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9 de Marzo de 2024

Vasectomía antes de los 30 años: hombres jóvenes y sin hijos cuentan sus razones para someterse a la operación y no ser padres

El miedo a la crianza y la posibilidad de un futuro incierto son las razones principales por las que personas menores de 30 años están sometiéndose a la vasectomía. En la mayoría de los casos, quiere decir que no son ni serán padres. La responsabilidad que trae el nacimiento de una vida es demasiado grande, dicen, y no cabe en sus planes de autorrealización. "Yo prefiero no ser papá, aunque en algún momento sí quisiera ser papá. Prefiero arrepentirme antes de cometer el error", dice uno de los testimonios de este reportaje. "Se ha creado en Chile un contexto en el que los hombres tienen una mucho mayor consciencia de los costos, cargas y responsabilidades de criar y tener hijos", explica la socióloga Martina Yopo Díaz.

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“Yo valoro mucho a la gente que quiere ser papá, pero yo no lo quiero ser. Nunca, nunca, nunca (…) Yo no tengo papá. Y creo que sería muy en contra de mis valores ser papá de alguien que no quiero que sea mi hijo. No sé si se entiende. Yo fui un hijo no deseado, y no le daría a alguien esa carga. Aunque yo me hiciera cargo, ¿cachai? Como esa carga psicológica de: sabís, yo en verdad no te quería. Entonces, no quiero ser papá. Entonces si existe la opción (de vasectomía), la tomo”. 

‘Un niño te cambia la vida’: para mí no. No correría el riesgo con la vida de un cabro chico. Jamás. No es algo con lo que uno podría jugar. Y la verdad es que lo valoro mucho. Yo tengo una sobrina que tiene dos años, y es mi vida. 

Recibí la crítica de toda mi familia. No conservadora, pero sí creyente. Me dijeron: ‘¿quién te va a cuidar cuando estés viejo?’, ‘ya, pero te vas a quedar solo’. Pero si todos nos quedamos solos, si yo también me fui de la casa (…) Uno no se pone a tener hijos por eso. Siento que eso también es egoísta, uno no se pone a tener hijos para que lo cuiden. ‘Ya, tengo hijos para no morirme solo’. No, poh

Lo que más me dijeron: ‘¿Estás seguro?’, ‘¿si te enamoras?’ y ‘¿quién te va a cuidar?’. Cualquier cosa que fuera siempre recalcando que estás solo o qué va a pasar si conoces a alguien. Y es como: ‘Si conozco a alguien, tendrá que entender que yo no quiero tener hijos. Pueda o no pueda’. Esa ha sido la tónica 30 años. 

Mi vida cuando chico era más bien inestable. En cuanto a familia y economía. Entonces, no hubo mucho tiempo para ser niño. O para ser adolescente. Me tocó trabajar desde muy chico, entonces no sé… Yo creo que soy egoísta. O sea, decido vivir para mí. 

Mi estilo de vida no va por ahí. Puede ser un poco egoísta, igual pasa que uno tiene ganas de darse su gusto. De darte tu espacio. Yo quiero mis hueás, y quiero disfrutar mi plata. Mi polola en ese rato era todo lo contrario, quería el perro, la casa, y yo no. Yo sólo quería la casa. Ahí fue como un quiebre. Y con mi segunda polola, con ella conviví y no podía tener hijos. Ahí entendí que sí, que esa era la relación que yo quería. Una relación sin hijos. 

También está un poco tener el control de tu vida (…) Y también puedes no repetir patrones. Yo prefiero no ser papá, aunque en algún momento sí quisiera ser papá. Prefiero arrepentirme, no cometer el error. Porque tener un hijo por error es muy triste.

Está el miedo a cagarla. El miedo a no ser suficiente. Son hartos miedos. Creo que igual hay hartos miedos detrás de una decisión de no querer ser papá. También siento que igual es legítimo, y como que no necesariamente tienes que ser papá para ser normal. 

Por eso me operé, porque mi instinto paterno es nulo. Creo que estaría mal decirlo si fuera papá. Me he cuidado toda mi vida, tengo 30 y no fui papá. Me cuidé siempre, y le tomé mucho el peso a eso. Yo hubiese sido un pésimo padre”. 

