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La Convención

1 de Marzo de 2022

Tensión con el Senado y el insospechado retorno de Rojas Vade: ¿Debe el gobierno de Boric incidir en la Convención?

Tensión con el Senado y el insospechado retorno de Rojas Vade: ¿Debe el gobierno de Boric incidir en la Convención? Agencia Uno

La voluntad de Rodrigo Rojas Vade de reintegrarse a la Convención Constitucional gatilló la primera ocasión en que el futuro Ejecutivo se pronunció respecto a la interna del órgano constituyente. Sumado a las voces de los senadores socialistas que han apuntado al gobierno entrante para que abogue por la mantención de la Cámara Alta en la propuesta de nueva Constitución, pone sobre la mesa una inquietud que marcará los primeros meses de la próxima administración: ¿Debe el gobierno de Boric encauzar el camino hacia el Plebiscito de Salida? Analistas y expertos electorales se la juegan ante la compleja disyuntiva.

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A dos semanas de que la Convención Constitucional comenzara a aprobar las normas que estarán consagradas en la propuesta de nueva Constitución que el órgano presentará a la ciudadanía, este sufre un nuevo terremoto.

Esto, por la voluntad señalada ayer, lunes 28 de Enero, por parte del ex convencional Rodrigo Rojas Vade, de retomar sus funciones en la asamblea dado el vacío legal para posibilitar su reemplazo. La respuesta al ex constituyente no se hizo esperar y  despertó un rechazo transversal en los constituyentes y en la mesa directiva del órgano. Incluso, provocó la primera mención de parte del próximo gobierno sobre el trabajo que se desarrolla en el ex Congreso.

“Creemos que está fuera de los límites de la ética lo que ha sucedido con Rojas Vade y, en ese sentido, respaldamos las declaraciones que ha hecho la mesa de la Convención”, dijo la futura vocera de gobierno, Camila Vallejo (PC), luego de la segunda reunión oficial del comité político del Presidente electo, Gabriel Boric.

Con todo, el escándalo se da en un contexto en el que la aprobación pública del órgano no goza de mejor salud. Según la última encuesta de Pulso Ciudadano, el 48,7% dice tener nada o poca confianza en el trabajo de la Convención, mientras que el 30,9% está “muy en desacuerdo o en desacuerdo” con la forma de debate y votaciones que ha mantenido el órgano constituyente.

En la misma línea, la última encuesta Cadem registró que el 32% asegura que votaría Rechazo en el Plebiscito de Salida —seis puntos menos que en la medición anterior—, mientras que un 47% se inclinaría por el Apruebo. Asimismo, el 53% de los encuestados dice que la convención le genera emociones como “preocupación o incertidumbre”.

Para echarle más pelos a la sopa, además, este escenario se da en momentos en que las fuerzas políticas, desde la DC hasta el PC, llegaron a un acuerdo en la comisión de Sistema Político que implica la eliminación del Senado del Poder Legislativo. El lugar de la Cámara Alta, en tanto, sería ocupado por un “Consejo Territorial”.

Así, este acuerdo, que será votado en el Pleno el próximo 11 de Marzo, enfrentó a la Convención con el Senado, ya que senadores —en ejercicio y electos, particularmente del próximo oficialismo — manifestaron su rechazo a la eliminación de la corporación.

“Poco ánimo va a haber en el Senado de aprobar las leyes del Presidente Boric si sabe que está desahuciado de antemano”, advirtió la semana pasada el diputado y senador electo Juan Luis Castro (PS), quien de paso llamó “a que el equipo político del Presidente Boric, los ministros Izkia Siches, Camila Vallejo y Giorgio Jackson, tomen la decisión de influir, dialogar y ordenar al mundo de izquierda que está dentro de la Constituyente”.

“El gobierno no puede ser un socio muy activo de la Convención”

En este crítico contexto, el Plebiscito de Salida, que debería realizarse en Septiembre, marcará un desafío mayúsculo para el próximo gobierno, en términos de dar un cierre al Proceso Constituyente que comenzó con el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución en Noviembre del 2019.

