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Poder

14 de Octubre de 2014

Cumpleaños UDI: La apocalipsis socialista, el canto sexy de Andrea Molina y la comparación del fiscal Gajardo con el juez Garzón

“Cuando a algunos de nosotros nos atacan, atacan a la UDI, y hoy estamos más unidos que nunca”, dijo la noche del lunes, en el aniversario 31 de la tienda, el presidente de la UDI, Ernesto Silva. En la cita, Andrea Molina cantó como Marilyn Monroe mientras algunos militantes compararon al fiscal Carlos Gajardo con el juez Baltasar Garzón.

Por

ERNESTO SILVA
“Bajen las luces” pide el secretario general de la UDI, Javier Macaya, anunciando algo “muy especial” y Andrea Molina, como en los tiempos de Sussy, empieza a entonar con cara de Marilyn Monroe “Happy Birhday” en el escenario de las Parrilladas Argentinas. Sonríe coqueta mientras dos militantes comentan que “no puede estar más rica” y que tiene un aire a Sofía Vergara, la actriz colombiana a quien el presidente de la Academia de la Televisión de Estados Unidos, Bruce Rosenblum, hizo girar como mujer objeto en los últimos Premios Óscar y cuya performance terminó con un categórico “¡Suficiente! Esta es la razón por la que dejé de hacer ferias de automóviles”.

Pero Andrea no es Sofía y no está molesta, sino feliz -o parece estarlo-, y los casi 500 asistentes a la cena del aniversario 31 de la UDI la aplauden a rabiar.

El festejo es casi tan extraño como aquel que se hizo en medio del caso Spiniak, cuando la UDI cumplía 20 años y celebraba en otra parrillada: Los Buenos Muchachos. Hoy son 31, y el huracán es el caso Penta y su arista política.

De este tema, todos hablaron en voz baja la noche del lunes, entre brindis y cortes de carne, y aunque Ernesto Silva, el presidente con cara de niño bueno, intentó evitar a toda costa “pentanizar” su discurso, no pudo.

“Les tenemos una mala noticia a todos aquellos que pretenden inmovilizarnos para que no cumplamos nuestro rol opositor, porque jamás cederemos ante nuestra responsabilidad de proteger a los chilenos”, dijo, sin salirse de libreto.

Después, y aunque no estaba escrito, agregó: “Cuando a algunos de nosotros lo atacan, todos sabemos, mis amigos aquí saben, que nos atacan a todos en la UDI y hoy estamos más unidos que nunca”.

En ese minuto, el aplauso al dirigente fue cerrado, casi tan fuerte como cuando presentaron a militantes de la juventud que habían pasado una semana –“una semana completa”, enfatizó el animador-, viviendo con una familia en situación de pobreza como parte de su preparación política. Nadie explicó qué se aprendía exactamente en siete días, pero al parecer era mucho y muy importante.

La arenga de Silva, además de la referencia aquella a una defensa corporativa, estuvo marcada por críticas al Gobierno y una visión apocalíptica, bastante acorde con el estreno de The Walking Dead, sobre los males de esta administración. “Hoy enfrentamos al socialismo del Siglo XXI, que ha logrado capturar no sólo la conciencia sino el alma de muchos latinoamericanos”, dijo.

Tras criticar todas las reformas impulsadas por Michelle Bachelet, Silva bajó del escenario convertido en un rockstar: lo felicitaron, le pidieron selfies y abrazos y se paseó por algunas mesas, como novio en matrimonio, uno sin corbata, como todos los sub-40 de la tienda.

REENCUENTROS
Hubo un momento en la noche en que subieron 31 nuevos militantes al escenario y los recibieron varios rostros emblemáticos como Pablo Longueira y Jovino Novoa, entre otros. Los dos coroneles, distanciados por el caso Spiniak, estuvieron sentados juntos durante la celebración y conversaron como viejos amigos.

Lo mismo pasó con Ena Von Baer e Iván Moreira, quienes tras sacarse los ojos por el cupo por Santiago Oriente –que le cedieron después a José Antonio Kast y luego a Golborne- , están de los más compinches.

“La tragedia une”, ironiza un parlamentario que está seguro de que tras el ruido del Ministerio Público hay pocas nueces, “tal vez, con suerte, una sola”, arguye en referencia a Moreira, que, según coinciden en la tienda, es el más complicado.

Moreira rehúye hablar de la causa y los demás implicados en el caso –con excepción de Golborne y Pablo Zalaquett que no asistieron a la cena-, intentan explicar por qué es todo un mal entendido y cómo el exgerente de Penta, Hugo Bravo, mezcló aportes reservados con irregularidades y, por ello, sostienen, es probable que, “además del mal rato, no pase mucho, que todo se vaya diluyendo de a poco”.

Un estratega UDI es aún más optimista: “El fiscal (Carlos) Gajardo sufre del mal del juez Baltasar Garzón, tiene demasiado fuego y poco control, y así no funcionan bien las cosas”, dice, previendo que en algún momento la indagación del caso Penta, al menos su parte política, se puede ir directamente al despeñadero.

Mientras ello ocurre, la directiva trata de contener los múltiples flancos abiertos en la causa y se debate entre ir aún más a la pelea con Gajardo –tesis de Novoa que incluso ha impulsado recursos de amparo por el “abuso de poder” en las diligencias- o dejar las cosas en manos de los involucrados.

Silva aún no lo define. En la comida varios coinciden en que está “golpeadísimo”, que “el Choclo es su tío favorito, el más querido y cercano”. “Ellos se quieren demasiado, pero Carlos no le va a pedir a Ernesto lo imposible, él sabe que no lo puede defender, aunque tampoco es lógico que lo ataque. Eso de pasarlo al Tribunal Supremo puede funcionar en otros partidos, no acá. Si la cosa se complica, puede que Carlos suspenda su militancia, y ya está”, relata una fuente del partido.

Joaquín Lavín, sin embargo, cree que nada sucederá con la participación del Choclo en la UDI y, más aún, que no tiene por qué pasar nada. Lavín y Délano son íntimos, así es que habla con propiedad, aunque la elegida para pasar al ataque es otra, la excandidata presidencial, Evelyn Mattehi, quien asegura, al retirarse del local en Estación Central, cerca de las 23.15 horas, que “hace ocho años atrás, también en un Gobierno con la misma Presidenta, estuvo el caso de las facturas falsas de (Guido) Girardi. Yo quiero preguntar si alguien recuerda que se allanado su casa, nunca en mi vida había visto que se allanara una casa por una boleta, que todavía no se sabe si tiene problemas o no, y además con publicidad”.

Después de la partida de Matthei, Silva y Macaya se quedan otra media hora compartiendo con los asistentes. Un grupo baila sobre el escenario, improvisando coreografías. Silva posa para las fotos que le piden y luego también se marcha. Lleva algo así como 150 días en la presidencia de la UDI y 20 tratando de dar explicaciones sobre el eventual financiamiento irregular de las campañas de políticos de su tienda. “Hay que darle tiempo, está mejorando la defensa, no es sencillo”, comenta un militante mientras los mozos arreglan las mesas y recogen los despojos del festejo.

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