*** 

Felipe, dueño de las palabras del testimonio anterior, es parte de las más de 17 mil personas que se sometieron a la vasectomía en estos dos últimos años en Chile. Si bien durante el 2022 se realizaron 10.858 de estos procedimientos médicos y en el 2023 se experimentó una baja que llegó a las 7.433 pacientes -esta última cifra, de acuerdo con el Ministerio de Salud, es preliminar-, la vasectomía es un anticonceptivo que cada vez es más atractivo para los hombres. De hecho, hace más de una década, la cifra de procedimientos realizados durante el 2013 fueron de 768 vasectomías. 

La operación es ambulatoria y se hace con anestesia local: en la vía tradicional se usa un bisturí, el cual hace una incisión en el escroto para acceder a los conductos deferentes. Estos últimos, que transportan los espermatozoides, son cortados, cauterizados o ligados -en algunos procedimientos, se pueden hacer las tres al mismo tiempo-. Así, el procedimiento dura entre 40 a 50 minutos. También hay un procedimiento realizado sin bisturí: “Se usa un instrumental especial que abre la piel 5mm aprox (…) De esa forma sangra menos, duele menos y cicatriza mejor”, explica Víctor Avillo, urólogo y doctor de la Clínica Avansalud y de la Clínica Bicentenario Red Salud CChC.

Después de la operación, el paciente debe estar en reposo relativo, o sea, hacer “vida normal sin grandes esfuerzos”, sin realizar ejercicio ni tener relaciones sexuales por una semana. Eso sí, debe seguir usando métodos anticonceptivos durante tres meses. Así, pasado ese tiempo, puede hacerse el espermiograma, un examen que determina qué tan fértil es la persona.

Utilizando el bono PAD de Fonasa, la operación tiene un costo de $366.860. Mientras que con Isapre, una cobertura estándar cubrirá cerca de un 60% de la operación, dejándola en un precio de $386.328.

El doctor Avillo cuenta que realiza 600 vasectomías al año. De ellas, el 20% corresponden a menores de 30 años. “Cada vez hay más pacientes bajo 30 años. Creo que hoy es un paciente más informado. Entonces, con un internet bien utilizado puedes tener acceso a información de calidad y eso hace que los pacientes estén mucho más empoderados respecto a su salud y a sus derechos”, explica el urólogo. De hecho, cuenta que antes, los pacientes no tenían tanto conocimiento, y por lo tanto, no sabían si era legal o estaban en su derecho de hacerlo.

Una tendencia que, según Viviana Salinas, Doctora en sociología y experta en demografía, es propia de las sociedades postmodernas. “Las personas ya no se presentan por el bienestar colectivo o grupal. Ya no está la idea de que los valores que mueven a las personas es el bienestar de su familia. O de su vecino, de su partido político, de su país, que era una cosa como mucho más típica del siglo XX”, explica la socióloga. “Ahora, las personas buscan el desarrollo en metas que son individuales. Cada vez tiene más validez social un proyecto de vida que no incluye hijos”. 

Dr. Víctor Avillo, urólogo.

El peso de criar

El miedo a no repetir los patrones de sus familias, las preocupaciones por el mundo que les espera y un mayor conciencia con el género femenino, son las razones principales de este grupo menor de 30 para no convertirse en padres. De hecho, esas fueron algunas de las motivaciones en el caso de Ignacio (27), quien esperó seis años para poder juntar el dinero para hacerse la vasectomía. Para él, la decisión ya estaba tomada desde que tenía 20.

“Siento que es una responsabilidad muy grande. A pesar de que uno pueda tratar de no cometer errores en la crianza y no generar resentimiento o inseguridad a la persona, siento que es mejor no tomar esa decisión de tener hijos”, explica Ignacio. Dice que la falta de cariño de las generaciones anteriores y las inseguridades que proyectaron en sí mismo pueden ser un riesgo a la hora de criar. “Uno carga con eso. Y uno lo puede tener muy en cuenta, pero quizá eso se lo puede traspasar al hijo o hija”.

Karen Figueroa, sexóloga y psicóloga, dice que cada vez más hay pacientes masculinos conscientes de sus propios traumas y temores que llevan desde la manera en que fueron criados. “Están en trabajo de reparar y muchas veces en este trabajo se dan cuenta que no hay espacio para criar y hacerlo sin daños, sin repetir los patrones”, explica. Además, detalla que este perfil de hombre tiene mayor accesibilidad a terapia y a información. “Las generaciones más antiguas que no se trataban ningún tipo de dificultad psicológica, y sencillamente iban traspasando los dolores, los daños y los traumas de generación en generación”.

