Nacional
16 de Febrero de 2024La guerra del litio llega a la Corte de Apelaciones: la disputa que enfrenta a Albemarle con una empresa chilena por materiales “gravemente defectuosos”
El conflicto se inició en 2017, cuando el gigante norteamericano contrató a Emaresa para proveer productos para una nueva planta en el Salar de Atacama. Las empresas pasaron por dos arbitrajes, pero no quedaron conformes, por lo que llevaron el caso a la justicia civil.
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A la Corte de Apelaciones llegó la disputa que enfrenta a Albemarle —una de las principales productoras de litio en el mundo— y a la empresa Emaresa, una compañía chilena que produce materiales e insumos para instalaciones industriales.
Como publica DFMás, los problemas comenzaron en 2017, cuando la gigante estadounidense se dispuso a ampliar su capacidad de producción de litio. Para ello, contrató a Emaresa, acordando que ésta le entregara productos para construir sus dependencias en el Salar de Atacama. En concreto, Albemarle había comprado geomembranas y geotextiles, herramientas clave para la impermeabilización durante el proceso de fabricación del mineral, que toma al menos un año y medio.
En 2019, la firma chilena inició un proceso de arbitraje en contra de la trasnacional. Emaresa reclamaba el pago del monto que Albemarle le debía —que ascendía a $5.428.410 dólares— por haber entregado todos los insumos acordados.
Sin embargo, según la compañía trasnacional, fue Emaresa la que incumplió el contrato al entregar materiales “gravemente defectuosos” y certificados de calidad “falsificados”. Además, Albemarle apuntó que la firma chilena había utilizado “documentación falsificada” para postular a la licitación.
La empresa afirmó que los defectos en los materiales implicaron para ellos un retraso que impidió la producción de litio en un largo tiempo.
El laudo arbitral entregó a Albemarle el pago del lucro cesante, pero guardó la discusión respecto al monto a pagar para otro momento.
En 2020, fue la firma norteamericana la que arremetió e inició un nuevo proceso de arbitraje. Esa vez, demandó el pago de diversos sobrecostos, que alcanzaban los $1,7 millones de dólares. Pero el juez a cargo del caso decidió rechazar varias de las pretensiones de la empresa.
Como el caso quedó abierto y no hubo conformidad de las partes, ambas compañías apelaron en la justicia, en un proceso que aún no tiene resolución. Desde Albemarle declararon a DFMás que “no comentamos casos judiciales en desarrollo”.
Mientras, su contendora remarcó que “los productos vendidos hace cinco años a Albemarle cumplían con los estándares de calidad solicitados. Lo acreditaron pruebas posteriores y un experto de nivel mundial”. Además, sostuvieron que la existencia de un certificado adulterado “es una situación ajena a Emaresa. En la actualidad está en investigación y en ningún caso tuvo incidencia en la calidad del producto”.
“Es recurrente que Albemarle judicialice la relación con sus proveedores y terceros. Por eso apelamos a la sentencia arbitral. Confiamos en que nuestros argumentos serán acogidos y Albemarle deberá cumplir con su obligación de pagar el precio de los productos”, insistieron.