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Festival de Viña

2 de Marzo de 2024

Álex Ortiz consigue aprobar en la Quinta Vergara con rutina que apeló a la diferencia de clases, pero deja comentarios mixtos en redes

Fotos: Felipe Figueroa

Usando lenguaje que recordaban a su personaje de "flaitechileno", conversando con el jurado, provocando una ovación a Naya Fácil, y con su madre como protagonista, el comediante que llegaba tras su exitoso paso por el Festival de Olmué pudo hacer reír a la gente, pero con una rutina que no fue tan elevada como los otros aciertos del evento.

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Al ritmo de “Jump Around” de House of Pain, y a las 23:51 horas, comenzó el show de Álex Ortiz. El comediante, antes conocido como “Flaitechileno”, venía de un gran éxito de Olmué. Esta vez, con una rutina basada más en un lenguaje popular. Tuvo algunos problemas de ritmo, pero se ganó al público, mayoritariamente joven, con sus historias, e incluso haciendo mención a los artistas urbanos, empezando por una de las polémicas del Festival de Viña.

“Lejos el comediante más desconocido de este festival. Estoy feliz porque los compromisos son para cumplirlos, no como el otro hue… Ay el queso crema, y se enojó”, señaló en su primer chiste, haciendo mención a la bajada de Peso Pluma, quien se presentaba el mismo día que él. Así, logró ganarse al público de la Quinta Vergara, más no así a la audiencia virtual.

Luego comenzó con historias de su madre, con un ritmo rápido en que no daba descanso, pero donde cada remate era captado por la gente. Su estrategia fue ir hilando historias de forma frenética para que la gente no se distrajera y perdiera detalle del chiste.

Ya después de diez minutos, Álex Ortiz entró en total conexión y logró calmar su relato. “Mi mamá con los años se ha puesto más violenta, como que se puso agresiva. De repente amigos me llaman para que vaya a verla porque está peleando. ¿A dónde? En Facebook. Anda a verla la van a funar. Me meto y ahí está en un grupo de CatLover. Empecé a buscar el mensaje y ahí estaba, ‘me cargan los gatos cu…’. Le pregunto por qué hizo eso, ‘es para debatir’ me dice”.

Tras hablar de las carencias y las comparaciones con los “cuicos”, indicando que sus cuadernos incluso servían para jugar pádel. Sus chistes quizás no tenían un remate delirante, pero sí con la suficiente energía para poder hacer reír a la gente. Incluso conectó con Young Cister, al señalar que él no pudo comprarle una casa a su madre tras el Festival de Olmué como el cantante. También hizo lo propio con Alejandro Chávez.

Foto: Felipe Figueroa

La rutina siguió centrándose en su madre, y ya no había la aceleración que mostró al principio. Ya se notaba que había ganado al público, quienes escuchaban concentrados. Igualmente, había momentos lentos en que se notaba que si uno perdía la atención a la historia, no iba a lograr conectar del todo con su rutina. Muchos de los chistes eran remates cortos para hilar el relato completo.

Luego, fue el turno de chistes sobre su relación con su hijo. Allí, Álex Ortiz sacó parte de su arsenal como “flaitechileno” para mostrar cómo se comunicaba con los amigos y cómo no conocía su léxico. Así hizo referencias de muchos artistas urbanos. “Muchos les tiran hate, pero son los primeros en ayudar. Me carga eso porque yo también tengo un hijo y se puso a cantar. Cagué, tengo que apoyarlo. Hay que apoyar al talento y a la gente de barrio como la Naya”. Fue en ese momento que Naya Fácil fue enfocada y se ganó la ovación del público.

Foto: Felipe Figueroa

Siguió con las historias de su madre. Gran parte de su rutina fue una gran historia familiar, volviéndose algo monotemático. Igualmente, el público estaba a su favor. También, el exceso del lenguaje popular hacía que cada chiste se escuchara similar al anterior.

“El barquito manicero, Peso Pluma empujando el maní. Olorosabas y decías ‘este hueón no vende maní. Maní prensado”, señaló, repitiendo nuevamente el nombre del artista que no logró llegar a Viña a pesar de las polémicas.

Tras más historias de su madre, quien fue el personaje principal de toda su rutina, incluyendo un viaje a un parque de diversiones, donde imitó al bailarín de un Tagadá, terminó su rutina al ritmo de “The Next Episode” de Dr. Dre. La Gaviota de plata llegó después de 48 minutos de rutina.

Luego llegó un bis, donde contó la historia de un poroto que sembró como tarea del colegio, y logró terminar la rutina con las dos Gaviotas, pero con comentarios divididos en redes sociales.

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