Chile es el segundo país con más cesáreas del mundo: especialistas acusan que exceso podría ser por manipulación médica

Una mujer descubre que está embarazada. Asiste al médico, recibe una base de exámenes y comienza a hacerse una ecografía por trimestre. Cuando ya puede empezar a ver la figura de un bebé en su útero, el médico comienza a evaluar la imagen. Al mirar de cerca, se puede ver que hay un cordón rodeando el cuello de la guagua. Todavía no sabe si querrá optar por cesárea programada o parto natural.

Podría ser una escena que inspire terror en la madre del feto. Esa escena, es un ejemplo que la matrona de la red de acompañamiento en natalidad Renacer al Parto, Alejandra Becerra, marca como uno de los primeros hitos en afectar la decisión de si el bebé nacerá por parto normal o cesárea.

“En la ecografía, los médicos comienzan a utilizar un lenguaje coludido respecto a la ‘normalidad’ de la guagua. Una partera o matrona, te podría informar que al 35% de las guaguas les pasa que nacen con un cordón en el cuello y que no hay problema si tiene a una matrona a su lado. El doctor, no te lo va a decir“, relata Becerra.

La matrona es parte del movimiento que ha comenzado a levantarse, entre otras cosas, en favor de terminar con la programación innecesaria de cesáreas. En 2023, el Observatorio de Violencia Obstétrica presentó las siguientes cifras como escandalosas: en Chile, hubO clínicas con tasas de cesáreas de un 99%. También hospitales públicos que sobrepasaron el 70% de agenda para este procedimiento.

Chile es el segundo país con más cesáreas del mundo después de Turquía. Si la OMS recomienda que a nivel nacional haya un 16% de este tipo de procedimientos, Chile cerró en 2021 con un promedio de 59% en todo tipo de establecimientos de salud. 49% en el sistema público, y 73% en el privado.

La ginecóloga-obstetra de la Clínica Santa María, Karin Wensioe, asocia esta alza en primer lugar, a la falta de conocimiento médico que existe hoy en Chile respecto de los partos más complejos. “Hay una generación más joven de doctores que realmente, hay cosas que no ha hecho nunca. Falta mucha práctica en lo que es la vía vaginal y por eso puede ser más sencillo utilizar la cesárea a arriesgarse a un parto complejo”, opina.

Pero luego, la especialista comienza a pensar en todas las posibilidades de que suceda un parto complejo en Chile. “Uno podría hablar de que efectivamente tenemos un aumento en la edad de embarazo en las mujeres, por lo tanto, pueden tener más complicaciones y enfermedades crónicas. Pero eso, podría aumentar cuatro puntos con suerte. No triplicar la tasa de cesáreas“, dice Wensioe.

“Por eso, es real que puede ser por un tema de comodidad y economía de los profesionales”, continúa. “Si yo me levanto tres noches a la semana cuando podría no levantarme ninguna y al día siguiente tengo que seguir trabajando…”, dice, mientras esboza que lo conveniente, sería programar la cesárea.

Ambas especialistas concuerdan en que en general, hay procesos e información durante la gestación que propician que las mujeres programen la cesárea. A las recomendaciones médicas, Karin Wensioe. agrega el hecho de que “hay más mujeres que vienen para completar procesos in vitro, están más sensibilizadas y empiezan a cometer el error de que la cesárea es mejor que un parto”, dice.

Un tema de horarios laborales

Alejandra Becerra relata cómo ha visto a médicos manipular la programación de una cesárea por adelantado. “Al estar supeditado a que un médico vaya de su casa al parto, en la mitad de la noche, provoca que las mujeres se dejen llevar y permitan que se fije un horario para ahorrarles la molestia. ¿Qué mujer va a permitir que un médico llegue de su casa a esperar 12 o 16 horas de noche a que el parto ocurra? ¿Qué médico va a levantarse a las tres de la mañana un día sábado a estar todas esas horas contigo?”, opina.

La reflexión, se supedita al hecho de que el exceso injustificado de cesáreas no está libre de peligros para la madre y el hijo. “En general, decimos que una guagua está madura desde las 37 semanas en adelante. Pero al revisar estadísticas, hay un 10% de hospitalizaciones de guaguas que nacen entre las 37 y 39 semanas. De preferencia, son aquellas que nacen por cesárea”, explica la ginecóloga Karin Wensioe.

“El estrés respiratorio del recién nacido que es bastante más frecuente en estas guaguitas que nacen por cesárea y antes de las 39 semanas”, continúa. Según la OMS, un parto puede ser seguro hasta las 41,3 semanas. En Chile, solo cerca de un 9% nace antes de las 37 semanas según la revista Elsiever.

Alejandra Becerra asegura que “la mayor parte de las cesáreas ocurren de 17:00 a 18:00 de la tarde. También hasta un poco antes las 8:00 am, previo al comienzo la jornada laboral”.

Ninguna de las dieciséis regiones del país tiene una tasa de cesáreas que sea inferior al 60% consignó CIPER en 2023. Doce de las dieciséis regiones del país superan el 80% de cesáreas. Y las regiones del Maule y de Ñuble incluso superan el 90%.

En Chile se están perdiendo los beneficios del parto natural

“A través del exceso de cesáreas se están perdiendo las propiedades de parto que benefician a la madre y al recién nacido en Chile”, dice Karin Wensioe. “El parto, se produce porque se inician las contracciones, que empiezan porque hay secreciones hormonales que se producen en el cerebro de la mujer. Estas son las encargadas de generar cambios importantes en la capacidad de cuidado y resiliencia con el recién nacido”, dice.

Por otro lado, en el trabajo de parto se van produciendo “hormonas en el recién nacido y lo van condicionando a cerrar sus procesos que han ocurrido durante los nueve meses de gestación, que no se cierran de un minuto para otro. Que aumente sus hormonas le prepara para que tenga muchas más capacidades para iniciar su respiración espontánea. O en el caso de que sea más pequeño, defenderse mejor de las infecciones”, continúa la ginecóloca.

Otro tema pasa por la vagina, que es un lugar que está lleno de bacterias buenas. “La flora vaginal es muy sana. Eso lleva a que este recién nacido llegue con bacterias que han colonizado su flora intestinal, su piel y su organismo”, concluye Wensioe. “Todas estas cosas, no pasan en la cesárea”.