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Nacional

9 de Febrero de 2024

Vecinos de Achupallas denuncian falta de información para poder evacuar de sus hogares durante el incendio de Viña del Mar

Los sectores de El Olivar y Achupallas fueron algunos de los más afectados por los incendios que afectaron a la región de Valparaíso. Allí, varios de los vecinos vivieron un verdadero horror entre el fuego y el pánico. Y si bien escucharon la alarma SAE que les indicaba salir de la zona, no sabían para dónde dirigirse. Expertos se suman a la crítica y plantean las tareas pendientes ante futuras emergencias de esta magnitud.

Por Valentina Hoyos y Nicholas Townsend

Horas de terror vivieron las personas que se vieron afectadas por el incendio ocurrido en la región de Valparaíso el pasado viernes. Una emergencia que es comparada con el terremoto del 27F y que hoy tiene a más de más de 30 mil las personas afectadas, según la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, y más de un centenar de personas fallecidas.

Entre aquellos que lograron escapar de la llamas que consumieron sus casa, hay vecinos que coinciden en una situación: pese a que las alertas SAE sonaron, estás no entregaron información hacía dónde debían evacuar o refugiarse.

Así lo recuerda Daniel, de 60 años, entre los escombros que quedaron de su hogar en Maullín 50, cerca del paradero 10 de Achupallas. Cuando las lenguas del fuego llegaron al sector, él estaba viendo fútbol con su hija y su nieta. “La alarma fue demasiado tarde, llegó cuando el fuego ya estaba encima. Muy tarde. No decía por dónde escapar nada, nada, nada. Obvio que teníamos que escapar hacia arriba porque allá no había salida”, dice a The Clinic.

Michel De L’Herbe, consultor en gestión de emergencias, es crítico con las funciones de la alarma SAE, la que solo indica los sectores que deben evacuarse. En un principio, argumenta que la iniciativa proyectó modernidad, pero que estuvo mal ejecutada desde su origen. Esto, principalmente, porque “se ha implementado solamente como un sistema que envía un mensaje que sugiere evacuar”.

“Lo que nosotros estamos recibiendo en estas alertas es un mensaje, que en el caso de emergencias muy dinámicas, como son los incendios forestales, requiere de información para poder tomar decisiones”, explica De L’Herbe, quien opina que estos datos, como la zona para dónde evacuar, es básica y crucial. “Estas emergencias son dinámicas, porque los escenarios pueden cambiar rápidamente. Por ejemplo, en el caso de un incendio forestal, cambia el viento, y lo que en un momento dado se consideraba una vía segura, se transforma en una vía insegura”, agrega.

Esto fue lo que le ocurrió a algunos de los afectados por el incendio en el sector del mirador El Olivar. Un vecino del lugar relata cómo llegó a Achupallas arrancando del fuego: “Acá sonó a tiempo (la alarma). La mayoría de la gente evacuó hacia arriba. El fuego iba de abajo hacia arriba. Entonces la gente subió”. 

Daniel, de hecho, observó cómo personas del mirador El Olivar llegaban al sector escapando del mismo fuego. “Arrancamos hacia una cancha que hay abajo. Ahí igual la sufrimos harto porque había harta gente. La gente no quería ir a la cancha porque les daba miedo y arrancaron a la carretera. Entonces salió peor”.

De hecho, los embotellamientos que ocurrieron en las vías principales del sector terminaron por empeorar la situación. Varias personas de El Olivar tuvieron que dejar sus autos en el camino, pues el fuego avanzaba mucho más rápido que los vehículos. Horas después, los autos carbonizados fueron lo único que quedó en las carreteras.

Viviana, de 53 años, que también vive cerca del paradero 10 de Achupallas, fue una de estas personas. “Arrancamos en auto, pero con todo el caos que había y las llamas ya se sentían cerquita de nosotros, tuvimos que dejar el auto parado allá donde está la plaza”, indica. Al igual que los demás, tuvo que sortear el lugar por dónde escapar. “Subimos el cerro, y llegamos arriba donde hay unas copas de agua, y de ahí bajamos y llegamos a la Villa Rukán”.

Luis Salamanca, ingeniero en prevención de riesgos y medioambiente, explica que las alertas SAE no pueden indicar zonas de inseguridad porque son incapaces de distinguir la geomorfología del sector. “Es muy difícil que la alerta SAE, que cubre siete kilómetros a la redonda, pueda discriminar fácilmente de que tú, en tu punto, puedas dirigirte o tengas que dirigirte a este punto de evacuación”, explica. El experto cree que esta es una oportunidad para que el diseño urbano de Valparaíso empiece a incluir zonas de seguridad para prevenir este tipo de catástrofes. Todo esto teniendo en cuenta que es un lugar propenso a tener incendios todos los años.

El Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres también explica que determinar zonas de seguridad es complejo. Esto por las mismas condiciones de los incendios. “(Son) de difícil modelación, estando sujeta a diversas variables, tales como cambios repentinos en la dirección del viento o la topografía del lugar”, declaran a The Clinic. Además, detallan que la alerta SAE es un refuerzo a las actividades que ejecutan en terreno los organismos del sistema.

De L’Herbe plantea que una de las soluciones es monitorear las vías de seguridad que se establecen, mucha más comunicación de parte de las autoridades e información para la ciudadanía. “Nosotros también tenemos deficiencias por falta de organización y entrenamiento comunitario, porque básicamente la gente sabe que tiene que hacer evacuación en las zonas costeras a pie, pero cuando esto ocurre no se aplica”, ejemplifica.

Sin embargo, opina que, finalmente, el Estado es el encargado de esta falta de educación y que es su responsabilidad “involucrar a la comunidad, de entrenarla y organizarla”, porque “esta es una materia de seguridad pública”, concluye.

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