Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Reportajes

6 de Abril de 2024

La era del agotamiento: una sociedad moderna agobiada, sobreinformada y permanentemente cansada

La_Era_del_Agotamiento_IG Ilustración: Camila Cruz

Las tareas diarias de Stephanny Padilla (24) parecen nunca terminar: primero es la crianza, luego los estudios, y después el trabajo. Incluso, siente que el sueño ya no es suficiente para descansar. Está viviendo lo que algunos llaman una nueva era: la del agotamiento. "Hay que cumplir con una agenda que tiene que ver con el éxito, con el consumo, con el estar bien. Y, al mismo tiempo, estamos una situación en que la energía no es suficiente para poder cumplir con esos objetivos", describe Sergio González, psicólogo y antropólogo. Eso, junto con el estrés laboral y la sobreinformación, crean el cóctel perfecto para sentirnos agotados. "A nivel social, es importante que uno tenga redes en las cuales pueda descansar. Puede ser la pareja, los amigos, los hijos. Un antídoto frente a esto es poder confiar en las personas", plantea el psicólogo y sociólogo, Javier Romero.

Por

El día de Stephanny Padilla (24) dura 17 horas. Comienza a las ocho de la mañana: primero, despierta a su hijo, lo muda y le hace el desayuno. Desde ahí, juegan un rato hasta que a él le empieza a dar sueño cerca del mediodía. Para ella, el rol de madre es agotador: “Si el bebé llora, uno tiene que estar ahí. Tienes que estar todo el tiempo viendo que esté bien: si le da hambre, si hay que mudarlo. Uno no para en ningún momento”.

Cuando su hijo está dormido, se encarga de hacer el almuerzo y preparar lo que necesita para ir a la universidad. Una vez que despierta a su bebé y le da de comer, va a dejarlo donde su abuelo y para luego irse directo a sus clases de psicología. Allí, está hasta las seis o siete de la tarde y vuelve a su casa. “Después de hacer toda esta rutina de ser mamá y de estudiar, llego a preparar las cosas para mi emprendimiento”, dice Padilla.

Cuando son cerca de las ocho, empieza a hacer entre 15 o 20 ensaladas, que luego vende a una cafetería. Si no está tan agotada después de eso, se pone a estudiar mientras su pareja cuida a su hijo. Así, se acuesta recién a las dos de la mañana. Al siguiente día debe hacer lo mismo.

“Uno empieza a tener dolor muscular, de repente. Y a pesar de que duermes, no descansas. Siempre estoy cansada, somnolienta”, cuenta. “Y es un agotamiento mental. Hay días que andas irritable y no quieres que nadie te mire, porque no dormiste bien, no has tenido tiempo de comer, estás siempre viendo a un niño”, agrega Stephanny Padilla.

Sergio González, psicólogo social y antropólogo de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), dice que hoy las personas viven con un sentimiento de agobio más que de agotamiento. Esto, porque el ciudadano en 2024 debe lidiar con la presión de tener que cumplir con las tareas que la vida le exige, y además, se ve incapaz de realizarlas. “Hay que cumplir con una agenda que tiene que ver con el éxito, con el consumo, con el estar bien”, indica. “Y, al mismo tiempo, estamos en una situación en que la energía no es suficiente para poder cumplir con esos objetivos”.

Según González, esto se debe al estilo de vida de la sociedad moderna. Ahora, las personas deben cumplir con varios roles en su día a día, que a la vez, son muy demandantes. “Antes, en sociedades más tradicionales, era mucho más claro el ordenamiento social. Si tu eras padre de familia, tu mundo era el trabajo y la familia. Hoy día no es así. Hoy tienes muchos aspectos y dimensiones del estilo de vida que tienes que cumplir. Tienes el tema de la pareja, de la familia si es que tienes una, el tema de tener una vida en la cual haya entretenimiento y ocio que te signifique satisfacción”, explica el experto. Así, a medida que los roles aumentan, las exigencias con ellas también lo hacen.

A veces, Stephanny Padilla le pide a sus padres que se queden con su hijo para que ella pueda salir. Pero aún así, cada vez que está afuera con sus amigos, el recuerdo de su bebé la preocupa. Piensa si habrá comido, si estará jugando o estará dormido. “Tampoco uno se desliga 100%. Voy a pasarla bien, voy a disfrutar, pero siempre estás cumpliendo ese doble rol”, cuenta.

