Sabas Chahuán: El MasterChef de la ratificación de Abbott como Fiscal Nacional

Fue el 1 de abril del año 2014 el día en que el Fiscal Nacional, Sabas Chahuán, decidió que su sucesor sería Jorge Abbott. Hasta ese minuto, la gestión del personero era cuestionada y conocida por hechos como el “cafecito” con el poderoso empresario Eliodoro Matte, en medio del caso Karadima.

En ese entonces, hace más de un año ya, Chahuán definió que se la jugaría por defender su administración poniendo a uno de los suyos como director ejecutivo del Ministerio Público. Abbott asumió las funciones y encabezó las negociaciones del proyecto de fortalecimiento de la institución, una plataforma privilegiada porque trabajó directamente con los senadores de la Comisión de Constitución que ayer, tras votar la propuesta de la Presidenta Michelle Bachelet, sellaron su ascenso.

Por lo mismo, entre los parlamentarios no hubo sorpresa por las gestiones directas que desplegó Chahuán para garantizar el cargo para Abbott. Fuentes confiables consultadas por este medio apuntan a que la jornada de este miércoles no sólo se zanjó el nombre del nuevo fiscal sino también el destino de la arista política de los casos Penta y Soquimich y del persecutor más temido por el Congreso: Carlos Gajardo.

LAS NEGOCIACIONES

“El escenario alternativo a votar por Jorge Abbottt era muy perjudicial para…la patria”. La ironía de un senador UDI respecto de las razones que llevaron a su partido a cuadrarse ayer con la designación de Bachelet, zanjando con eso el debate en el Congreso, refleja el tenor de las gestiones que, tras bambalinas, el aún jefe del Ministerio Público realizó para amarrar los votos de su sucesor.

Algunos gestos de Chahuán fueron públicos, como lo que dijo la noche del martes respecto de la declaración que enfrentó el presidente del BCI, Luis Enrique Yarur, por los aportes personales que hizo al senador Iván Moreira: “No serían delitos porque salieron de su patrimonio personal”.

Otros, los más relevantes según fuentes consultadas por este medio, fueron privados y dicen relación con el tenor que tomará, en las postrimerías del mandato de Chahuán, la arista que involucra políticos en los casos SQM-Penta, y que él encabeza. En lo específico, destacan el rol menor y limitado al que quedará reducido el fiscal de delitos de alta complejidad, Carlos Gajardo, quien no obtendría la Fiscalía Metropolitana Oriente, como era su deseo.

Un senador aseveró a The Clinic Online que los mensajes desde el Ministerio Público apuntaron al “acercamiento de criterios” que hasta ahora permanecían en veredas opuestas.

Así la tesis de Gajardo de que la irregularidades en el financiamiento de campañas son constitutivas de delitos que incluso podrían terminar en penas de cárcel, quedaría en el pasado frente a una aplicación de la ley que incorpora salidas alternativas y juicios abreviados que ya han comenzado a ser ventilados en la prensa.

En suma, y como plantearon legisladores de la Nueva Mayoría y de la Alianza, los partidos que no pudieron “negociar” quién sería el Fiscal Nacional -apostaban por José Morales y Bachelet dio un golpe de autoridad-, sí amarraron, en los hechos, la salida de las indagatorias.

Por ejemplo, de acuerdo a los antecedentes recabados por este diario, Chahuán ofreció a la defensa de Jovino Novoa la posibilidad de un juicio abreviado, es decir asumir la responsabilidad penal, pero con penas menores y libertad vigilada.

Fuentes que conocen del caso, indicaron que la defensa de gremialista está analizando la propuesta, que aún no tiene fijada una pena posible, aunque se habla de la chance de 541 días, se indicó.

Esta salida procesal, evitaría que el Ministerio Público llegara a un juicio oral con el desgaste que ello significa en horas hombre, como también para Novoa.

Hasta ahora, en todo caso, no se le ha respondido formalmente a Chahuán.

Estas promesas, que con vehemencia descartaron los legisladores al argumentar en su voto que no había “arreglines”, tuvieron un correlato en la exposición de Abbott ante la Comisión de Constitución durante la mañana de este miércoles, ocasión en que el personero, a juicio de los parlamentarios, se alejó de la “doctrina Gajardo”.

Sobre el actuar de los fiscales aseveró que pondrá énfasis en mantener la “prudencia”.

“Debemos ser profundamente respetuosos en nuestras actuaciones para no afectar la presunción de inocencia (…) soy de aquellos que creen que los fiscales tienen un estándar ético superior al resto de los intervinientes en una causa”, arguyó.

