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Coronavirus

17 de Marzo de 2021

Los tres factores sanitarios claves que podrían obligar a correr las elecciones de abril según los expertos

Foto: Agencia UNO

Si bien los especialistas promueven que las votaciones se realicen con normalidad porque el riesgo es bajo e incluso podría ayudar a descomprimir el "cansancio pandémico", de todas maneras advierten sobre los posibles escenarios de la pandemia en las próximas semanas. The Clinic conversó con tres epidemiólogos para saber a qué indicadores hay que prestarle atención y ponen como plazo al menos dos semanas antes de que se desarrollen los comicios.

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El aumento sostenido de casos ha puesto en jaque las elecciones del próximo 11 de abril, donde se votará por concejales, alcaldes, gobernadores regionales y convencionales constituyentes.

La presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, propuso evaluar el nivel de ocupación de camas UCI dos semanas antes del proceso eleccionario. “Si Chile supera el 95% de ocupación de camas en su capacidad máxima de expansión, creo que lo más probable es que el gobierno tenga que apretar este botón rojo de casi llegar a un confinamiento total”, subrayó.

En diálogo con Radio Concierto, el ministro de Salud, Enrique Paris, manifestó su reticencia para decretar la cuarentena total, sin embargo, subrayó que “no puedo descartar nada de plano”. Además, complementó que también deberían considerarse otros factores como la tasa de incidencia del virus, la positividad, entre otros.

EL PUNTO DE PARTIDA

En diálogo con The Clinic, el epidemiólogo Gabriel Cavada, académico de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, manifiesta abiertamente que él se inclina para que el acto eleccionario se haga, valorando el desempeño que tuvo el Servel en el plebiscito de octubre pasado, que demostró que se pueden llevar a cabo votaciones de manera segura.

“No hubo ningún incremento de casos atribuible a dicho evento. La curva epidemiológica no se disparó y se mantuvo la situación de endemia. La cantidad de casos permaneció constante hasta inicios de diciembre”, argumenta.

Además, subraya que estas elecciones podrían descomprimir el agotamiento producido por la enfermedad. A su juicio, las elecciones son “una interesante vía de escape a la presión y la tensión que está provocando el cansancio pandémico. Todo lo que sea sacarle presión a la olla va en la dirección correcta para prevenir traumas de salud mental social”.

El epidemiólogo José Manuel Manríquez, académico del Instituto de Salud Pública de la U. Austral concuerda con esta mirada y subraya que “existe suficiente evidencia en el mundo para poder establecer que un proceso eleccionario no es necesariamente una actividad que infunda demasiado riesgo respecto a posibles brotes o el aumento de casos”.

Asimismo, sugiere poner el acento en dos situaciones que sí se produjeron el pasado 25 de octubre y que podrían suponer complicaciones: Algunas aglomeraciones producidas fuera de los locales de votación y las celebraciones que hubo posterior a la entrega de resultados de las elecciones.

Un contrapunto ofrece el epidemiólogo Daniel Jiménez, académico de la U. de Talca, quien puntualiza que, si bien postergar las elecciones “es una decisión difícil, la salud de las personas es algo esencial. Hoy día lamentablemente nuestro país se encuentra en una situación muy compleja”.

R EFECTIVO: EL FACTOR CLAVE

Para el dr. Cavada, el factor clave a evaluar si es necesario postergar las elecciones es el R efectivo (Re o Rt), también llamado factor de crecimiento de la pandemia, que permite medir cuántas personas son susceptibles de ser contagiadas por la enfermedad.

Dicho indicador es calculado semanalmente por la plataforma iCovid sobre la base de los últimos siete días. Prácticamente, durante casi todo el verano la cifra se ha mantenido en rojo, es decir, “fuera de control” y con la necesidad de implementar “medidas urgentes”.

En el informe presentado el pasado 11 de marzo, los investigadores detallaban que “casi todas las regiones tienen un nivel de transmisión preocupante a excepción de Tarapacá y Antofagasta que han mantenido un número de reproducción relativamente bajo durante la última semana”.

Sin embargo, las regiones que arrojaban los números más preocupantes eran la Metropolitana, O’Higgins, Los Ríos y Maule, mientras que otras cuatro (Atacama, Los Lagos, Aysén y Magallanes) mostraban una clara tendencia al alza.

Para Cavada, este indicador redunda necesariamente en que habrán más camas UCI ocupadas y más fallecidos, por lo que debiera ser revisado entre la última semana de marzo y la primera de abril para tomar una decisión, es decir, un par de semanas antes de las elecciones.

En ese sentido, explica que “todas las curvas epidémicas suben y bajan, ninguna se mantiene creciendo en el tiempo indefinidamente. Es decir, todas las curvas epidémicas tienen forma de cerro. Si hoy estamos observando un factor de crecimiento tan alto, significa que se está subiendo el cerro rápido. En la medida que eso pase, se espera llegar antes a la cumbre. Una vez allí, la única salida que queda es bajar. Esa es la situación actual”.

“Uno esperaría que el peak epidémico se produjera alrededor de esa fecha, de modo tal que para el 11 de abril podría haber una epidemia en baja. Esa es una especulación, como toda proyección, pero es bastante razonable”, concluye.

LA OCUPACIÓN DE CAMAS

Otro de los factores claves es la ocupación de camas críticas. Para el dr. Jiménez, si bien “la incidencia puede bajar un poco, tenemos que observar cómo está nuestra red hospitalaria. Hoy está con una exigencia al límite de sus capacidades y eso significa que se va a tener que elegir qué paciente puede ser atendido con todas las condiciones necesarias y quien lo hará con las condiciones básicas. Eso va a traer consigo un aumento en la letalidad”.

De acuerdo a las cifras oficiales del Minsal, este 17 de marzo se alcanzó la mayor expansión de unidades de cuidados intensivos de toda la pandemia, logrando una dotación de 3.276 camas disponibles, 60 más que el peak registrado el pasado 10 de julio. Todo un récord.

Sin embargo, pese al esfuerzo, el número de pacientes sigue en aumento. La cantidad de hospitalizados nunca había sido tan alta (3.088 según el último reporte), mientras que el porcentaje de ocupación no baja del 94% y se acerca peligrosamente al 95%.

Elaboración propia con cifras oficiales del Minsal

LA ESTRATEGIA TTA

Tanto el dr. Manríquez como el dr. Jiménez plantean la necesidad de revisar los números que está arrojando la estrategia de Testeo, Trazabilidad y Aislamiento (TTA).

De hecho, de acuerdo al último informe elaborado por el Minsal, los números respecto a trazabilidad han ido bajando de forma constante en el último mes. De hecho, se están detectando menos contactos por caso: una razón de 2.6 por cada paciente contagiado. Hace un mes eran 2.9.

También se aprecia una caída significativa del número de contagios y contactos que son investigados en menos de 48 horas. En las últimas tres semanas, el porcentaje se desplomó en un 5.6% y en un 1.7% respectivamente.

Para el dr. Manríquez, es importante contar con mejores cifras de monitoreo de la pandemia, porque tener números por debajo de los umbrales aceptados posiblemente obliguen a decretar una cuarentena. Pero esta es un arma de doble filo, porque si mejoran estos indicadores y el número de personas en aislamiento aumenta, ellos “no van a poder votar y podría provocar una desviación de los resultados (de las elecciones)”.

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