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Opinión

17 de Enero de 2024

Columna de Alejandra Orbeta | Invertir en la formación de públicos

Columna de Alejandra Orbeta, directora de Pedagogía en Artes Visuales UAH | Invertir en la formación de públicos

La directora de Pedagogía en Artes Visuales de la Universidad Alberto Hurtado plantea que "ante la idea de que las artes no aportan a la vida cotidiana y material de las sociedades, es importante notar que según datos de ProChile, las industrias creativas en el país contribuyen con un 2,2% del PIB y aproximadamente 150.000 empleos".

Por Alejandra Orbeta

En este último tiempo, han circulado en la prensa diversas críticas sobre el estado de la cultura y el arte en el país. A pesar de que se ha fortalecido la institucionalidad pública con la creación en 2017 del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (MINCAP), existe un amplio consenso de que en Chile el campo artístico y cultural es aún precario, y que se encuentra atrapado en una permanente crisis.

Esta paradoja, expresada en el fortalecimiento de la institucionalidad y al mismo tiempo en una inestabilidad, fragilización y devaluación de este ámbito, parece responder a algo de una densidad mayor, que se podría entender como una falta de consistencia en el estatus público del arte y la cultura.

Lo cierto es que si la cultura y las artes se han convertido en una preocupación de la política, esto debería suponer un cambio en las concepciones de la cultura y en las ideas de la política. Aun así, en Chile persiste una impresión de que las artes son algo etéreo, propio de las élites y no de las personas comunes, y que la política se debería ocupar de los problemas concretos de las personas.

Ante la idea de que las artes no aportan a la vida cotidiana y material de las sociedades, es importante notar que según datos de ProChile, las industrias creativas en el país contribuyen con un 2,2% del PIB y aproximadamente 150.000 empleos. En este escenario, surge la pregunta de por qué las intenciones de fortalecer las artes y la cultura no se logran materializar en las prácticas y cuál es el rol que tiene la educación artística para estos fines.

La educación artística es esencial no solo para aprender sobre una dimensión humana, de conocimiento y sensibilidad dinámica, fluida y fundamental, que atraviesa a todas las sociedades de las que tenemos registro, sino también para formar públicos para las artes y la identidad cultural.

En efecto, una de las grandes debilidades que se ha identificado en las políticas culturales es la ausencia de lineamientos claros para el fortalecimiento de la educación de las artes, en las artes y a través de las artes. Esto implica que las políticas culturales se han focalizado especialmente en crear algunos espacios para la experiencia artística cultural, pero han dejado de lado la formación de los públicos que deberían asistir a esos espacios y vivir esas experiencias.

Si bien es cierto que se puede vivir sin este vínculo, también es cierto que esta conexión con el arte y la posibilidad de pensar la sociedad a través de las artes permite que nuestras vidas puedan ser más flexibles, conscientes e interesantes de una manera única. Eso hace imprescindible la educación artística desde los niveles iniciales hasta los finales de escolaridad, para permitirnos ir construyendo no solo el interés por las ellas, sino la posibilidad de tener una experiencia cultural compleja y consistente ligada a la experiencia vital. Además, es ahí donde se pueden producir los cambios en la percepción sobre la política y su relación con el arte y la cultura. Si la política cultural chilena no se ocupa de la enseñanza del arte, es poco probable que cuente con públicos interesados en el fomento cultural.

*Alejandra Orbeta, directora de Pedagogía en Artes Visuales de la Universidad Alberto Hurtado.

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