Otra de sus directrices valoradas fue que “sin denuncia ni querella no es posible avanzar en la investigación” y que “si hay filtraciones y gente que comete hechos de infracción en el secreto de la investigación, en su momento hay que abrir las investigaciones pertinentes”.

Con eso sobre la mesa (las llamadas “garantías” que pidió la derecha) y la muñeca política que desplegó la titular de Justicia, Javiera Blanco y el ministro de Interior, Jorge Burgos, enfrentados por el protagonismo en las tratativas, las piezas empezaron a cuadrar ya última hora de la noche del martes para conseguir la unanimidad para Abbott.

“Javiera estuvo hasta la madrugada llamando gente y tuvo los sufragios amarrados de la Alianza antes de que Abbott expusiera, pero tuvo la prudencia de quedarse callada para no botar el acuerdo”, relata un legislador.

LAS HORAS CLAVE

Hasta el martes en la noche, los votos de los senadores Quintana y Girardi mantenían en vilo al Gobierno. Mientras el primero había cuestionado públicamente la nominación de Abbott, el segundo criticó la forma en que el Gobierno manejó su nombramiento. Incluso se les vio molestos y ambos interpelaron al ministro Nicolás Eyzaguirre en el tenso almuerzo del martes.

Sin embargo, ayer en la mañana el senador por Santiago Poniente le informó a Quintana que ya no se opondría a la nominación de Abbott. El presidente del PPD se quedaba solo. Desde el día anterior, Quintana había recibido llamados de todo el comité político, de la ministra Blanco y de Ana Lya Uriarte, jefa de gabinete de la Presidenta, para convencerlo de votar a favor.

Fuentes cercanas al senador Quintana señalaron que durante la primera parte del día, los ministros lo presionaron con que los votos de la derecha -la UDI y RN ya habían acordado actuar en bloque- estaban disponibles y que se quedaría solo en esa postura, asumiendo todos los costos políticos.

Girardi, en tanto, señaló ayer que venía reflexionando su apoyo desde el fin de semana y que su molestia siempre fue con el proceso de nominación, no con Abbott. De hecho, le parecía un buen nombre ya que tenía las mejores referencias de él desde sus cercanos.

“Yo lo único que manifesté es que había una molestia en la forma, que yo no tenía ningún juicio ni prejuicio relativo al fiscal y que iba a esperar la reunión de hoy día de la Comisión de Constitución. Eso es lo que yo dije en privado y en público porque yo no tengo un doble discurso”, dijo Girardi en el Congreso, antes de la votación.

Durante la exposición de Abbott, los senadores Allamand (RN) y Coloma (UDI) en privado le consultaron a Quintana por su postura y le señalaron que si él mantenía su posición de rechazo, la Alianza restaría sus 12 votos, haciendo fracasar la designación.

Finalmente, pasadas las 14 horas, ya culminada su exposición, el nuevo fiscal nacional se reunió con Quintana durante 15 minutos aproximadamente, para despejar sus dudas. Después de la conversación, Javiera Blanco selló los votos del PPD y se realizó un punto de prensa.

APLAUSOS CERRADOS

Pasadas las 10:30 de la mañana, a la par de las gestiones de Gobierno, Abbott se encargó de cerrar los apoyos de la oposición en su presentación ante la Comisión de Constitución. Ahí recalcó temas relevantes para los senadores como la preocupación por las filtraciones, garantizar la presunción de inocencia e igualdad de trato y aseguró que el Ministerio Público no investigará delitos tributarios sin una querella por parte del Servicio de Impuestos Internos (SII).

Esto, sumado a la autocrítica que realizó al funcionamiento actual de la Fiscalía, generó un apoyo transversal entre los senadores, quienes elogiaron la presentación. Fue el caso del senador Alberto Espina (RN), responsable de la negociación de su bancada, quien destacó su propuesta en materias como el foco de las investigaciones, la evaluación de los fiscales, la instauración de metas para la institución y, lo más relevante, su fuerte condena a las filtraciones y su compromiso con el principio de objetividad.

De hecho, Abbott aludió a este último punto en tres oportunidades: durante su exposición, donde resaltó la necesidad “prudencia” que debían tener los fiscales; respondiendo al senador Hernán Larraín (UDI) sobre la igualdad ante la ley; y cuando el senador De Urresti, presidente de la comisión, intentaba cerrar la sesión, luego que la ministra Blanco le recordara recalcar la condena a las filtraciones.