Las recaídas de la UDI con Laurence Golborne

Hace algunos días el senador Jovino Novoa invitó a Laurence Golborne, y a un reducido grupo de diputados -entre los que se encontraban Ernesto Silva y Arturo Squella- a una cena en su casa para conversar respecto del escenario político y ofrecer, nuevamente, disculpas al ex gerente general de Cencosud por el trato entregado por el partido al bajar su postulación a la presidencia para proclamar al ministro de Economía, Pablo Longueira.

Según quienes estuvieron presentes en el encuentro, se trató de una conversación cordial donde se revisó el difícil desafío electoral del sector de cara a las primarias, el rol divisor del pre candidato RN Andrés Allamand en la Alianza y la intención de Golborne de no retornar al mundo privado, sino de seguir vinculado a la actividad pública pese a su rechazo a postular al parlamento y a su fallido intento por asumir como representante de Chile ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

En el gremialismo apuntan a que el diálogo fue parte de la estrategia del partido por mantener cerca al ingeniero en una etapa especialmente compleja para la UDI frente al incierto resultado de las primarias del sector, una definición en que no existen certezas y tras la cual la derecha, por compromiso, debería cuadrarse tras el postulante electo, aunque los mensajes privados gremialistas respecto de esta última situación han sido contradictorios.

El temor de que gane Allamand

En la tienda de Suecia 286 desde la directiva hasta el último militante están trabajando para que Longueira se imponga el domingo 30 de junio frente a Allamand. Aseguran que cuenta a su favor con el despliegue de la colectividad -la UDI tiene electas autoridades en el 75% del país, lo que en la Cámara Baja sube al 80% del territorio y a ello se agregan alcaldes, intendentes y otras autoridades regionales que deberían hacer proselitismo- además de una estrategia de shock que consiste en condicionar el financiamiento de las campañas de los diputados al resultado de Longueira en los respectivos distritos. Se apuesta, en suma, a la máquina política de la UDI que incorporará, también, a alcaldes en terreno en la última quincena de junio.

Sin embargo, aún así existe miedo de cómo será la primera experiencia en primarias legales con voto voluntario más allá del acarreo para el que se preparan los partidos. En esta línea, en la directiva de la UDI apuntan a que un universo grande de votantes, más de 200 mil, podría beneficiar a Allamand porque supondría que el votante DC se inclinaría -frente a las pocas posibilidades del ex alcalde de Peñalolén, Claudio Orrego- por el RN. En el comando longueirista consideran improbable esta situación, pero más allá de los cálculos la pregunta es qué pasará con la UDI si Allamand triunfa, y aquí hay dos corrientes.

En el Gobierno, y en la mayoría de los dirigentes de la UDI, prima la tesis de que sería impresentable el buscar una alternativa distinta a Allamand no sólo porque las primarias son vinculantes sino también porque implicaría un desprestigio de la actividad pública. Cercanos a Longueira confirman que éste “jamás se prestaría para desconocer un proceso en el que él mismo participa” y aseveran que mandatará al partido a aceptar cualquiera sea la definición. No obstante, parlamentarios de la colectividad aseguran que sería “muy difícil” apoyar una opción como la del ex ministro de Defensa en especial porque, a diferencia de lo que ocurrió con Piñera en los comicios frente a Eduardo Frei en 2009, no da garantías de un buen posicionamiento frente a Bachelet.

Es en este contexto que algunos parlamentarios han hecho llegar a autoridades de La Moneda el mensaje de que Golborne podría ser, otra vez, una carta a palacio si Longueira no triunfa en las primarias. Fuentes de Palacio afirman que ha sido el propio ex ministro de Obras Públicas quien ha expresado que él “no está disponible para algo así” y atribuyen la advertencia a un afán de la UDI porque el Gobierno se cuadre completamente con Longueira para evitar un quiebre de la Alianza. No obstante, quienes dicen que Golborne podría retornar lo hacen con bastante pragmatismo: apelan a que si Longueira no vence y Allamand no prende el sector deberá hacer algo, porque hoy, y pese a lo que consideran una mala performance de Bachelet como candidata, ninguno de los presidenciables ha logrado capitalizar votos, lo que preocupa a la administración piñerista ya que esto podría afectar la competencia parlamentaria. Además apelan al viejo dicho de que en política “se han visto muertos cargando adobes”.