Buddy Richard: “Si hubiera nacido hace poco estaría cantando reggaetón”

Foto: Alejandro Olivares
¿Cómo estuvo la entrega del Premio a la Música Nacional entregado por Piñera?
-Sobria, sencilla, breve, pero bien bonita. Este es el cuarto premio que recibo por trayectoria. Es cierto que en Chile entregan el premio cuando uno se está casi muriendo o cuando ya están más viejitos que yo, pero no me puedo quejar porque éste es el cuarto premio que recibo por trayectoria, así que contento.

Usted después de la entrega le anduvo tirando unos palos al presidente por la reducción de las horas de música en los colegios.
-No fue mi intención si es que fue así. Yo no sabía lo de la reducción, me enteré ahí por los periodistas que me preguntaron sobre eso. Y les respondí que eso no podía ser. Debe ser al revés: se deben aumentar las horas de música. La música es el reflejo del alma, por lo que es importante. No encuentro la utilidad de tomar una medida como esa. Pero, como te digo, más allá de eso, no sé más.

¿Qué le parece Piñera?
-He respetado a todos los presidentes. Cometen errores y aciertos. Como todos. Pero más allá de eso, no me meto.

REGGAETÓN Y BOITES
¿Cómo llegó a la música?
-De chico cantaba siempre, pero nunca fui el cantante del colegio. Era muy acomplejado. No cantaba delante de nadie.

¿Qué cosas cantaba?
-Lo de moda. Si hubiera nacido ahora estaría cantando reggetón.

¿Y le gusta el reggetón?
-No. O sea, mis nietos andan hasta con la capucha haciendo los pasos. Esa música es la moda de hoy, pero luego pasará. Por ejemplo, cuando empecé a cantar en público en inglés, la música de moda era el chachachá, luego cuando comencé a cantar en español llegó la cumbia.

Pero la cumbia no pasó de moda nunca.
-Claro. Ya es uno de los bailes nacionales junto a la ranchera.

Muchos de los músicos de la Nueva Ola se limitaron a hacer covers de temas gringos. En cambio, usted se puso a componer sus propios temas.
-Claro. Quería ir más allá. Curiosamente, mi primer tema, “Balada a la tristeza”, no era cover, sino uno que escribí cuando muchacho.

¿A quién le dedicó ese tema?
-No sé. Seguramente habíamos peleado con alguna polola…

Casi todas sus letras hablan de despecho
-A veces son pura imaginación o puros cuentos.

Vi una entrevista en tv donde decía que había tenido una etapa en la que compuso mucho, pero que después se aburguesó y lo hizo menos. Y que para componer necesita volarse o tomarse un copetito, cosa que ya no hacía.
-Y lo sigo pensando. El autor tiene que ser un poco como un pájaro. No tiene que tener responsabilidades como el resto.

Pensé que se refería a fumarse un pito.
-Me tomé sus copetes, sus vinos, pero nunca me metí nada. Cero drogas de cualquier tipo, ni siquiera un pito. La droga es lamentable y era muy de la bohemia, del café Il Bosco, donde llegaban los poetas y músicos que trasnochaban.

¿Y usted iba para allá?
-Sí, pero a comer sándwich, cagado de hambre, a las tres de la mañana. Nunca me junté con la bohemia, sí le tenía mucho respeto y los saludaba, pero nada más. Quizás la palabra esté mal empleada, pero toda persona que tiene que vivir, comer, pagar impuestos, cambia.

Muchos de sus temas se hicieron más famosos por otra gente que los interpretó y no por usted…
-Sí. Algunas versiones resultaron buenas, otras malas. Pero a todos los compositores nos gusta que los temas sean interpretados por otros. Te sube el pelo, el ego, y económicamente también gusta.

¿Cuál es su caballito de batalla que no puede dejar de tocar en ningún show?
-Los fans no perdonan que no toque “Tu cariño se me va” o “Mentira”, sino me pifian o me esperan para decir “oiga, no me tocó mi canción”.

A la música de la Nueva Ola le fue muy bien en dictadura, no así en la UP. ¿Qué le parecía el Canto Nuevo?
-Me gustaba harto el Pato Manns y su “Arriba en la Cordillera”, pero tampoco fue tan Canto Nuevo, era más de la Nueva Ola.

Usted tocó en la UP en boites. ¿Alguna anécdota de esa época?
-En un momento al público del club nocturno no le gustaba la Nueva Ola y a la Nueva Ola no le gustaba cantar en el club nocturno. Los centros nocturnos eran para vedettes, humoristas, tangueros, boleristas, pero no para la Nueva Ola. Pero quien rompió ese esquema fue Luchito Dimas. Y ahí seguí yo y varios más. Y al público le gustó. Los show eran más tarde, la gente estaba tomándose un trago y después de tocar nosotros aparecían las plumas. Eso me gustaba. Era bonito hasta que llegó Pinochet y se acabó la noche, se acabó la fiesta, la pega de los garzones, las minas y nosotros.

Usted no tuvo una postura política definida como sí la tuvo Luis Dimas, un facho reconocido.
-Claro. No la tuve ni la tengo. No sé de qué se queja el chico cuando dice que no tuvo pega por ser de derecha. Él tiene más pega que nosotros.

¿Por qué no le interesa la política?
-No me gusta simplemente, además de ver tanta cosa grave que ha pasado.

¿Cómo qué?
-Como un Golpe de Estado, como todo lo que sabemos, quizás me puedan criticar por eso. Lo único que me pueden criticar es que nunca me mojé el poto, no salí a protestar ni nada, es cierto, me mantuve al margen, pero siempre digo que tenía tres hijas que alimentar. Por eso no lo hice. Una vez una periodista me dijo, antes incluso que saliera Allende, si acaso era de algún lado. Le dije que de ninguno. Me trató de amorfo. Le dije “ponme cómo querai, esas hueás no me importan”.

EL PREMIO NACIONAL
¿Por qué ya no compone?
-No tengo mucho interés.

¿Qué piensa de la piratería?
-¡Atroz! Es una de las que hundió la música. La otra es internet.

¿Oye música chilena actual?
-Escucho poca música. Escucho Los Beatles, música anglo de los 60, pero muy poco chileno.

¿A quién le daría el Premio Nacional de Música?
-Fernando Ubiergo, Alberto Plaza, los Bunkers, Los Tres, por ahí va la mano. O a otros con trayectoria, como el Pollo Fuentes, al Chico Dimas.

¿Se encuentra fome para cantar?
-Sí, pero no tanto. Mis músicos me decían el rey del metro cuadrado, porque en un metro nomás me muevo.

¿Le gusta venir a la capital y dejar Graneros?
-Geográficamente es muy lindo, pero el problema es el estrés de la gente, los tacos, los robos, los asaltos, todo eso. No vengo muy seguido para acá. No me gusta mucho.

Leí que no le gustan mucho las entrevistas.
-No. Igual que la televisión. No estoy ahí pegado, pero los viernes en la tarde veo Primer Plano, que es el resumen de todo, para reírme un poco.