia, pero este es un país muy estratificado en el tema educacional y no alcanza el proceso educativo por sí solo a revertir esas determinantes (…). Ese es el desafío país, cómo se arregla el determinismo socioeconómico.

Puede ser de dos maneras. Acortando las diferencias de ingreso entre los más ricos y los más pobres. Eso es algo más estructural. Pero lo segundo es que estás obligado a dar mejor educación donde más se requiere si es que tu apuesta es que la educación hace una diferencia. Y de hecho, la hace. Nadie podría decir que las familias hoy tienen el nivel educacional de hace dos o tres generaciones atrás. El país entero ha pegado un salto en formación general. Eso es válido y valioso. Lo que nos pasa a nosotros es esta distancia enorme entre los más ricos y los más pobres en el nivel educativo.

—La crítica ha apuntado a que quienes optan por los colegios privados es porque pueden escoger en base a la capacidad de pago. En cambio, en los sectores medios y bajos ya no hay recintos educativos de “referencia” a los que se pueda ingresar por desempeño.

—Si tú quieres hacer un gimnasio, y quieres que sea de alto rendimiento, vas a seleccionar a los estudiantes que ya vienen con esas condiciones. Pero lo que tú le agregas como gimnasio a tu estudiante es mucho menor que si estás trabajando con cualquier estudiante que quiere ser deportista. El tema del “descreme” como se ha llamado, de trabajar solo con los niños que yo escojo, claro, voy a tener mejores resultados, pero el país tiene que educar a todos los niños.

Y un efecto muy importante es el efecto par: si yo junto a puros niños de muy bajo nivel socioeconómico, con muy poco lenguaje, estoy condenando a estos niños a la peor educación. Aunque le pongan el empeño que le pongan (…). Ahora bien, el Instituto Nacional -para ejemplificar- la generación que salió ahora, son cursos que entraron bajo las mismas modalidades de toda la vida. No entraron por la vía del SAE. Será muy interesante ver la dispersión de niños en los distintos colegios, (con puntajes) que ya no se concentran en cuatro o cinco emblemáticos, sino que, claramente, están mucho más repartidos a lo largo del país.

—¿Entonces qué incide en la salida del “podio” de algunos emblemáticos como el Instituto Nacional?

—Estamos viendo el efecto de colegios que fueron muy tomados por el anarquismo, con paros largos y con dificultades para normalizar su situación educativa. A mí me ha dado mucho gusto, y me mandaron fotos de actividades y acciones que están haciendo en el instituto de normalización. El Instituto Nacional tiene una marca, un prestigio, pero han sido años muy complejos. Ahora se está retomando eso. Veamos qué pasa con esta vuelta a una normalidad de los estudiantes con clases, sin violencia.

—¿Aún no vemos el “efecto par” que mencionaba?

—Va a ser interesante, cuando se hagan los estudios, ver qué tipo de colegios es el que logra sacar, en el particular subvencionado y en el público, alumnos con puntajes altos. Vamos a ver si es el efecto familia, establecimiento. Si tú tienes un buen profesor, impacta en el curso. O un buen equipo directivo también impacta (…). No se trata solo de hacer rankings, sino profundizar con estudios que nos interesan a todos, cuáles son los factores que determinan que niños que vienen de un nivel socioeconómico bajo, que tienen todo en contra, logran llegar con buenos puntajes (…).

El SAE se implementó por etapas: primero en Punta Arenas (de 2016 para 2017), luego se fue a otras regiones y luego a la Metropolitana (en 2019). Todo el mundo dijo que aquí esto era el desastre. Pero antes de eso, existía el “pitutismo”. Que yo entraba al colegio si tenía o no pituto. Si el liceo de la plaza era el mejor, yo tenía que tener el contacto con algún concejal, el alcalde, alguna profesora, para que mi hijo o hija quedara. Hoy el SAE se aplica y no es un desastre. Hay un tiempo que requieren los cambios para asentarse como tal y para que la gente los haga cultura.

Delpiano: “Creo que el perdonazo global (del CAE) no corresponde. Hay demasiadas prioridades en el uso de los recursos”

—La generación que hoy gobierna, sus dirigentes, nacen de las protestas del 2011 a propósito de la educación. ¿Cree que ha faltado poner acento en la materia?

—Este equipo que gobierna hoy es un equipo que hizo mucha presión por el tema de educación en el gobierno de Piñera I. Y la presidenta Bachelet tomó gran parte de esos elementos y los transformó en un eje de su gobierno. Las reformas sustantivas fueron seis, pero hubo 33 leyes que salieron desde el Mineduc. Era muy difícil que este gobierno lo retomara, porque hay muchas tareas pendientes: salud, previsión y la discusión constitucional que se extendió por cuatro años. Los ministerios sectoriales que en algún minuto pueden ser cabeza de serie en reformas muy importantes para un gobierno, en el siguiente gobierno tienen que seguir haciendo su pega, no tienen para qué seguir sumando y sumando reformas. Hay que evaluarlas y hacer ajustes. De hecho, lo hemos visto con los SLEP.

—Pero sí asumen con agendas urgentes como la deserción escolar, por ejemplo. 

—Al ministro Cataldo le ha tocado asumir un tema complejo. No porque fuera tan complejo en sí, porque no abarcaba a todo el país, pero el ministro está bastante bien enfocado en lo que hay que hacer. Y al ministro Ávila a ratos se le enredó su agenda, más valórica por decirlo de alguna manera, más identitaria, con las tareas que el país estaba pidiendo a gritos que era la reactivación educativa. Cuando tú entras como un grupo joven, que quiere poner su sello para gobernar y reivindicar ciertos aspectos, las agendas identitarias era un punto que tenía este grupo que gobierna. Pero en poco tiempo ha tenido que dejarla más atrás para hacerse cargo de los problemas urgentes que el país tiene.

—Por último, ¿cómo evalúa la condonación del Crédito con Aval del Estado (CAE)?

—No conozco el diseño en detalle, pero creo que son muy importante dos cosas: que el que ha pagado ordenadamente hay que premiarlo. Y el que no ha pagado es porque nunca encontró trabajo, hay que verlo caso a caso. Esa es mi postura. Y creo que el perdonazo global no corresponde porque hay demasiadas prioridades en el uso de los recursos. Pero sí hay que avanzar en cómo se paga el CAE.

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