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23 de Marzo de 2024

Diario de ruta de una piloto comercial: los desafíos de una de las profesiones más extenuantes

piloto comercial

“Los pilotos comerciales están sujetos a grandes presiones en cada uno de los tramos que les toca pilotar”, explica el doctor Jonathan Martínez, psicólogo y director académico de ADIPA. Además, no solo hay que considerar los aspectos demandantes que implica esta carrera, como una rigurosa preparación y el equilibrar su vida personal con horarios laborales poco convencionales, que inciden en el plano emocional, el que es clave en su desempeño, también hay que considerar la fatiga. “Si tú no te sientes en condiciones óptimas para un vuelo, estás mucho más desconcentrado, mucho más lento, y la verdad es que nuestra carrera implica momentos de mucha presión”, comenta Javiera Figueroa (28), primer oficial de la aerolínea JetSmart.

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La piloto Javiera Figueroa (28), después de pasar por rigurosos exámenes médicos, pruebas teóricas en el Club Aéreo, e interminables simuladores de vuelo, estaba lista para operar su primer avión comercial hacia Iquique. Era mediados del 2021, y casi tres años de preparación se materializaban frente al tablero de esa pequeña cabina. Un instructor de vuelo se sentaba a su izquierda y un inspector a su espalda, atentos a cada una de sus acciones.

Los nervios de llevar a 200 pasajeros eran incontenibles. “Al subirme, sentí que todo lo que había aprendido desaparecía. Ya no sabía nada”, relata la primer oficial de la aerolínea JetSmart. “La primera vez que aterricé sentía el corazón a mil. Fue muy emocionante, pero recuerdo haber sentido miedo también”, agrega.

Javiera Figueroa aprovecha su “día en blanco” -como le llaman a las jornadas donde no tienen vuelos- para repasar su trayectoria como piloto de aviones comerciales. El día anterior piloteó hacia Antofagasta y La Serena, y llegó alrededor de las dos de la mañana a su casa. El tiempo libre es siempre relativo y para ella no existe el horario de oficina. “Una se despierta medio cansada, y cuesta un poquito encontrar espacio en los días de entre vuelo”, confiesa, sentada en el living de su casa.

Este ritmo de vida es compartido por muchos pilotos, quienes deben hacer un esfuerzo por balancear su vida familiar y además luchar contra la fatiga que provocan los vuelos largos y consecutivos.

“Los pilotos comerciales están sujetos a grandes presiones en cada uno de los tramos que les toca pilotar. Deben estar preparados para emergencias que están dentro y fuera del avión por lo que sus características psicológicas son muy relevantes”, explica el doctor Jonathan Martínez, psicólogo y director académico de ADIPA, academia donde varios profesores imparten clases a quienes pilotean aviones comerciales.

Entre las características que enlista el académico, destaca el trabajo bajo presión, poder recuperarse de las situaciones estresantes que pueden ocurrir en un vuelo, y la asertividad para tomar decisiones en breves segundos. Además, una estabilidad emocional que les permita “tomar en cuenta el bienestar de la tripulación y los pasajeros”.

“Lo que más me gusta es la sensación de sentir que uno está a cargo de tanta gente. Transportarlos a distintos lugares, y saber que yo estoy siendo responsable de que esa persona llegue bien a su lugar de destino”, comenta Javiera Figueroa.

La piloto explica que tuvo que pasar por varias pruebas psicológicas antes de poder volar aviones comerciales. Las preguntas estaban principalmente enfocadas a medir su reacción ante distintas situaciones hipotéticas de emergencia.

Katalina Palominos (23) es auxiliar de vuelo en Sky Airline. Lleva casi tres años trabajando en aeropuertos y le ha tocado conocer a varios pilotos. “Hay unos más relajados, otros que por lo más mínimo están apoyándote por lo que sea, ya que somos la cara visible que está tratando con el pasajero”, comenta.

Ella explica que la relación entre auxiliares y pilotos es fundamental; desde chequear que estén en las condiciones óptimas dentro de la cabina, entregarles su comida, y principalmente, informarles de cualquier incidente que ocurra dentro del avión, como pasajeros que se niegan a seguir las normas. Por esto mismo, Katalina opina que todo piloto debe ser resolutivo.

Como ejemplo de esto relata una anécdota con una pasajera que sacó a su perro del canil y se negaba a volver a guardarlo, como indican las reglas: “Cuando a una no le quieren hacer caso, delegamos la responsabilidad a los pilotos. Le hicimos llegar la información al capitán, y tuvo que dar un speech (discurso) en el altoparlante. Luego nos acompañó al aterrizar en caso de que hiciera escándalo”, comenta.