Así, el gobierno del Presidente electo Gabriel Boric, tendrá que transitar un delicado equilibrio frente a un órgano autónomo e independiente como es la Convención, pero que, al mismo tiempo, genera incertidumbre en sectores de la ciudadanía.

En esa línea, el gerente de Asuntos Públicos de Cadem, Roberto Izikson señala a The Clinic: “Chile quiere una Constitución nacida en democracia que permita solucionar temas que como país no hemos logrado solucionar. Ahora, al mismo tiempo, lo que nos muestran los estudios y las encuestas es que la gente es capaz de entender que los cambios tienen que ser importantes, pero graduales”, sostiene.

Así, para el director ejecutivo de Activa Research -a cargo de Pulso Ciudadano-, Ramón Cavieres, la suerte del órgano constituyente y del gobierno entrante, estarían unidas canales de expresión de esos cambios anhelados por la ciudadanía.

“La Convención surge por un problema social, que es la necesidad de transformaciones en Chile, y la propuesta del gobierno de Boric tiene que ver con transformaciones de lo que Chile necesita, según su posición. Por lo tanto, no sería coherente que la Convención terminara con un Rechazo con su propuesta de Constitución, y eso dejaria en una situación debilitada al gobierno de Boric”, previene Cavieres.

Así, para Roberto Izikson lo anterior podría ser un campo minado para la gestión de Boric.

“Si en la Convención se instalara un cambio radical y no gradual, eso podría llevar a que el gobierno del Presidente Boric también se vea como un gobierno más radical del que fue electo”, apunta Izikson, para quien el próximo Ejecutivo debería abogar por la moderación. “Para él poder contar todavía con una opinión favorable mayoritaria, tiene que cuidar que el cambio sea importante, significativo, claro, pero que no se radicalice o se busque avanzar a una velocidad que el país no pueda sostener”, agrega.

En este sentido, sobre la relación que mantendrá el Ejecutivo con el órgano constituyente, el académico de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, es taxativo. “El gobierno puede ser socio de la Convención Constitucional, pero no puede ser un socio muy activo, porque de lo contrario se va a considerar como una especie de intromisión desde el poder constituido al poder constituyente”, repara el cientista político.

Al respecto, el sociólogo y director de Tú Influyes, Axel Callís, afirma que los derroteros del gobierno de Boric como de la Convención, “simbólicamente pueden estar unidas, pero desde el punto de vista político no pueden contaminarse, porque no sabemos qué va a suceder en seis meses más cuando sea el Plebiscito; no sabemos si el Gobierno de Boric va a estar arriba, abajo o al medio, o si la constituyente va a presentar una propuesta de una nueva Constitución que sea valorada”.

Para complejizar el cuadro, Mauricio Morales destaca el espíritu de autonomía que, con todo, persiste en el órgano constituyente. “La Convención no aceptará presiones de ninguna especie. Sus integrantes saben que pertenecen a un órgano político que registra niveles de confianza que bordean el 50%, siendo más alto que cualquier otra institución política, y con la opción Apruebo ganando con cierta comodidad en el Plebiscito de Salida. Es un órgano que no se siente constreñido institucionalmente y defenderá a muerte esa autonomía”, proyecta el docente.

En ese sentido, Morales ejemplifica sobre los problemas que podría adjudicarse el futuro gobierno si decide entrar al debate constituyente sobre la mantención de la Cámara Alta. “Una intervención de Boric en esta dirección sólo generaría una división en la izquierda y en su emergente coalición de gobierno, además de ser contradictorio con el espíritu de autonomía de la Convención”.

Con todo, Callís aporta una segunda lectura a las alarmas de los senadores PS al Presidente electo para que abogue por la mantención del Senado en la propuesta de nueva Constitución. “Lo que está haciendo el PS es mandar un mensaje no a Boric, sino que al Ejecutivo para que los constituyentes hagan valer sus puntos de vista sin que se note”, cierra el sociólogo.

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