Además, una vez que vuelve a su casa, se da cuenta que aún le quedan tareas del hogar por hacer. “En el momento yo la paso bien, pero luego llegas a la casa y tienes que lavar un montón de loza, hay que ordenar cosas. Entonces, todo lo que pude disfrutar, al final llegas y dices: ‘Ay, verdad que estaba todo acá'”.

El trabajo: una fuente de estrés

Josefa (31), quien prefirió no dar su nombre, estuvo con licencia por estrés durante 2022 y 2023. Ella fue parte de los más de dos millones de personas que solicitaron licencias médicas durante esos años por trastornos mentales, en las que se incluyen las por estrés o enfermedad laboral. ¿La razón? En el colegio en el que estaba trabajando recibió abuso verbal y físico de apoderados y estudiantes. Incluso, allí fue víctima de acoso sexual. La situación la llevó a consultar un sinfín de médicos, psicólogos y psiquiatras. 

De hecho, esta es la razón principal por la que las personas dejaron sus trabajos temporalmente en los últimos seis años. Desde el 2018, se emitieron 1.303.663 licencias médicas por trastornos mentales, cifra que aumentó hasta llegar a 2.857.771 en 2022. En 2023 bajaron levemente a 2.491.447. 

Ahora, la docente volvió a trabajar hace dos días, pero está buscando cambiarse. Apenas llegó a clases, los alumnos no se callaban y no le hacían caso. “Llevo estos dos días, y no he tenido un minuto dentro del colegio para planificar. En este colegio no se cumplen las horas no lectivas, entonces tengo que estar todo el día con mis alumnos”, explica Josefa, quien es profesora de inglés. “No hay profesores especialistas, por ejemplo, yo tengo que hacer clases de música. Entonces, ¿en qué momento voy a planificar?”. 

De acuerdo con el psicólogo y antropólogo, Sergio González, el ámbito laboral es una de las dimensiones fundamentales que explican el agotamiento. “Prácticamente más de la mitad del tiempo que una persona está en vigilia, o sea, que no está durmiendo, está en su trabajo”, dice el experto. Según los últimos datos de la OCDE, en Chile cada empleado trabaja, en promedio, 1.963 horas al año. Esto ubica al país en el cuarto lugar entre las naciones que más tiempo le dedican al trabajo.  

Sin embargo, según González, lo que lleva al agotamiento no son únicamente las horas trabajadas, sino que también lo son las demandas que conllevan a desarrollar una carrera. Así, la carga laboral termina acompañando a las personas fuera del horario de trabajo.

“Debes mantener el trabajo. Debes cuidarlo. Y al mismo tiempo, es necesario estar actualizado para hacerse necesario en el trabajo. Y eso, lógicamente, forma parte de los estresores”, ejemplifica. Luego, añade: “Un profesional joven hoy en día está en un trabajo, pero está pensando al mismo tiempo en qué va a hacer en 2 o 3 años y cómo va a poder cumplir en esa brecha para llegar a esa situación. Eso es muy estresante”.

El psicólogo y sociólogo, Javier Romero, agrega que la cesantía es una arista dentro del área laboral que está causando incertidumbre en las personas. Y más si se considera que la tasa de desempleo llegó a un 8,5% durante el trimestre de diciembre 2023 y febrero 2024. “Eso es parte del agotamiento. Incluso, a veces no hay ganas de trabajar o entregar lo máximo, porque al final el sueldo no lo paga”, comenta.

En esa misma situación se encontró Madelaine Medina (23), quien se graduó de la carrera de enfermería hace siete meses. Antes de eso, estaba haciendo la práctica profesional en un hospital de la ciudad de Nacimiento. Allí, trabajaba turnos extensos -en los que no tenía permitido dormir por orden de las enfermeras a cargo-, y debía aguantar también sus abusos. “A veces habían pacientes con delirio, y yo iba a ayudar. Me pasó en más de dos ocasiones que un paciente me mordió, me decía groserías. Esa situación, por ejemplo, me generó harto agotamiento“, relata.

