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20 de Febrero de 2022

Unidos por un deporte incomprendido: la historia del improbable equipo de curling chileno

Curling Chileno

La profesora Paola Epstein se fue de Chile a Estados Unidos persiguiendo un amor. Instalada en Atlanta, conoció y empezó a practicar Curling, uno de los deportes más curiosos de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022 que culminan hoy. Paola no es la única chilena que realiza una práctica que parece hipnotizar a quienes la ven por su rareza, Alejandro Lazo también juega Curling en Estados Unidos. Ambos conforman el equipo nacional de la disciplina en la modalidad de dobles combinados y sueñan con llegar a la próxima cita olímpica.

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A inicios de los 2000 Paola Epstein tenía una vida consolidada en Chile. Se desempeñaba como profesora en un colegio bilingüe, practicaba de forma amateur patinaje artístico y asistía y participaba regularmente en distintas reuniones de la comunidad judía en Chile.

Fue allí donde su vida se remeció. A través de su comunidad religiosa viajó a un encuentro en Miami. Allí conoció a un gringo oriundo de Atlanta del que no se volvió a separar. Juntos se instalaron en la ciudad del estado de Georgia.

A más de 15 años del inicio de esa historia de amor, Paola hoy se desempeña como profesora en una escuela pública. Además practica competitivamente, un deporte que cada cuatro años, en cada cita olímpica de invierno, revoluciona internet por su extrañeza: el curling.

Ella es hoy, la única mujer chilena conocida en practicar el deporte más curioso de los Juegos Olímpicos de Invierno. Y sueña con poder representar a Chile en una próxima competencia olímpica.

La fiebre del Curling

El curling es una disciplina tan extraña que resulta adictiva. Ya sea haciendo zapping en televisión o viendo vídeos del deporte en redes sociales cuesta no quedarse pegado en la pantalla intentando entender qué es lo que hace un grupo de personas deslizando rocas sobre el hielo y “cepillando” la pista con escobas para ir variando su velocidad.

En el juego no se aprecia una gran capacidad atlética de sus deportistas, se trata más bien de una disciplina de precisión. Las rocas deben llegar a un blanco que suma distintos puntos. Las reglas y formas de jugar, si bien parecen modernas, tienen una tradición de casi 500 años. Mucho mayor a las de otros deportes como el fútbol que recién se creó en 1863. 

El curling es considerado uno de los primeros deportes en equipo de la humanidad. El deporte nació en Escocia, según una investigación publicada en  Nat Geo, habla del hallazgo de la piedra de curling de granito que data de 1511 y que fue encontrada en la región escocesa de Stirling, lo cual situaría la primera evidencia conocida del curling en la Baja Edad Media.

Lo cierto es que la práctica se expandió y generalizó con el paso del tiempo. En la decada de los 1800 ya se disputaba en Estados Unidos, según da cuenta una pintura realizada en 1862 por John George Brown titulada ‘Curling, un juego escocés en Central Park’.

A pesar de su historia y a que hoy es un deporte olímpico de invierno, el curling es considerado por muchos un motivo de burlas en redes sociales. Cada cuatro años las redes sociales se llenan de memes en torno a la disciplina. 

https://twitter.com/Lexvivanco/status/1492869387962908675?s=20&t=yhDUFkxnqBrSqZjgxcTSBw

Las sensaciones que genera el deporte, incluso lo hicieron ser parte de la trama de un capítulo de los Simpsons titulado “Boy Meets Curl”. ​​En el episodio emitido el 14 de febrero de 2010, Homero, Marge y los Skinner se integraron en el equipo de Curling de los Juegos Olímpicos de Invierno en Vancouver y derrotaron en la final al equipo de Suecia.

A pesar de las burlas, la fiebre del Curling invadió a Paola Epstein la primera vez que vio el deporte por televisión. Ella esperaba para ver la competencia de patinaje cuando en la transmisión oficial emitieron un partido de Curling. “Vi que salen estos cuatro tipos no muy atléticos y resulta que los veo, en el hielo, tirando estas rocas. Miré a mi esposo y le digo ‘yo puedo hacer esta cuestión’”. 

Convencida de poder realizar el deporte, Paola busco información. Se enteró que el curling se practicaba en un club de Atlanta y partió a intentarlo. 

“Al principio íbamos a una cancha de patinaje artístico. Una vez que terminaban los que jugaban hockey, los que hacían patinaje, nos daban la cancha a nosotros y eso era como a las diez de la noche. Ahí empezábamos a pintar las argollas, así casi con plumón(…) hasta que se logró ampliar y lograr un hielo permanente para curling, que es donde yo practico. Ahora en Atlanta hay una segunda cancha de hielo que no está dedicada exclusivamente al curling, pero que tiene clases por lo menos dos o tres veces a la semana”, cuenta la mujer que ha ganado campeonatos en Georgia y que se codea con los mejores jugadores del mundo.