Rodrigo se sometió a la vasectomía un día antes de cumplir 21 años. El relato de cómo sus padres tuvieron que cambiar sus vidas y el sacrificio por el que pasaron –por ejemplo, el hecho de que su papá tuvo que dejar su casa familiar y alcanzó apenas a terminar sus estudios-, fueron pilares fundamentales para tomar su decisión.

“Yo no me siento capacitado para criar, sinceramente (…) El hecho de querer criar no se me da. Es algo que no estoy ligado a ello. Nunca me ha gustado la idea de ser papá. Últimamente, me he dado como un tipo de rechazo, por decirlo así. No se me es cómodo”, dice Rodrigo. Además, la presión de mantener un hogar estable económicamente o tener que reestructurar su familia no son ideas que le agraden. “Encuentro que es una pega, aunque históricamente se la ha dejado al rol de la madre. Es una pega de los dos. Y cuando no se cumplen esos roles dentro de la crianza, al final, tienen diferentes problemas en la estructura del pensamiento del niño o de la niña”, indica.

La socióloga experta en reproducción, Martina Yopo Díaz, se encuentra realizando un paper en el que hombres sin hijos de todas las edades comparten su experiencia con las vasectomías. En su investigación, descubrió que efectivamente existe un relato masculino de no estar dispuesto o sentirse capaz para ser padre.

“(Esto) quiere decir que se ha creado en Chile un contexto en el que los hombres tienen una mucho mayor consciencia de los costos, cargas y responsabilidades de criar y tener hijos”, explica Yopo Díaz. Agrega que legislaciones como el registro de deudores de pensiones demuestran que al hombre chileno se le está exigiendo cada vez más como padre. “El hombre se siente muchas veces como desgraciado en torno a esas demandas. Y se siente demandado, sobre exigido muchas veces, que la carga de ser padre es muy amplia”.

Apuesta a que esto es un cambio cultural en el país, que demuestra un nuevo tipo de masculinidad y paternidad, además de una modificación en la crianza de las nuevas generaciones. “Tiene que ver con cambios muy profundos de lo que significa ser padre y lo que se le está exigiendo a los padres en Chile. Hoy se les está exigiendo mucho más que antes”, indica Yopo Díaz. “Antes era muy raro que un hombre estuviera en un parto con una mujer. Hoy día es algo mucho más común. Lo mismo con todo otro conjunto de prácticas reproductivas, como levantarse en la noche, cambiar pañales, alimentar, llevar al doctor y de reuniones de apoderados”.

La vasectomía ante un futuro incierto

Para Ignacio, el estado del planeta también fue importante a la hora de decidir si quería tener hijos o no. “Ya hay una sobrepoblación muy grande, y eso medioambientalmente genera mucha contaminación y mucha sobrexplotación de recursos, y todo eso como que no se ve buen pronóstico. Y crear una vida nueva que pueda ver todo el mal que puede causar es una decisión muy egoísta“, opina Ignacio.

Esta opinión también la comparte Franco, quien se sometió al procedimiento hace dos años, cuando tenía 25. “Es cierto que se está deteriorando el planeta con tanta sobrepoblación, que no sé si traer más gente al mundo beneficiaría en ese sentido (…) En los últimos 10 años no veo cambios a favor del planeta, entonces no sé cómo va a estar este lugar en 20 o 30 años más”, explica.

Además de esto, Franco decidió hacerse la vasectomía por otras dos razones: porque nunca estuvo rodeado de niños pequeños y el costo de la vida. Desde que tiene uso de razón era el conchito: sus primos, hermanos o vecinos siempre eran mayores que él. Así, cuando llegó a la adultez, se dio cuenta que relacionarse con niños “no se le daba”. “No es que no me gusten, porque nunca he formado ese lazo. Pero tampoco me veo forjándolo”, aclara.

Sus sueños, como por ejemplo los viajes que quiere hacer, también fueron razones para no convertirse en padre, pues le dificultarían realizar una “paternidad activa”. “Lamentablemente, está demasiado alto el costo de vida como para atraer gente que dependa de mí, no alcanzaría para darle todo lo que merece o necesita”, explica Franco. Su condición como arrendatario y el hecho de que viva solo hacen que tener un hijo sea difícil. “Si en algún momento me tuviera que ir a otra ciudad por trabajo, o me quisieran mudar a otro país por X o Y motivos, también se complica. Lamentablemente en el mundo en el que estamos inmersos ahora, encuentro que es más complicado”.