“Yo estaba haciendo la práctica, pero si ese hubiese sido mi trabajo, hubiera estado obligada a tomarme una licencia. Llegaba a llorar todos los días”, recuerda la joven. Sin embargo, aguantó la carga laboral, los malos tratos y el agotamiento porque quería desempeñarse bien y mantener la práctica. 

Atacados con información

Madelaine Medina está actualmente en búsqueda de trabajo. Por eso, ha pasado gran parte del día mandando más de 100 veces su currículum. Esto, con la esperanza de encontrar anuncios de hospitales que estén recibiendo enfermeras. Pero estar allí, en redes sociales, ha sido un arma de doble filo para ella: todos los días le toca ver noticias que aumentan su agotamiento y estrés. Por ejemplo, hace poco leyó una donde una mujer abandonaba a su recién nacido detrás de la rueda de un camión en Recoleta. 

“Me afectó eso, lloré y me dolió el pecho por eso. Cada día siento que hay más maldad. Como que uno amanece con buen ánimo, con la mejor disposición. Y ves eso, y todo se va a las pailas”, cuenta Medina. “Ves que un pariente mata a otro familiar, y ya no dan ganas de salir”. 

Para González, la sobreinformación que existe, es una especie de música de fondo en nuestras vidas. Una que las personas oyen, y terminan con una sensación de agobio y agotamiento. “Eso te da una sensación de contexto muy negativa. De que estamos en una situación de descontrol, y ese descontrol te puede tocar a ti también en algún momento”, indica el experto. Ese mismo caos que describe, aumenta la sensación de incertidumbre en las personas y crea este agobio. “Todo ese tipo de situaciones que no están en el presente, pero que están en un futuro cercano o incierto, se viven como una amenaza”, plantea. 

De acuerdo con la última y octava edición del “Termómetro de Salud Mental en Chile ACHS – UC”, la delincuencia es el mayor factor estresor entre la población. En el sondeo, el 62,5% de los encuestados demostró sentirse altamente estresado al pensar que podían ser víctimas de la delincuencia. 

Esta percepción, para Romero, también es parte de las razones por las cuales las personas se sienten cada vez más agotadas. “Eso es súper importante, como cada uno entiende su situación y en el entorno en el que vive”, explica Romero. “Uno puede tener la concepción de que somos un país seguro, pero eso no es suficiente, porque en el ambiente hay mucha información dirigida a que ocurren malas cosas. Y eso tiene un efecto muy grande en las personas”, agrega. 

¿Qué podemos hacer ante este agotamiento?

El psicólogo Romero aconseja que las personas deben aprender a pedir ayuda psicológica cuando se sientan agotados o sobrepasados. “Y a nivel social, es importante que uno tenga redes en las cuales pueda descansar. Puede ser la pareja, los amigos, los hijos. Un antídoto frente a ese agotamiento es poder confiar en las personas”, indica Romero.

Así coincide González, quien enfatiza que las personas, cuando se sientan abrumadas, deben evitar el aislamiento. “Lo que se recomienda frente este agobio es que reflexiones sobre el estilo de vida. En qué decisiones se toman en torno a eso”, dice. Además, añade el ejemplo de personas jóvenes yéndose de ciudades grandes, como Santiago, para poder enfocarse en la familia o tener pareja, y así no agotarse. A pesar de que eso signifique una menor estabilidad económica o desarrollo profesional. “Ahí tienes un ejemplo en base a una reflexión que te permite ver, revisar y trabajar tu proyecto de vida. Y así, tomar las decisiones que te hagan menos daño en tu estilo de vida”.

Según Paula Tedeschi, fundadora del Estudio Boticaria Yoga y Ayurveda, deportes como el yoga pueden ser útiles para lidiar con este cansancio. De hecho, cuenta que desde el 2019 partió haciendo clases con 30 personas, y luego con el estrés de la pandemia, la demanda fue explosiva: los alumnos aumentaron a 200 alumnos en cinco años.

De ellos, el 90% concurren a su estudio para poder encontrar un espacio de relajación que no hallan en otro lugar. Según Tedeschi, muchos de ellos asisten después de sufrir cuadros de estrés, fibromialgia o fatiga crónica. “Parte de lo que nos agota es esta sensación de que tenemos que hacer multitasking, y el yoga precisamente se trata de habitar un lugar fijo. De mantenerse concentrado en un lugar específico”, dice.

Notas relacionadas

Deja tu comentario