Paola junto a Niklas Edin campeón de Suiza y oro olímpico.

El Ben Brereton del Curling

Además de Paola existe otra persona de nacionalidad chilena que practica el Curling. En Boston, el estadounidense de padres chilenos Alejandro Lazo también practica en un club. “Es como un Brereton del Curling”, dice riendo Paola.

El mundo en el deporte de invierno es pequeño, por lo mismo ambos se conocieron y hoy comparten un sueño conjunto: representar a Chile en una próxima cita olímpica de invierno. La tarea, adelantan, no es nada fácil. Incluso ambos viajaron a Chile para poder concretar su sueño.

“Resulta que nosotros para jugar por el equipo chileno conseguimos una carta del comité olímpico en donde nos dan el honor de representar a Chile. Sin embargo, el problema se nos presenta en que el comité de curling mundial, ya que nos pide que seamos una federación de curling o que tengamos la figura de federación de deportes de invierno”, comenta Paola quien agrega que la opción de crar una federación es practicamente imposible.

“Para crear una federación en Chile, de cualquier deporte, se requieren un montón de firmas y gente en el lugar. Hay todo un proceso de papeleo que nosotros no estamos capacitados para realizarlo. Estuvimos conversando, cuando empezó la pandemia, con la representante de los deportistas de alto rendimiento y ella nos iba a proponer, al comité olímpico, para crear la federación de deportes de invierno. Pero después vino la pandemia y todo se fue a nada”, se lamenta Paola.

Hoy, la opción más viable que tiene la dupla -que ya ha disputado encuentros- para participar en un juego olímpico es una invitación especial, la que podrían obtener si es que logran un buen desepeño en una competencia que se realizará en el segundo semestre de este año. Un objetivo que no será fácil, puesto que también lo buscaran los jugadores de Curling de otras nacionalidades no federadas. 

“No somos el único país que estamos en la misma situación. El comité olímpico mundial se dio cuenta de esta situación que perdinos que creáramos federaciones en nuestros países era prácticamente imposible. Por eso es que nos invitaron a un mini mundial que va a ser entre todos los países que no fueron a las olimpiadas y que están en la misma situación que nosotros. Vamos a ir a Canadá a jugar en agosto. Ahí va a ser el mini mundial que puede terminar en una invitación especial”, explica Paola.

Es tanto el amor que Paola siente por el curling, y tanto su deseo por poder representar al país en una competencia olímpica, que ella misma junto a Alejandro realizaron uniformes nacionales para sus encuentros. 

“Tenemos el uniforme del comité olímpico y hemos creado trajes y símbolos. Hemos tenido que partir de cero, te digo, ha sido una pega enorme porque hemos tenido incluso que crear el lenguaje del curling en español, porque ni siquiera podemos jugar con el glosario que tiene el Comité Olímpico Español, que es muy diferente a lo que nosotros hablamos”, comenta Paola.

Paola Epstein junto a Alejandro Lazo

El amor por un deporte extravagante

Paola Epstein además de jugar hace clases de la disciplina y oficia como árbitro en alguna competiciones. Sus experiencias en el curling, comenta, no se asemejan a las que haya visto en ningún otro deporte y eso tiene que ver principalmente con la cordialidad de sus participantes. 

Parte de esa caballerosidad incluye tradiciones. Es normal que luego de una partida de Curling, los rivales beban alcohol. Paola agrega que el equipo ganador debe invitar a una copa al perdedor. Por lo mismo internacionalmente quienes practican Curling tienen fama de bebedores. 

“Es un deporte que después de terminar de jugar, uno se junta. De hecho, en todas las canchas hay una especie de bar con un par de cojines, sillones, dependiendo de qué tan fino sea el club. Allí uno se sienta y conversa y habla de curling. Por eso nunca te vas para la casa, derrotado, triste porque perdiste tu partido. No”, dice la Epstein, aunque recalca que en los juegos olímpicos aquella tradición debe suspenderse puesto que el alcohol está prohibido. 

Paola Epstein es consciente de las por el alcohol presente luego del juego y por la estética del deporte los jugadores de Curling son objeto de burlas. “Hemos sido un poco discriminados la gente que jugamos curling, porque estamos estereotipados como en un grupo de papás que van a buscar a sus hijos al colegio y se equivocaron y entraron a una cancha”, comenta la mujer.

Pese a la burlas, Paola dice que su amor por el curling es incondicional y eso tiene que ver con el respeto con el que se vive el deporte: “En el curling en general somos como una familia. Todos nos conocemos con todos, por lo mismo es muy familiar el trato. Es un deporte de damas y caballeros, no está esta cultura de “te voy a hacer tira la cancha”. Si el rival tira un súper buen tiro uno va y lo felicita. Nada de tirarlo para abajo o chaquetearlo. Uno siempre felicita un buen tiro, no importa de quien sea”, asegura la mujer.

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