Opinión
25 de Octubre de 2024“Super/Man: La Historia de Christopher Reeve”, ¿qué significa ser un héroe?
“Entender que Christopher Reeve y Superman son indivisibles en demasiados niveles. Y por lo tanto recurrir a una interrogante especialmente cliché, pero que resulta tan emotiva como certera. Y que adquiere todavía más trascendencia en este momento en que los superhéroes dominan la industria cultural audiovisual.”, escribe el columnista de The Clinic Cristián Briones sobre el documental Super/Man: La Historia de Christopher Reeve.
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“¿Qué es un héroe? Antes respondía que era alguien que realizaba acciones valerosas sin medir las consecuencias. Hoy mi definición es completamente distinta. Creo que un héroe es una persona común que encuentra las fuerzas para seguir adelante y perseverar, a pesar de enfrentar obstáculos descomunales”.
Lo primero que tienen que saber sobre este documental, es que es de CNN y HBO Documentaries. Fue pensado para la TV. Y llega al cine por una sola razón: el nuevo Universo DC a cargo de James Gunn. En aras de relanzar una franquicia derrotada y extraviada, Gunn se ve en la necesidad de salir a instalar, por increíblemente descabellado que esto suene, a personajes emblemáticos en el interés colectivo. Y para ello, Superman es el mejor pie posible.
Personaje cuasi monolítico en sus adaptaciones a otros medios, y que se convirtió en un ícono gracias a la película de Richard Donner protagonizada por Christopher Reeve. Hace ya casi 50 años que Superman está completa, total y absolutamente definido e identificado gracias a ese desconocido actor de teatro que hizo que el mundo creyera que “el hombre podía volar”.
Poco fue lo que cambió cuando Zack Snyder, junto a Henry Cavill, tuvieron la osadía de cuestionar a las audiencias, no sobre aquello que pregonamos creer, si no lo que realmente hacemos como humanidad: si un hombre a prueba de balas puede volar, crearemos una bala que lo baje del cielo. La sola idea de que realmente ya no creíamos, y que quizás nunca lo hicimos, no caló en las audiencias y esta nueva mirada sobre nuestra relación con el superhéroe definitivo, descarriló. Ese no era “nuestro Superman”. Nuestro Superman era Christopher Reeve.
Y por esos factores tan aleatorios, es que hoy tenemos Super/Man: La Historia de Christopher Reeve, en los cines. Y debiéramos dar las gracias por ello. No se equivoquen, sigue siendo TV. Se nota en los ritmos, en la rutina narrativa, en las formas y rescates de imágenes. Pero los directores Ian Bonhôte y Peter Ettedgui encuentran su voz y su tema en algo muy simple, pero no por ello menos auténtico. Entender que Christopher Reeve y Superman son indivisibles en demasiados niveles. Y por lo tanto recurrir a una interrogante especialmente cliché, pero que resulta tan emotiva como certera. Y que adquiere todavía más trascendencia en este momento en que los superhéroes dominan la industria cultural audiovisual.
“¿Qué significa ser un héroe?”, la historia de Christopher Reeve
Podemos revisar estos años de imposición de Marvel y no veremos mucho intento de abordar esta pregunta. Los superhéroes del MCU terminaron en una sola tecla: personajes militarizados defendiéndose de terroristas o invasores. Sus frases definitorias pasan por el ego: “Puedo hacer esto todo el día”, “Yo soy Iron Man”, etc. Incluso a Peter Parker le quitaron su clásica motivación. La sola idea de qué los mueve a hacer lo que hacen está muy poco abordada, quizás sólo en Steve Rogers tenga algo de desarrollo.
Por otro lado, en The Batman esta ausencia de razones en el supuesto heroísmo es acometida frontalmente: ¿De que vale pelear por una ciudad si no sabes por qué la estás salvando? ¿De qué sirve si no eres un símbolo?
Ni audiencias ni personajes están en plan de buscar respuestas a esa pregunta inicial. Christopher Reeve, desde el pasado, sí. Superman desde la ficción, también. El Súper. El hombre. Y este es uno de los enormes méritos que tiene este documental: traspasar ficción con realidad. Y viceversa. Pone al hombre en el superhombre y al súper en el hombre. Pasando de las imágenes de las películas a los registros personales de la familia Reeve. De las frases de Clark Kent a las de sus colegas actores y cineastas. Tragedias e injusticias. Errores y aciertos. Triunfos y fracasos. La fórmula perfecta para hacer asomar las lágrimas en los espectadores. Pero hay una narrativa valiosa en el ir y venir entre tiempos y relatos. Y sobre todo, el no ser una hagiografía. No convierte a Reeve en una figura infalible. Lo muestra humano. Con traspiés de todo tipo. Y con ello, trata de contestar qué significa ser un héroe.
Chespirito hizo alguna vez una muy famosa declaración con respecto a sus personajes y los superhéroes. Aludía a que, por ejemplo, el Chapulín tenía miedo, y seguía adelante. Y que aquellos con superpoderes, nunca tenían miedo, y por ello no eran héroes. Como si el superpoder quitara la humanidad. La vida de Christopher Reeve hace un contrapunto al respecto. Como la mayoría de los seres humanos, cometía errores y seguía adelante. Pero él sí tenía un superpoder. Era Superman. Era famoso. Un rostro reconocible con una plataforma visible. E hizo lo que el personaje de ficción que lo lanzó a la fama hace con sus poderes. La usó para ayudar al resto. Reeve era un activista mucho antes de su accidente. Bien lo sabemos en Chile, no es necesario recordar a quienes vino a apoyar durante la Dictadura. Pero ante la desgracia acaecida, la dimensión heroica en la humanidad adquiere otras alturas. Se requiere de un tipo especial de fuerza para sobreponerse a ello. Y Reeve lo tuvo. Y también la mujer que quien compartió la carga:
Dana Reeve. No quiero ahondar tanto en este aspecto, como también dejo fuera su amistad con Robin Williams, porque entiendo que muchos pudieran leer este texto antes de ver el documental, y porque creo que es lejos lo mejor de su metraje. Esta es, incluso por sobre el heroísmo, una historia de amor (¿No son lo mismo acaso?). Y es una de aquellas que rompe el corazón, como toda gran historia de amor debiera hacer. Un amor que se plantó frente a la adversidad y flectó sus músculos de acero con una autenticidad conmovedora. Con diferencias personales, con distintas ideas del mundo, pero atenazados en uno de esos afectos indestructibles. Dana fue el faro. Y al borde de la muerte, Christopher supo seguirlo para emprender un tipo distinto de vuelo.
Super/Man: La Historia de Christopher Reeve es también la historia de Superman. En el fondo, cuestiona por qué dejamos de querer ser como él. De inspirarnos en él. No podemos ignorar el hecho de que sólo somos humanos. Pero tampoco debiéramos haber renunciado a que podemos ser más que eso. Nunca se trató del superpoder. Siempre se trató de qué hacíamos con ello. No es sobre las tragedias, sino sobre el camino posterior.
Christopher y Dana Reeve sabían eso. Por eso crearon su Fundación. Sabía que el pacto no podía ser sólo un acto de caridad anual. Que era necesario hacer todo lo posible para que otros puedan lograr lo que quizás tú no consigas. Y hoy hay una ley que lleva sus nombres. Hoy hay gente que puede ponerse de pie gracias a ellos. Eso es lo que Superman siempre fue. Eso es lo que Christopher y Dana Reeve nos enseñaron.
Cambiar el Mundo. Que el hombre puede volar.