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Poder

2 de Abril de 2015

MEO confirma que va a la pelea en 2017 y analiza el momento de “parálisis” que enfrenta Bachelet

"La presidenta está paralizada y eso es un problema para las banderas que yo apoyo. Quiero recordar algo: siempre mi apoyo fue a las banderas. Yo no voté por ella en segunda vuelta. Mi juicio de diciembre tiene un punto de quiebre, que es el caso Caval", dice el fundador del PRO.

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marco enriquez ominami meo a1

“Creo que Michelle Bachelet fue electa por sus banderas, y que ella logre o no logre empujarlas no significa que las banderas vayan a quedar botadas. Eso está pendiente”, dice Marco Enríquez-Ominami, quien aborda en entrevista con Qué Pasa el duro momento que atraviesa la Mandataria, y de paso confirma que en 2017 sí o sí va por su tercer intento de llegar a La Moneda.

A propósito de las magras cifras que ayer reveló Adimark, que da cuenta de un descontento transversal con la ciudadanía respecto de la actividad política, el ex diputado del PS sostiene que “evidentemente, hay un megaproblema. Hay una parálisis en Palacio. En las monarquías las biografías se vuelven más importantes que las ideologías. Piensa en el rey Juan Carlos, la reina de Inglaterra. Y ahora estamos en una monarquía: el hijo de la presidenta cometió un error ético, hoy día, además, bajo la sospecha de si fue legal o no. La presidenta está paralizada y eso es un problema para las banderas que yo apoyo. Quiero recordar algo: siempre mi apoyo fue a las banderas. Yo no voté por ella en segunda vuelta. Mi juicio de diciembre tiene un punto de quiebre, que es el caso Caval”, asegura.

Profundiza que ese quiebre tiene ver con que “es demoledor cada día que pasa. Este país que es plural, que es distinto, espera de la voz principal una voz sobre la ética, la conducta, la decencia. Yo hubiera esperado que, más allá de todas las consideraciones psicológicas, ella le pidiera la renuncia a su hijo, y que tuviera un juicio de valor sobre ese tipo de negocios. A Marx le impactaba cómo en un mundo agrícola se producía la plusvalía del suelo. Y tienes un hijo socialista, de una presidenta socialista, que se hace una pasada de 2.500 millones de pesos, en un país donde hay 10% de problemas de vivienda, 30 mil familias en campamentos y donde se les ha dicho a las familias que no se las puede reubicar porque hay un problema de suelo”.

Respecto de los reconocimientos al afán reformador con que Bachelet asumió su segundo mandato frente a este actual escenario de crítica, MEO responde que “ella está perdiendo una oportunidad inmejorable para reconstruir el país. Con limitarse a su dolor y a dar una respuesta emocional y no racional eligió un camino que ya no rinde como antes (…) La solución a esta parálisis está en ella”.

Al ser consultado sobre si está desilusionado, dice que tiene una “evaluación positiva de su impulso transformador y estoy preocupado de su parálisis, porque se pierde un tiempo valioso”.

“Es fundamental que no perdamos este hecho histórico de una supermayoría en ambas cámaras. Es inédito, y por eso es doblemente importante que Michelle Bachelet desbloquee el país”, insiste.

El problema no era Piñera
El fundador del PRO también se da tiempo de criticas la conducción política del gobierno.

“La Nueva Mayoría convenció a los chilenos en 2013 de que el problema era Piñera. Yo lo vi en la calle: “Saquemos a Piñera, sacándolo se acaban los problemas”. Bueno, hoy se dan cuenta que el problema no era solamente Piñera: era él, pero también el neoliberalismo, la Constitución… En eso, Peñailillo está conduciendo sobre una economía política que se trazó el 2013. Era un pacto electoral y no programático. Peñailillo administra eso, con una DC que dice: “Sí, yo apoyé la educación pública y gratuita, pero no dije cómo”.

Ni un peso de SQM

Tema imposible de eludiar, MEO se da tiempo para hablar de SQM, donde apareció mencionado su padre Carlos Ominami por la Fundación Chile 21, que recibió dineros de SQM mediante una suscripción.

“Yo soy presidente de la Fundación Progresa. Creé una fundación: si considerara que Chile 21 era mi paraguas, probablemente habría estado allí. Nunca tuve un cargo en Chile 21, no hay un traspaso de dinero de Chile 21 a ninguna de mis campañas: lo afirmo taxativamente y desafío al que tenga pruebas a que vaya a la Fiscalía. Esos son los hechos. Pero atiendo que es mi padre, es una suscripción, son 300 millones de pesos… Por eso voy a ir más lejos: con Carlos Ominami no tenemos relación monetaria desde los 21 años. Carlos es Carlos, tendrá que asumir la respuesta que ha dado y confío en su honestidad.

Ahora, respecto de su posición personal, asegura “que ni el PRO, ni la Fundación Progresa, ni mi productora Rivas y Rivas, ni yo mismo, ni parientes míos emitieron ni facturas ni boletas”.

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