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29 de Octubre de 2024Cuando mi enemigo es mi familia: terapeutas hablan de la poco conocida terapia de parejas entre hermanos
El primer día de las votaciones municipales y regionales, la alcaldesa de La Pintana Claudia Pizarro fue increpada por su hermana Leyla Pizarro por asistir a su lugar de votación junto a su padre de 82 años. La hermana de la alcaldesa, le reclamaba que "sacara a su papá" que había sido operado del corazón. Luego, Leyla Pizarro reveló a través de un video que ella y su hermana se encontrarán en tribunales el 6 de diciembre por "violencia intrafamiliar hacia sus padres". Peleas entre hermanos de este calibre, ocurren todos los días. Según los especialistas, no hay una "incondicionalidad" que proteja el vínculo de la hermandad por el simple hecho de tener la misma sangre. Para The Clinic, terapeutas de familia analizan cuáles son las principales peleas que pueden tener dos hermanos y cómo la forma de solucionarlas, es muy similar a la terapia de pareja.
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Pelearse con un hermano puede tener distintas causas y desenlaces. Hay hermanos que se pelean por un rato y después se arreglan. Si uno le sacó ropa al otro sin preguntarle. O si no le prestó la televisión de la sala para ver la serie. Otros, que tienen encuentros desafortunados en temas de plata.
“Pero los problemas más difíciles de solucionar, son los que involucran las emociones”, comienza a explicar Ricardo Cariaga, terapeuta especialista en familia y pareja. Ahí, por ejemplo, entra la competencia en la niñez. La envidia por quién es más popular en la adolescencia. Luego quién se hace cargo de los padres que ya no pueden cuidarse solos en la adultez.
Todas, discusiones que no necesariamente se solucionan por el hecho de compartir sangre. El vínculo de la hermandad, según explica la especialista en terapia familiar de niñez y adolescentes, Carola Aguirre, puede llegar a ser tremendamente frágil. “El vínculo entre los hermanos se forma desde que nacen. Desde ahí, ya se pueden empezar a generar problemas“, dice.
Cuando una relación de hermandad se resquebraja por algún motivo, Ricardo Cariaga explica que las herramientas de una terapia para intentar repararla, es muy similar a las que tiene una terapia de pareja. “Cuando dos hermanos se separan y no se hablan más, eso habla de que no tuvieron las herramientas ni los recursos para solucionar el problema que los separó. Pero al igual que las parejas, lo que no saben es que el problema inicial no es el problema final. La razón por la que se separan es porque no supieron arreglar el problema”, explica.
Hace más de una década, un estudio de la Universidad de New Castle en Australia definió el concepto estrangement –”tratar como a un extraño”– a la acción del “alejamiento completo de un familiar”. Su significado es “la condición de estar física y emocionalmente distanciado de un familiar, ya sea por decisión propia o porque otra persona decidió aplicarlo a ti”.
En Gran Bretaña, existe una organización que se dedica a acompañar a personas que justamente, se estén tratando como extraños con un familiar, Se llama “Stand Alone” –“Pararse Solo”-. Desde ahí, explican que los factores más comunes que ven en las personas que llegan a la organización para alejarse de un familia cercano, son “el abuso emocional y los enfrentamientos de personalidad y valores. También, las expectativas no coincidentes sobre roles y relaciones familiares”.
Sumado a esto, revelan el 68% de los encuestados se sintió juzgado por la decisión de alejarse de alguien de su familia.
Se podría pensar que la diferencia entre una relación de pareja y una relación de hermanos, es que entre los hermanos existe una incondicionalidad provocada por el hecho de compartir sangre. Pero según el especialista, “la incondicionalidad en cualquier relación, no es tal. Siempre, el respeto, el cuidado y el amor por el otro, depende mucho de cómo el otro me trate. Es difícil hoy día la incondicionalidad”.
Pareja y hermanos: ¿misma fórmula?
Cómo se tratan los hermanos, según Carola Aguirre, tiene que ver directamente con cómo vieron que se vinculaban sus padres a lo largo de la historia familiar. “Es impresionante como hay hermanos que incluso se consideran gemelos y otros que no se pueden ni ver. Esto, tiene que ver con lo que vieron entre sus padres”, dice.
“Si hubo un vínculo sano en esa relación de pareja, el hecho de trabajar en equipo, llegar a acuerdos y tener una buena conversación, también se va a heredar. Pero si hubo vínculos evitativos o ansiosos, va a interferir en cómo los hermanos solucionan sus problemas”, continúa Aguirre.
He ahí la primera similitud entre un vínculo de pareja y uno de hermandad. El último, está directamente inspirado en el primero, según los especialistas.
“El objetivo de las relaciones de pareja es ser felices”, explica Cariaga. “El de la familia, es que haya armonía. En ambos, los problemas pueden impedir que esos objetivos se cumplan. ¿Qué problemas? Las situaciones comunes de la vida. Las diferentes opiniones o situaciones por resolver que se van a presentar siempre. Desde quién saca la basura hasta que uno de ellos anda mal genio. O quién tiene que cuidar a los papás”.
Ante esa similitud, el especialista explica que la fórmula de iniciar un proceso de re-conexión entre una pareja y un par de hermanos, es el mismo. “Al final, las herramientas de comunicación y conflicto que sirven para las parejas, son las mismas que usamos nosotros para hacer una terapia familiar.
Y las herramientas pueden sonar como cosas muy básicas, pero hay gente que necesita ayuda para desarrollarlas. Lo primero, es entender que los problemas son situaciones por resolver. Segundo, que no se llega a ninguna solución si no se pone el foco en la solución y no en tener la razón, porque tener la razón no soluciona los problemas”, agrega el especialista.
Por qué pelean los hermanos
Ahora, a diferencia de la resolución de conflictos en la pareja, la hermandad tiene un componente único. Se trata del hecho de que “a veces, uno sabe que el hermano es familia. Por eso se está dispuesto a pasar por arriba de más cosas de las que estaría dispuesto a pasar por un amigo o una pareja. Esto es porque es tu hermano”, dice Cariaga. Sobre esto, Carola Aguirre enfatiza en la complejidad de tomar esa decisión. No es tan fácil como decir que “un hermano es sangre propia” y perdonar.
“Es impresionante como las personalidades y trayectorias de vida pueden ser muy distintas entre dos personas aunque hayan sido criadas en la misma casa y por los mismos padres o cuidadores”, empieza a explicar. “Si un hermano nació 10 años antes o 10 años después, le va a tocar una etapa muy distinta de sus padres en cuanto a lo que le puedan entregar”.
Por eso, hay hijos que a veces tienen vínculos más dependientes con la familia. Eso puede provocar más culpa. Mientras que el otro, puede tener la capacidad de desprenderse más fácil de las responsabilidades familiares, provocando en el otro además de culpa, rabia.
Es lo que pasa según los especialistas cuando la pelea, por ejemplo, es por quién cuida a los papás cuando ya no pueden estar solos en la vejez. Una de las peleas que involucra responsabilidad y emocionalidad por igual.
También, “los hermanos suelen pelearse por historias de violencia que pueden haber vivido uno de los hermanos y no el otro. Los secretismos de cosas del misterio de la familia. Las comparaciones que pueden haber. Padres narcisistas que empiezan a poner muchas fichas en un hijo y hacen que el otro esté mirando. Incluso los celos entre los padres porque uno se empieza a dedicar más a los hijos que a la pareja. Todo eso, se lo cargan a los hijos”, concluye Aguirre.