El complejo equilibrio con la vida familiar

“Personalmente, quería algo fuera de lo normal. Algo que no fuera oficina o lo típico de una carrera tradicional. La verdad, siempre me gustaron las cosas fuera de lo convencional y más adrenalínicas”, explica Javiera Figueroa acerca de sus razones para escoger esta carrera.

Ningún miembro de su familia había sido piloto, pero relata que tenía muy idealizada una vida de aventuras que se escapara de lo rutinario. Su madre apoyó su decisión, pero su padre se mostraba algo reticente por su seguridad y por lo caro que es la carrera (en Chile cuesta entre 45 a 60 millones de pesos). De hecho, en un momento se le hizo muy complicado seguir pagándola, pero justo a inicios del 2018 consiguió una beca.

Irónicamente, la vida que escogió con la motivación de escapar de su rutina, acabó transformándose en una rutina en sí misma. “Tenía integrada la idea romántica de los pilotos en las películas. Ver que ellos viajaban, llegaban a países geniales y se quedaban a conocer. Pero cuando ya estás metido en las aerolíneas te das cuenta de que no es tan así”, comenta.

La preparación antes de cada vuelo es un proceso meticuloso. Empezando cada 25, día que llegan a su correo los vuelos programados del próximo mes. “Mañana, por ejemplo, tengo un vuelo a Perú. Entonces, en un rato debo organizar todo mi uniforme, mi comida, lo que voy a llevar…”, comenta. Además, se encarga de revisar varios detalles, como la meteorología, la cantidad de combustible, y un estudio de la ruta para saber con qué se va a enfrentar.

Otro compleja situación que deben enfrentar los pilotos, es saber balancear sus vidas personales. Javiera admite que debió hacer algunos sacrificios: “Uno se pierde de cosas súper importantes. A mí, por ejemplo, me ha tocado perderme años nuevos, cumpleaños de parejas anteriores, y de mis papás”.

“Si yo tengo una pareja que trabaja en la oficina, y la llamo a las tres de la tarde, me va a contestar. Pero, en cambio, si yo estoy volando no tengo señal. Ese factor, de estar incomunicado con el mundo, obviamente afecta a las relaciones”, añade la piloto.

Fatiga, ansiedad y presión psicológica al volar

“Las principales fuentes de estrés y presión psicológica encontradas en estudios al día de hoy para los pilotos incluyen la fatiga, la ansiedad relacionada con los cursos y exámenes de rendimiento (…) y ciertos factores de estrés externos o domésticos, que incluyen problemas personales y familiares”, explica el psicólogo Jonathan Martínez.

Por su parte, la psicóloga organizacional, Solange Letelier, cita un estudio de la Universidad de Manchester, el cual posiciona a la aviación dentro del tercer lugar en el ranking de las profesiones más extenuantes, “siendo las principales fuentes de estrés situaciones emocionales propias de la persona que ejerce el rol como así también factores externos”.

Javiera Figueroa confiesa que la fatiga es el principal desafío que ha debido enfrentar a nivel psicológico. Los vuelos consecutivos, en los que vuelve a las 2 o 3 de la mañana, en ocasiones le han pasado la cuenta. En esos casos, ha debido entregarle un “reporte de fatiga” a su jefe para informarle que no estaba en las condiciones óptimas para realizar un vuelo, lo que para ella es un acto de responsabilidad.

“Cuando uno se siente realmente fatigado, debería reportarlo porque al final eso repercute 100% en la seguridad del vuelo. Obviamente, hay un miedo al reporte, porque hay muchas empresas que este tipo de reporte lo toman como una especie de rebeldía, o de deslealtad”, comenta la piloto.

El impacto del bienestar mental en la seguridad del vuelo

Según un estudio realizado por la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos, la fatiga constituye una de las principales causas de errores humanos al interior de los aviones. 

“En el último eslabón de la cadena, es el piloto el que evita un accidente, si es que se va a producir. Pero lo que sí hay que tener en cuenta siempre, es que si hay personas metidas de por medio, existe la posibilidad cierta de cometer errores“, explica Alejandro Cornejo, controlador de tránsito aéreo.

Asimismo, los factores emocionales tienen un gran peso en el desempeño de los pilotos. “Si tu no te sientes en condiciones óptimas para un vuelo, estás mucho más desconcentrado, mucho más lento, y la verdad es que nuestra carrera implica momentos de mucha presión, y de poder hacer muchas cosas a la vez”, comenta Javiera Figueroa.

A pesar de la fatiga, la presión psicológica y las fechas importantes que se ha perdido, la piloto explica que “es parte del sacrificio de este trabajo”, y sigue igual de entusiasmada por su carrera desde su primer vuelo hacia Iquique: “Conocer lugares nuevos, distintas rutas, poder volar esta mansa máquina lo encuentro maravilloso. Me encanta saber que estoy haciendo algo que quizás nunca imaginé que sería capaz de hacerlo”.

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