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Nacional

10 de Enero de 2024

Dahely Escobar, la joven calameña aplastada por una pantalla gigante que sigue buscando justicia para su tratamiento médico

Dahely Escobar, la joven calameña aplastada por una pantalla gigante que busca justicia para su tratamiento médico

La joven asistió a un partido organizado por la Municipalidad de Calama cuando una pantalla del estadio cayó encima de ella. Del accidente, ella fue la única que sufrió lesiones graves: se le diagnosticó paraplejia completa. Ha pasado por dos centros de salud en Calama y en Santiago. Hoy, debido a un impedimento legal que enfrenta la municipalidad, está en una residencia en Ñuñoa sin ayuda médica.

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Todo comenzó cuando Dahely Escobar, estudiante de Ingeniería en Minas, asistía al estadio Zorros del Desierto. En el recinto de Calama, dos pantallas transmitían el partido entre Cobreloa y Rangers de Talca. Poco antes del segundo gol que definiría el resultado, una estructura que sostenía una de las dos pantallas del lugar cayó encima de los fanáticos. 

Si bien la mayoría de los hinchas alcanzó a apartarse, Dahely Escobar y otras dos personas terminaron heridas. Debido a la gravedad de sus lesiones, que en un principio no se le informaron con claridad a la familia, exigieron a la Municipalidad de Calama que la joven fuera atendida en la Clínica MEDS en Santiago. Así, a cuatro días del accidente, trasladaron a la calameña en un avión-ambulancia a la capital.

Allí, la familia se enteró con detalle de la gravedad de sus heridas. La joven tenía una contusión pulmonar y una fractura en el cráneo, en las clavículas, en las costillas, en el pie y una seria lesión en la columna vertebral que la tiene sin caminar.

El relato de su familia

“Venía destruida, mi hija venía destruida de Calama”, recuerda Carina Claure, madre de la joven en diálogo con The Clinic. “Yo lo que más quería hacer era demandar al hospital. Pero hasta el día de hoy, en lo que me estoy concentrando es en la recuperación de mi hija”, añade.

Allí, en la Clínica MEDS, la joven estuvo entre tratamientos médicos y seis cirugías. Carina destaca que en un principio fue difícil para Dahely: “Gracias a que ellos [la clínica] hicieron todo lo humanamente posible, mi hija está en el estado en el que ahora está. Porque han pasado días en los que ella entra de emergencia en cirugía, días que ha estado súper súper mal. Los médicos han hecho lo que está al alcance de sus manos”, explica Carina. 

Ahora, Dahely se encuentra en una residencia en Ñuñoa. La Clínica MEDS tuvo que darla de alta después de 75 días debido a que tuvo dos contagios intrahospitalarios. Si bien la municipalidad de Calama ya entregó $40 millones para que la ingresen a la Clínica Los Coihues -el próximo paso para la rehabilitación de Dahely- dicho establecimiento aún necesita que la autoridad sea aval de la familia.

“Lo único que a mí me interesa es la recuperación de mi hija, porque yo no la puedo tener en este estado acá. No tengo una cama con un colchón antiescaras, no tengo el espacio para que ella esté. Entonces, para nosotros, estas noches son de desesperación”, lamenta Carina. “Tengo que cuidarla de que no le pase nada, nosotros la podemos mover mal, la podemos lastimar de todo lo que ella ya avanzó (…) Nosotros tenemos que cuidar eso que ella logró hasta el día de hoy”, agrega ella.

El apoyo de la municipalidad

“En este tema la municipalidad tiene que hacerse responsable. Es una negligencia que pasó”, sentencia Carina.

Por eso, la Municipalidad de Calama ha atendido las exigencias de las familia. En un principio, pagaron el avión ambulancia que llevó a la joven a Santiago, además de saldar la deuda de $161 millones que quedó con la Clínica MEDS.

Franklin Muñoz, abogado de la Municipalidad de Calama, argumenta que la posición de aval de la familia es una de las exigencias que la autoridad no puede ofrecer, pues los dejaría como codeudores de la clínica. Esto porque, según el abogado, una institución pública no puede convertirse en aval legalmente.

“Nosotros no podemos aparecer como codeudor, porque la ayuda no está realizada directamente desde el municipio”, explica el profesional. “Nosotros no estamos transfiriendo ni pagando a la clínica, sino que estamos dando una ayuda económica en la que se pide fondos [a la municipalidad] para ser entregados a la mamá”, explica Muñoz.

Muñoz agrega que la clínica nunca les habló sobre la situación del aval, a pesar de que el dinero ya fue transferido.

“Insisto en que acá no hay indolencia ni falta de criterio. Simplemente uno, como servicio público, ve situaciones desde el punto de vista legal“, dice Muñoz.

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