“En el caso de Chile está la idea de que no está en las condiciones para tener hijos (…) No es solamente el tema del medioambiente, son también las condiciones sociales y económicas que existen en el país para tener niños”, indica la socióloga Yopo Díaz. En su investigación, también encontró que esta es una de las razones principales por las que los hombres quieren seguir sin hijos. “El futuro, digamos, no es un tiempo que se ve con esperanza, no es un tiempo que se ve con aspiración, sino que es un tiempo que está marcado por muchos riesgos, crisis e incendio”.

Tener hijos: una costumbre que va decayendo

Según la Tasa Global de Fecundidad (TGF) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Chile es el país con menor fecundidad -1,3 hijos por mujer-, de Latinoamérica. La cifra está por debajo de lo recomendado, que es 2,1 hijos por mujer.

El aumento del uso de anticonceptivos es una de las tantas razones por la que el país presenta esta baja. Sin embargo, la vasectomía no sería una de las razones detrás de esta disminución. De acuerdo con el urólogo Francisco Osorio de la Clínica Alemana –institución que en el último año realizó 1.200 procedimientos, de las cuales cerca de un 3% son menores de 30 años-, las cifras de hombres que se someten a la vasectomía aun es baja como para que haga una diferencia. “Yo creo que el impacto más importante es que la gente está decidiendo tener menos hijos. A todo nivel se están haciendo la vasectomía o están utilizando métodos anticonceptivos con familias con menos número de hijos. Entonces, eso es lo que está disminuyendo la tasa”, explica el doctor.

Así, el experto no atribuye una baja de esta cifra debido a hombres menores de 30 años que se estén realizando el procedimiento. “A pesar de que han incrementado mucho en los últimos años, siguen siendo un grupo pequeño”, explica Osorio.

“Aunque ha crecido mucho su uso, estamos hablando todavía de números muy bajitos. Nuestra tasa de fertilidad está bajando, estrictamente, pero probablemente uno de los motores de esa caída no sea el incremento en la vasectomía”, dice también la socióloga Salinas. De hecho, la experta cree que otros métodos anticonceptivos tiene mayor incidencia, como la implementación de dispositivos intrauterinos.

A pesar de ello, en Chile aún existen instituciones que disuaden de este tipo de métodos. La semana pasada, un usuario en X compartió la fotografía del portal web del Hospital Clínico Red Salud UC Christus cuando trataba de agendar una cita con urólogo de la institución. En el mensaje que salía en la pantalla rezaba: “Estimado paciente, por lineamientos de la institución, nuestros profesionales no realizan procedimientos de esterilización, como vasectomías”. El tweet se hizo viral en poco tiempo.

Si bien la socióloga Yopo Díaz dice que las restricciones a los doctores y a las instituciones se están levantando para hacer vasectomías y ya no es un proceso tan engorroso como antes, todavía existen ciertas limitaciones. En su experiencia, al hacer su investigación, encontró algunos doctores que se negaban a realizar el procedimiento porque los pacientes no habían tenido hijos. “Esto finalmente es un tema muy clave, no solamente de salud pública, sino también de autonomía reproductiva, de que cada persona pueda decidir qué hacer con sus procesos reproductivos lo que quiera según sus creencias”, opina la socióloga.

***

La verdad es como una meta cumplida de vida. Es una tranquilidad muy brígida. Porque al final es como por fin tengo la seguridad de que no voy a ser papá, ¿cachai? Aunque todavía no es cien por ciento seguro, debería ser el viernes [por el espermiograma]. Es la tranquilidad máxima de que no voy a ser papá”, prosigue Felipe, quien se practicó la vasectomía en enero pasado.

“Por fin puedo despreocuparme de eso. De verdad que era una ansiedad heavy (…) Antes de vincularme con alguien, era un tema, poh. Onda, vamos a llegar a ese momento. Yo no compartía el miedo, pero después yo me iba con miedo a la casa. Y después con la ansiedad mal, aunque usaba todos los métodos anticonceptivos del mundo.

Y se ha ido sanando de a poquito. Yo creo que ya el viernes, cuando haga el examen (espermiograma), y ojalá que salga bien, va a ser así como yo, finalmente… Voy a poder relacionarme con alguien y no tener esta presión de que cuando llegue el momento in situ, vaya a ser un momento de ansiedad“.

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